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Onechanbara Z2: Chaos

Onechanbara Z2: Chaos

  • PlataformaPCPS45.8
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorTamsoft Corporation
  • Lanzamiento28/08/2015 (PS4)01/06/2016 (PC)
  • TextoInglés, Japonés
  • VocesInglés, Japonés
  • EditorD3 Publisher

Onechanbara Z2: Chaos

Onechanbara llega a Europa manteniendo sus virtudes -y sobre todo- defectos en un juego frenético que es capaz de combinar combates divertidos con una campaña especialmente repetitiva. Una de cal y otra de arena, eso sí, con bikinis y katanas de por medio.

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Onechanbara es una fuerza de la naturaleza que se ha resistido a desaparecer con el paso de los años, y es que nadie podía presagiar que aún en pleno 2015 estuviésemos hablando de una franquicia nacida en las trincheras de las producciones low budget niponas, dentro de la etiqueta Simple Series. Fue exactamente hace diez años cuando una compañía antaño de cierto renombre, como era el caso de Tamsoft (creadores de la saga Battle Arena Toshinden), decidió probar suerte con un concepto tan alocado como tantos que salían por aquel entonces: coger a una protagonista femenina con poca ropa, ponerle un sombrero de vaquera, darle una katana y plantarla en un escenario repleto de zombis y criaturas a las que aniquilar sin miramientos, todo esto por supuesto poniendo foco en los movimientos de su heroína improvisada y en la sangre que cubría su nada insinuante (es un decir) silueta. Aquello funcionó y lo hizo de forma bastante importante, hasta el punto de convertirse en un título de culto que incluso llegó a España con el título de Zombie Zone y bajo el paraguas de la distribuidora 505 Game Street.

Desde entonces, aquel pequeño experimento se ha convertido en la franquicia más lucrativa de Tamsoft, que no sólo ha derivado en múltiples juegos a lo largo de los años para plataformas como PlayStation 3, Wii o Xbox 360, sino también en multitud de merchandising e incluso dos películas (malísimas, todo sea dicho) de imagen real dirigidas por Yôhei Fukuda, uno de los nombres más habituales del cine de género serie B de la isla. En occidente hemos vivido más o menos al margen de este fenómeno, un poco al estilo de lo sucedido con Rodríguez en Sudáfrica, pero ahora por fin recibimos la última entrega de la franquicia en lo que supone su primera entrada en la actual generación de consolas. Y lo cierto es que nos ha dejado bastante fríos aunque tenga aciertos precisamente ahí donde más importan, en sus mecánicas de combate. Así pues, pasemos a hablar de Onechanbara Z2: Chaos.

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La historia del juego nos plantea una alianza imposible entre cuatro féminas, de bandos enfrentados, para hacer frente a una nueva y temible amenaza. Así, durante la trama intentaremos llegar hasta ella a medida que nos enfrentamos d miles de criaturas del averno entre las que se encuentran zombis de todo tipo, hombres loco, cancerberos, dragones y algunos jefes colocados estratégicamente en hasta cinco ubicaciones inspiradas en localizaciones reales: Los Ángeles, Perú, Dubai, China y Japón. La campaña se divide en dieciséis fases en las cuales debemos martillear los botones de golpeo hasta que limpiamos el escenario y aunque dicho así suene muy simple, realmente es prácticamente todo lo que hay que hacer, puesto que la campaña está hecha con tal desgana que apenas encontramos algo que no sea esto. Pongamos un ejemplo: el nivel de Dubai consiste en moverse por un desierto, enfrentarse a los enemigos que van saliendo en zonas cerradas y por último derrotar a un jefe. Cierto es que podemos subir a una especie de pirámide -para combatir contra un grupo extra de criaturas-, pero ese es el único desvío.

