Cuando en el 2005 la desarrolladora Mumbojumbo dio a conocer la primera entrega de Luxor, poco podían imaginar la bestia que estaban creando. Tres años y más de 50 millones de descargas después nos llega la última entrega de esta exitosa franquicia, Luxor: Quest for the Afterlife.
La duda que nos asalta es muy sencilla y muy humana. Cualquier persona que se enfrente a una cuarta entrega de una misma serie se le pasa por la cabeza inmediatamente la pregunta ¿va a ser más de lo mismo? En definitiva no estamos hablando de la última aventura de Indiana Jones ni de James Bond donde sus historias puedan sorprendernos en cada nuevo episodio. Luxor siempre ha sido, a excepción de un spin-off con Luxor Mahjong, un puzle de acción, donde el objetivo principal es disparar esferas tratando de unir tres o más del mismo color mientras serpentean pantalla abajo y evitar que lleguen a una pirámide en una esquina para no perder la vida. No hay más misterio.
Entonces, ¿qué podemos esperar de nuevo en Luxor:Quest for the Afterlife? Pues según Mark Cottam presidente de Mumbojumbo, muchísimo. Cottam asevera que 'en Quest for the afterlife hemos llevado Luxor a un nuevo nivel. Por primera vez los jugadores podrán escoger su camino y dejar Egipto. Los fans de Luxor descubrirán que globalmente la experiencia de juego ha mejorado. Hay nuevos fondos brillantemente renderizados, diferentes modos de juego y una apasionante historia que se va descubriendo durante la partida'. Tenemos Egipto, Nefertiti, saqueadores de tumbas, artefactos por descubrir y, por encima de todo, un juego adictivo. La verdad es que suena bastante bien.
Durante nuestra aventura iremos recopilando diferentes piezas de los artefactos que fueron robados de la tumba de Nefertiti. Una vez reunidos podremos disponer de todo el poder que los dioses otorgaron a dichos objetos. Entre otros tenemos artefactos como 'el carro', que nos permitirá desplazarnos a cualquier ciudad en un instante, o el 'ojo de Horus', que nos revelará en el mapa donde encontrar más piezas de artefactos. También tenemos los 'discos solares de Atón', para colocarlos en las ciudades evitando que los enemigos puedan cruzarlas, quedando a nuestra merced. Podría parecer que hay elementos de estrategia, pero no es así, es algo más sencillo pero que añade atractivo al juego.
Luxor: Quest for the Afterlife gráficamente está algún nivel por encima del resto de juegos de la familia de los puzles de acción, pero no vemos un salto muy apreciable respecto a la versión anterior. Luxor 3 realmente sí significó un paso adelante en gráficos respecto a sus predecesores. En el título que nos ocupa, sin embargo, faltaríamos a la realidad si no dijéramos que se funden perfectamente con el juego. Pese que hay niveles más propios del Luxor clásico, se puede apreciar un cuidado especial de los diseñadores en hacer que las esferas no desentonen del entorno previamente renderizado. Realmente es un placer ver como las esferas siguen el contorno de un plato o de una pulsera en su camino a la pirámide. Los niveles se van alternando con el desarrollo de la aventura narrado por la propia Nefertiti. El doblaje, aunque en inglés, está perfectamente realizado, siendo la parte más importante en el aspecto sonoro porque tanto la música -aquí no hay sorpresas, es de ambientación egipcia- como los efectos, cumplen su propósito, ambientarnos en el entorno exótico donde se narra la historia.