MotorStorm: Arctic Edge , Impresiones
Primero fue el abrasador desierto; duro, inclemente y repleto de peligros. Luego la acción se trasladó a una isla perdida en mitad del pacífico, continuamente azotada por los elementos. Ahora, el frío más crudo, el terreno más peligroso e inestable y el siempre impredecible hielo nos esperan. Bienvenidos a MotorStorm.
Primero fue el abrasador desierto; duro, inclemente y repleto de peligros. Luego la acción se trasladó a una isla perdida en mitad del pacífico, continuamente azotada por los elementos. Ahora, el frío más crudo, el terreno más peligroso e inestable y el siempre impredecible hielo nos esperan. Bienvenidos a MotorStorm.
Sin duda, uno de los mayores desafíos que se pueden cruzar en el camino de un estudio es el de llevar a cabo un proyecto que debe ver la luz junto al lanzamiento de una nueva plataforma. Aquí no solo hay que lidiar con una corta e insalvable fecha de entrega, sino que hay que usar herramientas inéditas al servicio de un sistema del que muy poco se sabe. Evolution Studios, conocidos en la generación pasada por la saga World Rally Championship, se encontraron en 2007 con uno de dichos desafíos: crear un juego de conducción extrema que formara parte de la primera hornada de lanzamientos de PlayStation 3. Pese a la falta de tiempo y las dificultades, el resultado no pudo ser mejor. MotorStorm se convirtió en uno de los títulos más destacados (por no decir el que más) de la primera etapa de PS3, cosechando unas ventas millonarias que afianzaron la nueva franquicia para años venideros.
Tras el lanzamiento de una serie de contenidos descargables que paliaron las carencias del primer MotorStorm (posteriormente recopilados junto al juego original en un único BD titulado MotorStorm Complete), Evolution nos regaló una segunda entrega excelente, que sin duda debe ser considerada como uno de los juegos de conducción desenfrenada más destacados de los últimos años. Sin embargo, todo el mundo se preguntaba cuándo se lanzaría una conversión destinada a PSP, ya fuera de la primera o la segunda entrega. La mecánica de MotorStorm invitaba a ser trasladada a la filosofía de una consola portátil, por lo que todo el mundo esperaba que el anuncio se produjera tarde o temprano. Sin embargo, dicho anuncio ha tardado más de lo esperado, ya que en los últimos tiempos una PSP continuamente azotada por la piratería acabó entrando en una profunda crisis en la que incluso la propia Sony (concentrada en lograr que PS3 no perdiera terreno respecto a Xbox 360) le daba la espalda.
Pero, afortunadamente, parece que dicha crisis está llegando a su fin. Los anuncios de grandes lanzamientos destinados a la portátil de Sony se suceden tanto por parte de la propia compañía nipona como de las third partys que parecían haberla olvidado (mientras escribo estas líneas, se acaba de producir el feliz anuncio por parte de Namco de la próxima llegada tanto de una conversión de Tekken 6 como del largamente esperado debut de la franquicia Soul Calibur en PSP); y, por supuesto, MotorStorm está entre ellos. Eso sí, de forma felizmente inesperada, dado que el juego que nos ocupa no es una conversión de alguna de las dos entregas de la serie lanzadas hasta ahora en PS3, sino un título completamente nuevo.
Así, si en MotorStorm teníamos los desiertos de Monument Valley como escenario, y en MotorStorm: Pacific Rift una remota isla del Pacífico se convertía en nuestro hogar, ahora nos trasladaremos ni más ni menos que a Alaska, concretamente al filo del Círculo Polar Ártico. Aunque nadie lo diría tras observar las imágenes que acompañan al presente texto, MotorStorm: Arctic Edge (que también se lanzará en la incombustible PS2) no ha sido desarrollado por Evolution, quienes seguramente se encontrarán en la actualidad enfrascados en el desarrollo de contenido descargable para Pacific Rift, o incluso quién sabe si maquinando ya una tercera entrega para PS3. Así, la desarrolladora elegida por Sony para llevar a cabo este nuevo proyecto es Bigbig Studios; gran elección, dado que son los creadores de Pursuit Force, la franquicia de conducción arcade más desenfrenada y pasada de vueltas jamás lanzada en PSP (al menos hasta que este Arctic Edge llegue a las tiendas).