El diseño de niveles consiste pues en crear zonas en las cuáles poner barreras para que los enemigos aparezcan en grupos masivos y nos impidan pasar. Y esto ocurre desde el prólogo, prácticamente, hasta que vencemos al enemigo final en una fase algo más corta y directa al grano. El problema no es tanto la falta de ideas como la clara convicción de que la narrativa no está pensada para despuntar en ningún sentido, algo que siempre ha sido un talón de Aquiles de la franquicia pero que se puede entender el porqué ocurre, a fin de cuentas, todo es una excusa (ya desde su origen humilde) para poner a féminas con ropa ajustada aniquilando monstruos. Y eso es de lo que va Onechanbara: olvidemos la 'historia', y pasemos por algo que sus fases son pasillos diseñados en una servilleta. Y quedémonos con lo bueno: los combates. Porque sin ser los de Bayonetta o un Devil May Cry, funcionan a las mil maravillas sobre todo cuando los dominamos, algo que tardaremos un poco en hacer.

De primeras, las batallas de Onechanbara Z2 Chaos consisten en presionar insistentemente cuadrado o triángulo para dar cuenta de los rivales, algo que puede llegar a hacerse incluso aburrido, o tedioso. Pero poco a poco el sistema se abre: entran en juego las acciones evasivas, como deslizamientos, esquives o impulsos; también las armas secundarias que actúan como proyectil -una cadena con bola, puñales, un boomerang- o un counter, y los movimientos avanzados. Lo que al principio se hace cuesta arriba gana poco a poco dimensión cuando compramos nuevas habilidades en la tienda -empleando orbes, que son la moneda de cambio-, armas mejoradas o piezas de equipo como anillos que potencian el ataque, la defensa, etcétera. En este punto, las técnicas de las protagonistas serán considerablemente más dañinas y el sistema de combate es cuando por fin se descubre como realmente disfrutable. Por si no había quedado claro aún, Onechanbara es un hack'n slash que apela al frenetismo y el salvajismo en todo momento, y que no se corta un pelo a la hora de mostrar violencia estilo manga/anime e incluso gore.



Una de las virtudes de los combates del juego reside en que podemos utilizar a entre dos y cuatro personajes en todo momento, cambiándolas en tiempo real con la cruceta, y cada una de ellas es diferente a las demás. Así, tenemos a personajes con rango amplio gracias al uso de espadas y katanas, o de otro más cerrado, golpeando como artistas marciales. La clave es cómo generamos combos y movimientos utilizando a varias de ellas y sobre todo, las herramientas que dispone el título para sacarles partido. En primer lugar, los combates combinados, en dobles parejas, y es que cuando una barra se rellena al 100% podemos pulsar el touchpad del mando y aparecerán todas en pantalla de forma simultánea, y no para hacer un ataque e irse: se quedan ahí un buen rato y hacen su trabajo de limpiar la pantalla de criaturas de forma muy eficiente. Y a diferencia de lo que ocurriría en otros juegos, en los que la IA sería la encargada de llevarlas, aquí todo funciona con nuestro control: cada golpe que damos se multiplica por los personajes en pantalla, de forma que los combos creados pueden ser verdaderamente demoledores.

Además de esto, tenemos combinaciones más complicadas de llevar a cabo como las técnicas 'cool', finishers que generan un daño masivo sobre los enemigos dentro del rango. Y también, podemos usar el poder de la sangre para entrar en un modo berserker, que multiplica los impactos realizados, o convertirnos en criaturas monstruosas que a cambio de perder vida a medida que nos mantenemos en este estado, también lo generan masivamente. Onechanbara Z2 Chaos funciona especialmente tras superar la campaña una vez, que es cuando tenemos mejor equipo, habilidades, y la dificultad aumenta, convirtiendo las batallas en un reto, un desafío interesante. Y si consideramos que hay tres niveles extra además de los básicos, tenemos para bastante rato. Más allá de la campaña (que ronda las siete horas) encontramos docenas de misiones en dificultad ascendente, un modo práctica para aprender todo lo que pueden hacer las cuatro protagonistas, un editor de personajes para cambiarles la ropa y accesorios, galerías, etcétera.

5.8

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.