En el mes de octubre unos encantadores cachorritos llegaron a las tiendas llevando bajo el brazo dos nuevos colores, rosa y azul, para su consola, Nintendo DS. Curiosamente, a apenas dos semanas de que salga la nueva versión de esta portátil, Lite, nos llega otra edición de este título, ¿coincidencia?
Dálmata y compañía no incorpora nada nuevo jugablemente hablando y podría haber acompañado perfectamente a las tres primeras entregas. Parece haberse planteado como un relanzamiento para aquellos rezagados que se quedaron sin él en su momento y un intento de vender unos cuantos miles de copias de este juego a los que adquieran una Nintendo DS Lite.
Como acabamos de decir, el juego es prácticamente idéntico a los anteriores, por lo que en este análisis no profundizaremos demasiado en él. Si deseáis saber más sobre Nintendogs, os recomendamos leer el análisis que realizamos en su momento.
Apartado técnico
A nivel visual, el juego no ha cambiado ni un ápice. Sigue manteniendo un gran nivel de detalle y unas texturas muy trabajadas dado que el volumen de objetos a dibujar es realmente bajo. No se han realizado mejoras apreciables en el motor y sigue usando neblina para ocultar los bordes de las habitaciones. Es decir, no hay ningún cambio que reseñar.
Con respecto al sonido, exactamente igual. Los perritos siguen ladrando como lo hacían, la música que suena continúa siendo la misma y los efectos de los diferentes objetos con los que podemos interactuar no han variado en absoluto. También se mantiene la opción de poder grabar lo que queramos en un disco en blanco y de encontrar algunos nuevos.
¿Novedades?
En apenas unas pocas líneas podemos resumir qué trae nuevo Dálmata y compañía. Además del protagonista de esta edición, hay cuatro razas más, las cuales se pueden compartir con el resto de ediciones anteriores. Al contrario que estas cuatro razas, el dálmata sí aparecía en las primeras tres versiones. Para desbloquearlo, había que encontrar el casco de bombero yendo de paseo. Y de hecho, como curiosidad, este objeto se encuentra disponible desde el inicio en nuestro inventario.
Por otro lado, la estética de la casa también ha sido modificada, añadiendo nuevos estilos, lo cual en realidad no aporta nada a la jugabilidad. Lo mismo ocurre con el mapa de la ciudad, el cual también ha sufrido algunos pequeños retoques aunque sigue siendo bastante parecido. Y ahí acaba todo, ni nuevas pruebas, ni nuevos objetos, ni nuevas tiendas, ni nada en absoluto que no estuviera ya presente.
Jugabilidad
No vamos a extendernos demasiado en analizar este juego, pues ya lo hicimos en su momento en el mes de octubre y como acabamos de comentar no hay nada nuevo que reseñar. A modo de resumen de sus características prinicpales, hemos de decir que se trata de un simulador de mascotas. Hemos de criar a nuestro cachorritos dándoles los cuidados básicos tal y como lo haríamos en la vida real.
Podemos darle de comer o beber, lavarlo, jugar con él, sacarlo a pasear o acariciarlo, entre otras muchas cosas. Para ello, es imprescindible el uso de la pantalla táctil, ya que el puntero simula ser nuestra propia mano. También es muy importante el uso del micrófono incorporado en la consola, pues podemos dar órdenes a nuestros perritos mediante la voz.
Se trata de un juego que apenas tiene objetivos, por algunos considerado incluso un no-juego. Además de mantener en perfecto estado a nuestros canes, lo único que hemos de hacer es lograr avanzar en las tres competiciones que se nos plantean: lanzamiento de disco, agilidad y obediencia. Para ello hemos de entrenar mucho en un determinado lugar según la prueba: el parque, el gimnasio y en casa respectivamente.
Es posible salir de paseo para ir a estos lugares y a alguno más, donde podemos comprar nuevos objetos. Hay un catálogo muy amplio de juguetes, alimentos, prendas de ropa y otras cosas diversas con las que podemos hacernos para luego usarlas con nuestra mascota. También, caminando por la calle es posible que tengamos la suerte de encontrar alguno.
Las órdenes que tenemos a nuestra disposición son bastante variadas, van desde pedirles la patita hasta hacerles perseguirse la cola. Para enseñárselas hemos de repetír cada acción varias veces junto al mensaje de voz que queremos almacenar para que vaya siendo asimilado y tras varios intentos se queda aprendido.