A mi señal, ira y hielo
Una de las mayores virtudes de la franquicia MotorStorm es la total carencia de reglas de la competición en sí, lo que permite que sea trasladada a todo tipo de entornos naturales, dando como resultado juegos de conducción arcade muy diferentes en características y puesta en escena. Ese será precisamente el principal contraste de Arctic Edge respecto a entregas precedentes. Ahora, el frio se convierte en el protagonista absoluto del juego, empujándonos a adaptar nuestro estilo de conducción al nuevo e inclemente medio, el cual a buen seguro se encargará de poner a prueba toda la habilidad al volante de la que podamos hacer gala.
Nos encontramos en Alaska, rodeados de nieve, hielo, escarpadas montañas, gélidos túneles e infranqueables glaciares. Tan desolador, inhóspito e inclemente paraje es ideal para que un nuevo festival MotorStorm tenga lugar. Los 12 circuitos de Arctic Edge, divididos en tres alturas diferentes a la usanza de las agrupaciones por elementos vistas en Pacific Rift, estarán salpicados de estrechas y curvadas vías de hielo, transitables al más puro estilo bobsleigh, donde sólo el turbo nos permitirá obtener un leve control de nuestro vehículo.
Además, muchos de los montículos situados a lo largo del recorrido, justo por encima de nuestras cabezas, estarán repletos de nieve acumulada, que dará lugar a peligrosas avalanchas si decidimos tocar el claxon mientras nos desplazamos a toda velocidad (o explotar si abusamos del nitro); ello permitirá que nuestros perseguidores acaben sepultados, aunque también nosotros podemos ser víctimas de dichas avalanchas por parte del resto de competidores que participen en la carrera. Dichas avalanchas bloquearán la carretera, aunque se disiparán al poco tiempo. Bigbig aún se está pensando si hacer que dicho bloqueo permanezca o no a lo largo de toda la carrera.
Los circuitos también contarán con resbaladizos puentes de hielo, que podrán ser transitados únicamente por vehículos ligeros; bien es verdad que un vehículo pesado también podrá atravesarlo si es lo suficientemente rápido, aunque dicho puente se derrumbará tras él, para obvio lamento de sus perseguidores. Y aquí los cambios sí que serán permanentes, por lo que una buena estrategia a seguir, en el caso de que nos encontremos al volante de un camión y no logremos dar alcance a los vehículos más ligeros, será derrumbar estas vías secundarias que les sirven de atajo.
Por supuesto, el barro, los saltos estratosféricos, los abismos insondables y las múltiples rutas alternativas ya características de los MotorStorm lanzados en PS3 también tendrán presencia en Arctic Edge. Por si esto no fuera suficiente, las 12 pistas del juego contarán con recorrido tanto normal como reversible. El recorrido reversible incluirá características que no se encuentran en el normal, como diferentes condiciones climáticas y nuevas rutas alternativas, con lo que tendremos juego para rato. Otra de las señas que han convertido a MotorStorm en el mejor de su categoría es la posibilidad de elegir entre diferentes clases de vehículos, característica que no faltará a su cita en esta nueva entrega. Arctic Edge cuenta con 8 clases, 6 de ellas ya presentes en títulos anteriores: coches de rally, buggies, camiones, rancheras, motocicletas y quads. A dicha oferta, el título que nos ocupa añade vehículos ideales para el inhóspito entorno con el que tendremos que lidiar: motos de nieve y camiones oruga. Cada clase contará con 3 vehículos a elegir, con lo que dispondremos de un total de 24 diferentes.
