Treasure vuelve a sorprender con un original cartucho que mezcla arcade y plataformas.

Mischief Makers és un juego que, desde la noticia de su salida en Japón hasta ahora, no ha levantado mucho revuelo, pero eso no significa que sea un juego malo. Simplemente es diferente. Las palabras "diferente" y "poco comercial" no tienen que ir, ni mucho menos, ligadas a la mediocridad. És diferente porque rompe el "molde" tridimensional típico en la N64 y poco comercial porque su desarrollo es tan original que llega a desconcertar. A pesar de todo eso (y gracias a eso) Mischief Makers es un juego bueno, jugable, divertido y, sobretodo, tremendamente original. Sus creadores son Treasure, padres de joyas como Gunstar Heroes o Dinamite Heady (Megadrive). Ya en estos juegos Treasure dejaba ver y notar destellos de su inmensa imaginación y creatividad.

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La historia es simple, pero va evolucionando a medida que el jugador va avanzando: el Profesor Theo es un simpático viejo verde, creador de un robot doméstico llamado Marina, que se ve secuestrado por una horda de Clancers con intenciones viles (y también un poco chorras). Marina sale en busca de su creador, atravesando todo tipo de parajes inverosímiles. A partir de aquí la historia discurre de manera que el profesor llega a ser secuestrado-rescatado hasta cuatro veces. La habilidad especial de Marina no es la lucha propiamente dicha, sinó otra: puede sujetar, agitar y remover cualquier cosa que se le ponga delante. Solo este detalle ya nos advierte de la originalidad de las acciones que el juego contiene. El juego consta de mas de 50 fases-pruebas, en las que el objetivo primordial es el de encontrar una estrella especial para poder teletransportar a Marina a la siguiente pantalla, en busca del Profesor Theo. El objetivo, que aparentemente se antoja sencillo, se consigue superando obstáculos o pruebas tan disparatadas como conducir un cohete para que no explote, ganando unas olimpiadas, resolviedo puzzles, recolectando fantasmas en un caldero mágico o luchando contra enemigos finales varios. Estos últimos son espectaculares y divertidísimos. Se podrian dividir en dos partes: los minijefes, los cuales hay varios y normalmente tienen forma de animales (un gusano, una rana, una abeja...) y los jefes finales propiamente dichos, los cuales contienes las mas altas cotas de espectacularidad del juego (tales como un Dragón o los tres Special Warriors: un lobo, un orangutan y una águila). Otro factor de originalidad que tiene el juego y que lo diferencia de los demas juegos de plataformas convencionales, es que hay personajes buenos y malos (Clancers). Con algunos tendrás que luchar y con los otros (mas de los que os pensais) tendreis que hablar e interactuar (desgraciadamente en inglés). Hay personajes que os ayudarán hasta tal extremo que tendreis que controlar sus movimientos vosotros mismos.

  g r á f i c o s

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Los gráficos no demuestran el potencial gráfico de Nintendo 64 ya que no estan constituidos por poligonos (a excepción de algunos decorados que dan una estupenda sensación de profundidad), pero sí nos permiten deducir que la consola maneja con igual perfección los gráficos bit-map como los gráficos tridimensionales. Ademas, los paisajes son preciosos y detallados. Un detalle a destacar es que el diseño, tanto el de los personajes como el de los cubos que forman parte del decorado, como el de las bolas que tienes que remover, sigue el mismo patrón: todos tienen unas caras tristes que a la vez son muy simpáticas.

  s o n i d o

La música es variada y muy buena, con temas que acompañan la acción a la perfección, ya que son tan paranóicas como su desarrollo. Los sonidos FX también estan muy trabajados, con buenas digitalizaciones de voz y buenos efectos sonoros.

  j u g a b i l i d a d

La jugabilidad es otro de los muchos puntos fuertes del juego. Marina se deja controlar a la perfección (quizá, para mi gusto, le falla un poco el salto propulsado hacia arriba, ya que no responde a la dirección deseada) y goza de multitud de movimientos diferentes. Es una gozada sujetar a personajes, tanto amigos como enemigos, tanto grandiosos como minusculos, y lanzarlos a toda velocidad hacia una pared, abismo o lava.

  a d i c c i ó n

Mischief Makers es un juego tremendamente adictivo, grácias a sus dosis de diversión, jugabilidad y originalidad, cualidad ausente en la mayoria de juegos actuales. Su gran cantidad de detalles y profundidad te obligaran a investigar hasta el último rincón del juego, e incluso hasta volvertelo a pasar una y otra vez. Quizá debido a su adicción, el juego llega a resultar un poco breve.

  c o n c l u s i ó n

Mischief Makers es una grata sorpresa que ha llegado sigilosamente desde el Japón para hacernos pasar grandes momentos delante de nuestra consola.