Hace unos ocho años, surgió una de las compañías cinematográficas que estaban destinadas a hacerse un nombre en el séptimo arte. Lo hizo con una película animada, El príncipe de Egipto, y desde entonces ha tenido un éxito imparable gracias a franquicias como Shrek. DreamWorks, estudio formado por el mismísimo Spielberg junto a otros talentos creativos del mundo cinematográfico, cumple su décimo aniversario, justamente como empezó: con un film animado.
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Y lo hacen por todo lo alto. El príncipe de Egipto narraba la clásica historia bíblica de Moisés, un argumento no del todo apropiado para un videojuego enfocado al mercado masivo. Pero esta vez, sí. Los juegos de Shrek resultaron ser más dignos de lo que parecían y este, Kung Fu Panda para Nintendo DS, también está a un nivel más que aceptable. Por suerte, el paso de película-videojuego no ha sido accidentado y Vicarious Vision se ha sacado de la manga un título bastante divertido. Como no podía ser de otra forma, la historia sigue a rajatabla la presentada en el film animado que se estrenará el próximo viernes 10 de julio: en la China ancestral, un malvado villano ha resurgido y los maestros de artes marciales más reconocidos deberán enfrentarse a él. Pero por alguna razón no son capaces, así que tocará recurrir al último en unirse al clan: un panda. Irónicamente, este animal es el más vago, y eso se transporta tanto a la película como al juego, inundando el guión de humor.
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Jugabilidad ¿Y qué ha hecho Vicarious Vision para que Kung Fu Panda resulte tan satisfactorio? Pues en primer lugar, recuperar uno de los sistemas de juego más clásicos y funcionales que existen: las plataformas. Así, avanzaremos por todo el mapeado saltando y recogiendo ítems, al tiempo que acabamos con enemigos y nos introducimos en la historia de la película. No todo es tan simple, sino que poco a poco las cosas empiezan a ponerse más difíciles. Nuestro panda no cuenta con demasiadas habilidades al principio, sino que irá obteniéndolas gradualmente y, de forma similar a Metroid o Castlevania, le abrirán nuevos caminos que previamente estaban ocultos o eran inalcanzables. Este elemento de exploración no es muy complejo, sino que se limita a ser funcional y añadir un poco más de interacción con el entorno.
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Las nuevas habilidades van desde más combos hasta la posibilidad de convertir al panda en una bola, para pasar por zonas bajas o coger impulso en las cuestas. Sí, como Samus. Lo verdaderamente llamativo dentro del apartado jugable es cómo Vicarious Visions ha enfocado cada uno de estos aspectos. A la -ligera- exploración, y una buena base, se le suma un sistema de combate tan satisfactorio como adecuado. Todo se realiza mediante la zona táctil, bajo el mismo motor que ostentaba el Spider-Man 3 de Nintendo DS. Esto significa que cada ataque que realicemos se hacer garabateando en la pantalla inferior. Para atacar sin más, bastará con arrastrar el lápiz hacia una dirección, si queremos seguir un combo, volver a rascar, etcétera. Es un sistema muy intuitito y que añade además varios tipos de técnicas más complejas, que irán aprendiéndose a medida se avanza, como algunas exclusivas de los maestros -la del mono, por ejemplo, permite agarrarse en las alturas-.
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Lo mismo ocurre con la interacción con el mapeado. No se ataca con los botones -que sirven para moverse y saltar-, y tampoco se usa la cruceta para realizar ninguna acción. Convertirse en bola es tan fácil como pulsar dos veces la flecha de abajo o presionar la zona táctil y arrastrar hacia esa dirección. Agarrar a un enemigo o un objeto, ya sea para lanzárselo a otro o simplemente abrir una puerta, se hace arrastrando el lápiz hacia el objeto y seleccionando la opción Agarrar. Se añaden, además, pequeños puzzles que dotan de mayor entidad al juego. Es un producto enfocado directamente a los más jóvenes, pero no descuida un público más amplio y eso siempre es de agradecer. Irán desde cosas tan sencillas como mantener un ítem sobre un interruptor, hasta otros donde tendremos que exprimirnos los sesos. Todo esto, de nuevo, utilizando la pantalla táctil. El diseño de niveles también es digno de mención. Sería imposible crear un escenario de avanzar sin más, con la idea de implementar exploración y puzzles. Por tanto, Vicarious ha añadido varios caminos en algunas fases, haciéndolas más dinámicas y divertidas. No supone un punto de inflexión en la historia de los videojuegos ni es especialmente complejo, pero para lo que vienen a ser los juegos basados en licencias de películas, tampoco está nada mal.
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Apartados técnicos Kung Fu Panda luce realmente bien. Deja de lado los sprites 2D y presenta un acabado gráfico totalmente tridimensional, tanto para los fondos como los propios personajes, bien diseñados y con una cantidad de polígonos generosa. Las animaciones del panda son, obviamente, muy decentes, así como las de los enemigos y todo lo que aparece en pantalla. Los escenarios son simples, pero correctos, y si bien no explotan DS al 100% si que pueden presumir de ser bastante simpáticos y agradables. Las conversaciones están presentadas con los típicos cuadros de textos acompañados de una imagen del personaje. ¿Y las melodías? Genéricas. No destacan en exceso pero tampoco molestan, algo que se extiende a los efectos sonoros.
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