Mega Man X8
- PlataformaPS26.7
- GéneroPlataformas
- DesarrolladorCapcom
- Lanzamiento11/02/2005
Análisis Megaman X8
Después del experimento que supuso Megaman X7, Capcom ha vuelto a los orígenes y, sin renunciar a los 3D, propone un juego muy de vieja escuela, con algunas ideas novedosas pero que no tapan la mecánica clásica de la decana saga
Capcom nos brinda la octava edición del mítico Megaman en la serie X. La vuelta del bombardero azul mantiene el aire clásico de toda la saga. Si a estas alturas hay alguien que no sepa quien es Megaman es que no sabe qué es Capcom. Durante los últimos quince años la gran firma nipona ha editado incontables versiones para casi todos los soportes, tratando de mantenerse fiel a sus incondicionales. ¿En que consiste Megaman? Casi se puede decir que es una de esas obras que asientan el género. A lo largo de ocho niveles repletos de plataformas y enemigos, Megaman, primero un niño robot y más tarde un Reploid en la serie X, debe abrirse camino entre robots fuera de control hasta enfrentarse a los poderosos androides que le aguardan al final del nivel. Cada uno de ellos posee un arma particular y una vez derrotados puede instalarse en el brazo-cañon del héroe azul. Los diferentes efectos de estas son el punto débil de un enemigo concreto.
Bajo esta premisa, la octava parte de la saga se desarrolla siguiendo todas los pasos del libro y añade algunas innovaciones quizás más afortunadas que en las dos últimas entregas.
A pesar de que tanto los niveles como los personajes son poligonales, los entornos son bidimensionales, empleando de vez en cuando un falso 3d que hace que la perspectiva cambie al girar esquinas. Los ocho niveles vienen precedidos de la, ya clásica, presentación de cada enemigo. El robot hace su movimiento especial y se queda en su "posturita", a la vez que bajo sus pies aparace su nombre y el fondo se mueve como si fuese a velocidad luz. Por supuesto los rayos y partículas inundan la pantalla, así que cuidado con la epilepsia. Estos efectos de iluminación aparecen además durante el juego, provocando unos destellos muy vistosos que casi con agresivos. Concretamente, abundan en los últimos niveles del juego, como en el interior del ascensor.
Por lo tanto, para poder disfrutar de unos contornos nítidos, unos gráficos coloridos y unas chispas fulgurantes es más que recomendable poseer un monitor de 60 hz.
Al derrotar a los enemigos a lo largo de los niveles, somos recompensados con unos chips. Estos se pueden emplear en el laboratorio de I+D para comprar mejoras a nuestros reploids; chips de "reintento" (vidas extra), ampliaciones de la barra de vida y de energía del arma, mayor potencia de armas o botellas de energía extra, entre otros. Todos estos power'ups facilitan la tarea enormemente, por lo que conviene pasar por el laboratorio al final de cada misión.
Para añadir un poco de variedad, contamos con distintos vehículos en algunos niveles; naves y robots en los que podremos montar para acabar con los enemigo; unos "mech" que recuerdan un poco al bebé del Capitán Commando, el cohete en el que surcaremos los aires entre los edificios de la ciudad o el deslizador de hielo.
En diferentes pantallas del juego se esconden chips de actualización para X. Para acceder a estas zonas secretas será necesario contar con un ataque especial determinado que elimine las barreras que oponen nuestro avance. Esto implica no sólo tener la posibilidad de volver a jugar los niveles, sino de emplearnos a fondo para descubrir dónde y cómo llegar a ellas. Una vez X empieza a estar mejorado, deja de ser el peor reploid para convertirse en nuestro arma principal.
Primrose, el laboratorio gravitacional es un puzzle donde los interruptores cambian el sentido de la gravedad y habrá que aguzar el ingenio más que la fuerza bruta. Es una pena que no se haya potenciado más este nivel, pues se echan en falta unas cuantas habitaciones más en las que emplear nuestras neuronas.
Pitch Black, es una base en la que avanzaremos a oscuras y tendremos que evitar los focos de los centinelas. Quizás se pueda decir que esta es la concepción que de Megaman de lo que es un juego de infiltración.
En Dinasty, navegaremos a través de una ciudad al más puro estilo de "El quinto elemento" a la caza de un ovni. En esta pantalla sí que se emplean las tres dimensiones. La ciudad está llena de carteles, coches y edificios. Sólo se echa en falta un poco más de libertada a la hora de recorrer el nivel, pues casi parece que vamos sobre railes.
En Central White, cabalgaremos un trineo de nieve, evitando los ataques y salvando obstáculos, como si de un matamarcianos se tratara. Por si no bastase con no caerse en los agujeros, un enorme avión aparecerá desde el horizonte y se dedicará a hacernos la vida imposible.
De todos modos, como la gallina de los huevos de oro a punto de agotarse, es más que necesario que el se intente adaptar el clásico a los nuevos tiempos, pues se puede decir que cada nueva versión de Megaman X pasa por ser una versión 1.2 o 1.3 del original. Quizás, ya que se puede elegir a dos personajes por nivel, seria curioso ver un Megaman para dos jugadores, lo que le acercaría a juegos como Contra, donde la colaboración es esencial y muy divertida.
En resumen, un juego clásico, divertido y adictivo, que no va a estar en las listas de bombazos, pero es digno y respetuoso con su legado.
l o m e j o r
l o p e o r
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.