Ms. Pac-Man Maze Madness (Nintendo 64)
PacMan es algo así como un hijo pródigo. Un personaje que reaparece cuando a los programadores de Namco se les ocurre una idea a la que no terminan por darle forma, y retraen a la esfera más famosa de la tierra haciéndola pasar por los peores berenjenales.
PacMan es algo así como un hijo pródigo. Un personaje que reaparece cuando a los programadores de Namco se les ocurre una idea a la que no terminan por darle forma, y retraen a la esfera más famosa de la tierra haciéndola pasar por los peores berenjenales.
La vida del ser amarillo empezó con una mecánica muy sencilla donde tan solo debía limitarse a dar tumbos entre un montón de paredes, comiendo cerezas, y sorteando los cuatro fantasmas con nombre diminutivo que corrían desesperadamente en su busca. A partir de ese momento, su trayectoria ha ido trazando una línea que ha tachado una plétora de consolas domésticas y portátiles, saltando a nuevos estilos, nuevas formas, y nuevos horizontes. Uno de los que más nos gustó fue Pacland, un plataformas sencillo, con varios planos de scroll, y que mantenía, pese a las diferencias, el sabor inconfundible que coció a principio de los años 80.
Sin embargo, en plena expansión del mundo de los videojuegos, y con la introducción en él de millones de usuarios, el perfil orondo y circular ha perdido la fuerza que tuvo. Tan solo cinco museos en el que salía de portada, y alguna aparición en carrocerías de Ridge Racer, han sido vanos intentos para evitar su olvido.
Parece que otra vez la intención de Namco ha sido trasladar a las 3D lo que fue uno de los hitos más grandes de la historia arcade. MS Pacman conserva todos los elementos de él, y además aporta serios cambios que colman aires a novedad por todos sus circuitos. Mass Media, quien ya tiene experiencia en estos menesteres (su labor en Nintendo 64, que si breve, ha sido meteórica) es la encargada de versionar lo que ya ha aparecido en PS One hace poco más de un mes en nuestro país.
De todas formas, el desarrollo del juego contiene algunos cambios la mar de suculentos. Para empezar, gráficamente usa un motor pseudo-3D, combinando fondos bidimensionales y personajes que conocen la profundidad, por lo que se han añadido puzzles de modo que no cansen a los no tan puristas seguidores del personaje. Esto desemboca en que además de buscar fruta, eliminar fantasmas o saltar alguna plataforma, dispone de los típicos problemas de pulsar interruptores, abajar muros o hallar diferentes salidas que no se limiten a llevarte a un callejón cerrado. El resultado ha sido lograr una jugabilidad sencilla, accesible, y que permita una infinidad de posibilidades.
Al juego de Namco se le notan las formas. Como siempre, se ha enfocado a una jugabilidad más apurada restringiendo en mucha medida el apartado técnico, que pese a ser muy suave en cuanto a las imágenes por segundo, contar con escenarios coloridos y dinámicos, muchos cambios de cámara, y una variedad inusitada de escenarios, no deja de ser algo simplón que no explota para nada las posibilidades del hardware de N64.
Bueno, esperemos que Madness aterrice pronto en nuestro país para terminar de adoptar una postura respecto a él. Está claro que ya sabemos como se las gastará, por el tiempo que le hemos dedicado y por las impresiones que tuvimos de la versión para la consola gris de SONY, aunque tampoco hay que olvidar que en la 64 Bits ha sufrido mejoras sustanciales en todos sus magistrados. Namco añadirá en breve a su corta lista de cartuchos (Ridge Racer, Museum y Famista) lo que define uno de los mandamientos más importantes de la indústria; jugabilidad ante todo...
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