Monochrome

Muchas veces se habla de juegos de marcado carácter japonés. Títulos que no salen de su país natal por las escasas posibilidades de éxito fuera de las fronteras niponas. En ocasiones, se trata de juegos extravagantes y demasiado raros en su concepto. Otras veces, hablamos de títulos en forma de aventura conversacional con poca interacción por parte del usuario. Monochrome se encuadra justamente en esa segunda categoría.

Se trata, el de las aventuras conversacionales, de un género muy particular, que precisamente por eso nunca ha llegado a salir del mercado japonés con gran éxito. Su planteamiento suele proporcionar al jugador poca interacción en la aventura, ya que la finalidad principal de este tipo de juegos es disfrutar de historias apasionantes y argumentos envolventes.

En gran parte, estos juegos presentan unos llamativos dibujos e ilustraciones de estilo manga. Justamente, ese excelente trabajo de diseño es el que le da la gracia a estos juegos, ya que al basarse básicamente en imágenes y texto, las expresiones de los personajes son básicas para que el jugador llegue a sumergirse completamente en la historia.

Aunque las aventuras conversacionales no son sólo de este estilo. Algunos juegos de Mega CD o Saturn, que llegaron a ver la luz en nuestro país, presentaban realistas escenas y conversaciones habladas (como en La Mansión de las Almas Ocultas). Desgraciadamente, muchos de los títulos eran de ínfima calidad, lo que condenó al género fuera de Japón. Allí, sigue gozando de gran éxito, como demuestra la versión de Silent Hill para Game Boy Advance, que se ha reconvertido a este estilo.

La desarrolladora de Monochrome, KID, desconocida por aquí, es una de las más importantes en este género. Desde 1998 han lanzado infinidad de títulos para diversas plataformas, tales como Saturn, PlayStation, Game Boy, Neo Geo Pocket, PC o WonderSwan Color. Con resultados dispares entre sus títulos, por lo general brillan con luz propia en el género, siendo uno de los más conocidos la saga Memories Off.

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Como suele ser habitual en las aventuras conversacionales, en diversos puntos del juego, el jugador deberá seleccionar el camino a seguir por el personaje principal, siendo decisiones importantes que afectarán al desarrollo del juego. Como elemento novedoso, destaca el hecho de que, en ciertos momentos, la historia se sigue desde el punto de vista de las chicas protagonistas.

Una de las principales cualidades de Monochrome es el cariño con el que se han realizado todas y cada una de las imágenes del juego. Como ya se ha dicho antes de modo más general hacia el género, la pantalla de juego de Monochrome se compone de elementos sencillos: un fondo estático, personajes estáticos que cambian sus expresiones o posturas, y un cuadro superpuesto que muestra las conversaciones mantenidas.

Por eso, la calidad de esas imágenes debe ser lo más elevada posible, ya que sobre ellas recae gran parte del interés del juego. En este título no sólo están muy cuidadas y son realmente bellas, sino que además se las ha dotado de ligeros elementos extra que las hacen ganar en credibilidad. Así, por ejemplo, los movimientos de los personajes cuando cambian de expresión o de posición están bien trabajados y se antojan menos bruscos que en otros títulos del género, o cuando hablan en el frío, una fina capa de vaho saldrá de sus bocas.

El otro gran factor que influye en el resultado final de un juego de estas características es el apartado sonoro, y Monochrome resulta altamente llamativo en este aspecto también. Destaca el tema vocal principal del juego, que es bastante bonito y se hace muy agradable al oído, que junto a unas melodías agradables que acompañan la historia a la perfección, componen una banda sonora estupenda para este título.

Otro gran trabajo de Monochrome es en el apartado del doblaje de los personajes. Como suele ser habitual, los japoneses son unos maestros en el arte del doblaje, ya que, gracias a su tradicional manera de exagerar todas las emociones, introducen en sus personajes toda la vida y la personalidad que los caracterizará. Este juego no iba a ser una excepción, y así, nos encontramos con un doblaje estupendo.

Todas las voces le quedan como un guante a cada uno de los personajes, dotándolos de una vida propia que los hace más creíbles. Entre el reparto de doblaje, aparecen nombres desconocidos como Izuki Yui (que da vida al ángel Yun) o Kishio Daisuke (prestando su voz a Taiki Kirioka), junto a otros más habituales como Tamura Yukari (quien se encarga de Chitose en Monochrome, y que entre su extenso currículum lucen las voces de Tenten en Naruto o Ichigo en Onegai Teacher).

Tomar decisiones en momentos determinados no es lo que muchos jugadores buscan, a pesar de que puedan disfrutar de una maravillosa y tierna historia. Además, el hecho de que los controles del mando de PlayStation 2 parezcan más bien los de un vídeo (pasar rápido, pasar despacio, pausar, reanudar...), no hace sino aumentar la impresión general de estar ante una película de animación.

Pese a todo, Monochrome gozó de bastante éxito de ventas en Japón en su lanzamiento el pasado agosto. Con unas críticas dispares, aunque habituales en las aventuras conversacionales, se trata de un título para los que disfrutan con hermosas historias sin complicaciones, aunque en el aspecto jugable se aleja de la idea básica de un juego, ofreciendo una interacción mínima al usuario.

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