Moon Diver
- Plataforma360PS35
- GéneroAcción
- DesarrolladorFeel Plus
- Lanzamiento30/03/2011 (PS3)30/04/2011 (360)
- TextoEspañol
- EditorSquare Enix
Ninjas fuera de lugar
La humanidad ha sido sometida por un simple niño con el poder y la ambición de un auténtico demonio. Cuando está al borde de su extinción, un grupo de guerreros se alza para luchar por la última oportunidad del hombre de sobrevivir. Un evocador argumento en un inmejorable marco que deriva en un insustancial y repetitivo juego descargable, aun a cuatro jugadores.
Las tiendas en línea de Sony y Microsoft se han convertido en el hogar de multitud de juegos con aire retro que realmente nos encantan. Son un reducto para aquellos que buscamos nuevas experiencias con el sabor de antaño, lejos de los millones de polígonos y las cámaras en primera persona que pueblan hoy los escaparates de las tiendas de videojuegos. Es por eso que siempre cabe prestar especial atención a títulos como Braid, Shank, Limbo o Scott Pilgrim vs The World, entre muchos otros. Son productos en los que su semejanza a una joya de los 16 bits remozada no implica que no tengan ideas innovadoras o sigan destilando diversión a raudales. Por desgracia, ése no es el caso de Moon Diver.
Sin duda el planteamiento resulta muy atractivo: un multijugador cooperativo a cuatro, desplazamiento lateral, multitud de enemigos a los que vencer con diversos combos y magias... vamos, un juego de los que ya no se hacen. Pues casi mejor que hayan cesado su desarrollo, por crudo y triste que resulte, porque para sacar cosas así mejor nos quedamos como estamos. No es por ser malos gratuitamente, de hecho aun con las pegas que iremos mencionando Moon Diver puede resultar divertido a los amantes del género, pero... ¿no es mejor idea desempolvar nuestras viejas consolas y sus ajados cartuchos y disfrutar de nuevo de grandes clásicos antes que tratar de emularlos con mediocres copias modernas?
El interés en la historia de este título es bastante reducido, pese a que realmente no es algo que suela o deba preocuparnos. Un niño con poderes demoniacos se ha autoproclamado rey del planeta Tierra y pretende acabar con todo rastro de la humanidad para quedarse como dueño absoluto de la misma. Su imperio del terror ha hecho estragos en los pobres habitantes de un no tan distante futuro, 2081, incapaz de hacer frente a Faust, un mero infante. Entonces, cuando nadie lo esperaba, surgen unos guerreros, unos Ninjas extremadamente poderosos, que suponen nuestra última esperanza. Nosotros encarnamos a estos indefinidos seres y comenzamos nuestra lucha, curiosamente, en Barcelona, aunque cualquier parecido con la Ciudad Condal, incluso asumiendo un estado post-apocalíptico, es anecdótico.
Las habilidades de estos Ninjas comprenden una gran resistencia, agilidad, la capacidad de agarrarse a paredes y otras plataformas y por supuesto magias de toda condición. Hay únicamente dos botones de ataque, uno para el normal y otro para las magias que gastán maná. Podemos llevar equipados hasta cuatro conjuros, que elegimos con la cruceta. Sus efectos son igual de variados, desde ataques que afectan a todos los enemigos en pantalla hasta otros que simplemente los dejan ciegos temporalmente. El catálogo, por definirlo de algún modo, es relativamente amplio, aunque es complicado sacarle provecho a muchas de ellas teniendo en cuenta que otras técnicas son más efectivas.
Cada personaje difiere en sus características iniciales, teniendo algunos mayor barra de vida, otros más ataque, hay quien posee mayor cantidad de maná o quien resulta más equilibrado. Al final esto condiciona qué mejoramos con cada subida de nivel, tratando de compensar los defectos o puntos más débiles con los que partimos. En cualquier caso, es fácil que cada uno encuentre su "personaje ideal" al que ir moldeando. La experiencia, como podéis imaginar, se acumula sencillamente matando cuanto más mejor, lo cual supone, por cierto, un pequeño toque competitivo por ver quién es el que logra más puntos al final del nivel.
Cuando nos plantamos ante Moon Diver, pensar en el mítico Strider o su fantástica segunda parte no es baladí. Ambos arcade (que posteriormente aparecieron en consola) tienen en común con este título cuestiones tan relevantes como su creador, Kouichi Yotsui, como los movimientos de los personajes o la mecánica en general. Al fin y al cabo estos ninjas futuristas saltan, se cuelgan de techos y paredes o se deslizan de forma muy similar a como lo hacía el viejo Hiryu. Incluso la ubicación temporal que inspira la historia se puede considerar parecida: dentro de varias décadas, de forma que asumimos que ya hay robotitos asesinos y otras criaturas tecnológicas terribles. Bueno, pues ahí acaban los parecidos.
Esa mezcla acción y plataformas sólo brilla en el segundo de los componentes del dúo que conforma la jugabilidad. Los enemigos resultan aburridos y repetitivos, faltos de carisma por definirlo de algún modo y da la sensación de que aparecen en pantalla simplemente "porque pasaban por allí". Los jefes finales, por otro lado, que son los que deben al menos suponernos un reto más interesante, también demuestran una desafortunada falta de imaginación. Más aún, después de aguantar una veintena de insoportables minutos a lo largo de un insípido nivel, nos encontramos con que de un simple golpe pueden acabar con nosotros, nuestras esperanzas y nuestra paciencia, por tener que repetirlo todo desde el principio.
A eso hay que sumar que es prácticamente imposible acabarse el juego con un único jugador y la muerte está asegurada más tarde o más temprano ante uno de estos jefes finales. Da igual cuánto subamos de nivel ni cómo de perfecto lo hagamos, es harto improbable eludir el caer ante alguna de estas criaturas gigantescas. Por tanto, cuando la experiencia en cooperativo debería ser un excelente añadido que mejorara la jugabilidad, se convierte en un imperativo que hundirá aún más las ilusiones de los que creían que Strider había vuelto. Al menos, eso sí, tenemos opción de unir hasta otros tres compañeros tanto en local como en línea, de forma que sea más fácil encontrar un grupo con el que progresar.
Tener otros ninjas al lado no sirve únicamente para tener más potencia de ataque o dar a los enemigos más de un objetivo en el que fijarse, que también. Ciertas magias se ejecutan de forma combinada si dos o más jugadores aprietan el botón en el momento justo, con lo que su efecto se ve amplificado. Además, siempre que alguien quede en pie, los otros pueden llegar a morir con cierta tranquilidad, ya que en ese momento quedan flotando en el escenario amarrados por unas cuerdas. Si un compañero se acerca y las corta (o ellos mismos se desplazan hasta donde está) vuelven a la vida, aunque técnicamente no llegaron a morir en ningún momento. Esto es el punto clave diferenciador con respecto a disputar las partidas en solitario.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.