Una bella cortesana que actuó de agente doble en plena Guerra Mundial; ilusos hombres de negocios dispuestos a caer en nuestros brazos gracias a las tácticas de seducción; un contexto interesante, repleto de personajes históricos y retorcidas tramas de espías.
Una bella cortesana que actuó de agente doble en plena Guerra Mundial; ilusos hombres de negocios dispuestos a caer en nuestros brazos gracias a las tácticas de seducción; un contexto interesante, repleto de personajes históricos y retorcidas tramas de espías; dos desarrolladores que fueron los encargados de dar vida a la mejor aventura de Indiana Jones... Con tan cautivador elenco de elementos, Mata Hari ofrece una experiencia atmosférica y llena de intriga, pese a que algunos de sus aspectos no están del todo pulidos.
Resulta curioso que en los créditos iníciales del juego, una figura histórica tan interesante como la de Mata Hari quede ensombrecida con la aparición de los nombres de dos eminencias en el campo de las aventuras gráficas: Hal Barwood y Noah Falstein, antiguos miembros de la compañía LucasArts y diseñadores del laureado Indiana Jones and the Fate of Atlantis -Indiana Jones y el destino de la Atlántida-. Con tamaña obra maestra a sus espaldas, es normal que los jugadores esperen unos mínimos de calidad en su nuevo proyecto, donde intentan recrear los periplos de la famosa femme fatale. ¿Tendrá el resultado final unos niveles de seducción y exotismo dignos de representar a este título?
La aventura se divide en una serie de flashbacks narrados por una de las amigas de Margaretha Geertruida Zelle, más conocida por su nombre artístico: Mata Hari. A grandes rasgos, era una bailarina de fama internacional que murió convertida en leyenda porque fue acusada de espía durante la primera Guerra Mundial, y ejecutada por ello. Corren diversos rumores y teorías sobre esta neblinosa faceta de Hari... ¿Realmente trabajó como agente doble para los franceses y los alemanes? ¿Accedió a información confidencial gracias a sus numerosos affaires con funcionarios militares? ¿Actuaba impulsada por sentimientos patrióticos, o quizás se tomaba el espionaje como una diversión? El juego toma sus pertinentes licencias para presentarnos a una versión de la protagonista que lleva siendo espía casi desde sus inicios como danzarina célebre.
El resto de puzles se basan en la utilización de objetos, y ofrecen una amplia variedad de situaciones -en parte, gracias a las diversas operaciones de espionaje en las que nos veremos involucrados-. Pese a que la originalidad para plantear problemas siempre estará presente, será inevitable que de tanto en cuando aparece algún tópico aventurero -¿cuántas veces hemos tenido que utilizar carbón en una hoja de papel para ver lo su dueño había escrito?-. Además, los enigmas a resolver son extremadamente fáciles, y en muchas ocasiones la solución a éstos se encuentra en la misma habitación o cerca de ella. De esta forma, parece que este producto está dirigido especialmente a los neófitos en el terreno de las aventuras gráficas.
El desarrollo de esta aventura gráfica ha sido extremadamente azaroso. Cuando la distribuidora Dtp Entertainment anunció su lanzamiento, el desarrollo corría a cargo de la alemana 4HEAD Studios, marca de Ahead Entertainment Software. Los estudios de 4HEAD cerraron debido a problemas financieros, e inmediatamente se creó Cranberry Production, equipo formado expresamente para finalizar el juego. Pese al número elevado de involucrados, Barwood y Falstein siempre han tenido un papel destacado en su producción. De todas formas, Mata Hari logró vencer los obstáculos y estará disponible en tiendas de la mano de Planeta DeAgostini a partir del 27 de este mes -traducido y doblado al español-.
Los periplos de esta espía de principios de siglo XX presentan atisbos de convertirse en una aventura gráfica adictiva gracias a su continúo despliegue de puzles variados y entretenidos. Los múltiples mini-juegos no rompen con el ritmo del juego, ya que su resolución es rápida y sus controles son sencillos. Los gráficos y la música logran adentrarnos en el ambiente de la época, y la variedad de escenarios está asegurada gracias al elenco de ciudades que podemos visitar. En general, Mata Hari apunta buenas maneras, aunque no podemos evitar tener la sensación de que se podría haber explotado mejor el conjunto de elementos que lo conforman.