Nex Machina, Análisis

Los fineses Housemarque se han convertido en referencia absoluta en esto de los arcade de disparos en toda clase de forma y formato; desde los adictivos Super Stardust o Resogun ‒más cercanos a los shoot'em up de toda la vida‒ a los visualmente sorprendentes Dead Nation o Alienation, títulos que comparten una jugabilidad endiablada y frenética con una puesta en escena arrolladora. Y con Nex Machina han ido un paso más allá, un shooter de doble stick que bebe de los clásicos del género para ofrecer al fan de los arcade más puros un auténtico festín de disparos, explosiones y rayos, todo bajo una dificultad extrema y el añadido de un divertidísimo cooperativo local para dos jugadores.

Acción con sabor ochentero

Más allá de ciertos detalles que nos llevan a finales de la década de los ochenta donde los shooters cenitales vivieron una de sus mejores épocas, Housemarque ha contado con la colaboración de toda una leyenda del género como Eugene Jarvis, autor de títulos tan recordados como Defender, Robotron: 2048 o, más adelante, Smash TV, del que Nex Machina toma numerosos conceptos. Pero lo nuevo de Housemarque no pretende replicar los éxitos del pasado; pretende innovar y traer de vuelta lo mejor de tan dorada época para deleitar a los más veteranos y sorprender a las nuevas generaciones. Y lo consigue de principio a fin. Tanto es así que Nex Machina ofrece todo lo que se espera de un shooter de doble stick de vista cenital al más alto nivel.

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La mecánica es tan sencilla de aprender como difícil de dominar, algo que requerirá nervios de acero y reflejos casi sobrehumanos por parte del jugador, especialmente en las dificultades más elevadas, reservadas solo a los más temerarios; o insensatos. Con el stick izquierdo nos desplazamos mientras que con el derecho apuntamos y disparamos de forma automática; un gatillo para los ataques secundarios y otro para los movimientos de esquiva. Tan simple como eso; el resto dependerá de nuestras habilidades a los mandos y de nuestra paciencia debido a la elevada exigencia de un título que no nos pondrá las cosas fáciles en ningún momento.

Nex Machina nos reta a superar pequeños niveles, uno tras otro, conjuntos de fases de ambientación variada que conformarán cada uno de los mundos disponibles, todos ellos con sus respectivos jefes finales. Dichas áreas presentarán varios objetivos y, como no podía ser de otra manera, innumerables grupos de robots asesinos que llegarán en oleadas con el único objetivo de eliminarnos. Contamos con varias vidas, si las perdemos todas se acabó la partida; eso sí, dependiendo del nivel de dificultad y de sus variables, podremos continuar ‒perdiendo nuestra puntuación‒ o no.

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Y es que Nex Machina va de esto, de lograr la máxima puntuación en cada nivel, ya sea por matar a ciertos enemigos, rescatar a todos los humanos capturados por las máquinas o encontrar humanos ocultos en zonas secretas de los escenarios. A más logros, mejor puntuación. Una vez hayamos acabado con todos los enemigos, pasaremos de fase; aquí será cuando debamos decidir nuestra táctica para lograr el máximo de puntos. ¿Pasamos de nivel con la última baja o nos arriesgamos a completar los desafíos extra para hacernos con una puntuación superior? En este sentido, Nex Machina juega con cierto nivel de estrategia, algo que los jugadores más avanzados agradecerán.

Para ello contamos con todo un arsenal de power-ups y armas secundarias, desde mejoras en la cadencia o la potencia de disparo hasta armas especiales de gran poder destructivo, como rayos láser o bombas. ¡Incluso tenemos la posibilidad de equipar una espada! ¿Quién no querría eliminar hordas y hordas de máquinas sedientas de sangre a espadazo limpio? Como decimos, la sensación de frenetismo nos invade a cada momento, especialmente en los enfrentamientos finales con los diferentes bosses, más cercanos por concepción a un estilo shoot'em up. Quizás sea a nivel de modos de juego donde Ex Machina se muestra menos ambicioso, con el modo Arcade como principal reclamo ‒lo más cercano a un modo historia‒, un modo Arena donde podremos medir nuestras actuaciones frente a la de jugadores de todo el mundo, un selector de niveles independientes, el cooperativo local ‒de lo más divertido‒ y un modo Desafío donde completaremos diferentes retos.

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Pero Nex Machina ofrece más, mucho más; y es que Housemarque parece superarse con cada nuevo lanzamiento en todo lo referente a su puesta en escena, toda una exhibición audiovisual. Sin ser especialmente complejo a nivel de modelados, texturas o diseño de niveles, sí presume de todo un arsenal de luces, destellos, partículas e infinidad de efectos dignos del mejor espectáculo pirotécnico. No exageramos cuando decimos que pocos juegos resultan tan llamativos como Nex Machina, todo ello acompañado por unos temas musicales que se ajustan a la perfección a la acción mostrada en pantalla junto a la típica voz cibernética de la compañía y que nos acompaña nivel a nivel. Mención especial para las espectaculares transiciones entre niveles, elevando ‒si cabe‒ todavía más el ritmo de juego.