La personalización de vehículos adquiere un nuevo nivel en Arctic Edge, solventando así (aunque solo levemente) una de las carencias presentes en MotorStorm anteriores. En dichos juegos únicamente podíamos seleccionar diferentes modelos y skins de una misma clase de vehículo; pues bien, ahora podremos cambiar diversas partes de nuestras máquinas, como ruedas y alerones (eso sí, sólo será un cambio estético, que no influirá a la hora de conducir cada vehículo). La carrocería podrá modificarse a nivel de color, para posteriormente añadir pegatinas, logos y diseños provenientes de los diferentes sponsors ficticios del juego; gracias a ello contaremos con un garaje repleto de vehículos de apariencia única, ideales para diferenciarnos del resto de nuestros rivales en las competiciones online.
Los modos multijugador pasarán por la posibilidad de disputar carreras vía Wi-Fi en las que tendrán cabida hasta 8 jugadores simultáneos. También contaremos con tablas de records online, en las que quedarán reseñadas las mejores marcas a nivel mundial. A todo esto hay que sumar la posibilidad de subir nuestros mejores tiempos en el modo Time Attack, para que otros usuarios puedan descargarlos e intentar superarlos en Modo Fantasma. Eso sí, dichas características han sido confirmadas sólo en PSP. Lo que sí podemos asegurar es que la split-screen hará acto de presencia en la 128 bits de Sony, para dar cabida al multijugador dentro de una misma consola.
Los circuitos en sí contarán con nombres de lo más esclarecedores respecto a lo que nos aguardará en cada uno de ellos: Gold Rush (en el que recorreremos una mina abandonada), Log Jam (antaño un frondoso bosque; la deforestación lo ha dejado reducido a un peligroso cenagal), Mudbowl (donde el barro característico en la franquicia será el protagonista), Widow Maker (terreno escarpado donde recorreremos el cauce seco de un rio y tendremos que dar unos cuantos saltos de fe que pondrán en serio peligro nuestra integridad física), Eagle Falls (un helado y peligroso acantilado donde cualquier traspié tendrá consecuencias funestas), Wolfpack Mountain (el circuito con mayor número de rutas posibles), Ascensión (consistente en serpentear por un paso de montaña hasta alcanzar la cumbre, para posteriormente descender a toda pastilla y vuelta a empezar), Anguta Glacier (como su propio nombre indica, aquí recorreremos un glaciar), The Chasm (una meseta situada en mitad de una cordillera montañosa, repleta de abismos y peligrosos saltos), Northern Face (aquí penetraremos en las entrañas de la tierra para recorrer una serie de cuevas), Snowgod Canyon (un peligroso recorrido por un mortífero cañón en el que las avalanchas serán el mayor riesgo a sortear), y Vértigo (la cima de una montaña nos trasladará a una arriesgada ruta en la que transitaremos por bamboleantes puentes azotados por el viento).
En lo referente al apartado técnico, las pocas imágenes mostradas hasta ahora dejan entrever un trabajo asombroso por parte de Bigbig Studios. Se nota que el equipo desarrollador conoce a la perfección los entresijos de PSP; la carga poligonal, variedad de texturas y grado de detalle con el que cuenta cada circuito llegan a quitar el aliento. Así, aunque es obvio que la resolución y definición de dichas texturas no darán más de lo que una PSP es capaz de poner en pantalla, la puesta en escena de Arctic Edge logrará mantener el nivel respecto a las entregas de la franquicia lanzadas en PS3. De igual modo, el sistema de daño parece que será predefinido en lugar de dinámico, aunque se logrará mantener la espectacularidad y sobrecogedora contundencia de los choques y accidentes ya característicos en la franquicia. Aún restan varios meses hasta que podamos echar el guante a esta primera entrega de la franquicia destinada a PSP y PS2, ya que su lanzamiento está inicialmente previsto para finales de año. Es de esperar que Sony exhiba el juego en las sucesivas ferias anuales que pronto darán comienzo, por lo que en sucesivas fechas os ofreceremos avances en los que ya cataremos Arctic Edge de primera mano.
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