Konami Krazy Racers (Nintendo GameBoy)
Después de ver como a SONY o a RARE le salía caro el intento de unir a unos cuantos personajes y batirlos a una carrera sin ley, Konami decide emprender su propia iniciativa en el primer cartucho para Game Boy Advance relacionado con los sugerentes Karts...
Konami acaba de tener un golpe de suerte que agradecerá durante las primeras semanas en que Krazy Racing esté a la venta en el continente europeo. Y es que Mario Kart Advance, el molde y guía de su producción, ha caído de la oferta inicial de Nintendo, hecho que brinda a los chicos de KCET de un tiempo precioso para que luzcan su palmito...
Pero no se han dormido en los laureles, y aunque saben que durante los meses de ausencia de la obra de Inteligent System ellos serán los únicos que tapen el cupo de los juegos de karts, el cartucho protagonizado por sus más emblemáticos personajes viene cargado de tantas novedades como para hacernos olvidar momentáneamente lo que más tarde será el retorno de un grande de la industria.
Para empezar, lo entrañable de KR es que dispondremos de ocho personajillos que ya han se han labrado una reputación bastante importante en varios de los títulos más memorables de la desarrolladora nipona. Seguramente el protagonismo se le atribuirá a Goemon, quien recientemente dejó huella entre los usuarios de Nintendo 64 gracias a dos soberbias intervenciones en el campo de las aventuras y las plataformas. La sección de matamarcianos va a estar muy bien cubierta por tres representantes que parecen haber perdido algo de rutilancia últimamente: las cabezas de pascua de Gradius, Winbee, la chica que pilotaba la nave rosa de Twinbee, y por último, Octopuso, el pulpo de color rosa que soltaba zambombazos sin prejuicios en Parodius. Castlevania y Metal Gear estarán presentes gracias al Ninja de la obra de Kojima, y a un Drácula tan almíbarado que apenas le recordarás de su remozada época expandiendo el pánico por Transilvana. A parte, habrá un par de competidores no tan conocidos en nuestro país, puesto que el jugador de béisbol que cedía su imagen para la portada de Powerfull Pro Kun nunca ha tenido la oportunidad de saborear el mercado español. Al igual que el tutor de Pop'n Music, una variante de Dance Dance aparecido en GBC el pasado año.
Una vez presentados los "substitutos" por baja de Mario y compañía, llega el momento de enumerar los parecidos (más que razonables) respecto a las creaciones del gurú Shigeru Miyamoto. El primero es el inexorable plantel de items que iremos recogiendo en cada carrera, de modo que la mejor forma de abrirte paso entre un campo de coches descontrolados será dejando un par de regalitos para que sepan lo que realmente es morder el polvo. Por lo que hemos podido ver, habrá una sustanciosa cantidad de objetos que por lo menos, tienen la pinta de ser más devastadores que los pobres efectos de Diddy Kong Racing o Street Racer. El más relevante (o eso parece) es la figura de un diamante que se marca en el panel de armamento, al que una vez accedido, soltará un par de descargas tan prominentes que te permitirá ver hasta la integridad del esqueleto de todos tus rivales y someterlos a un estado de inconsciencia suficiente como para rebasarlos. También hemos podido distinguir una especie de dinosaurio, integrante de Pop'n Music, que se acerca al corredor más cercano y le suelta un coletazo de aupa tumbándolo durante unos instantes que puedes aprovechar para dejarlo a la zaga. Por lo demás, esperamos ver las típicas trampas que ralenticen los pasos de todo animal que pase por encima, o algún que otro proyectil que haga saltar por los aires a aquel que reciba su impacto.
La verdad es que gráficamente no va a acoquinar el trabajo realizado desde las oficinas de Nintendo y su MKA. Al menos se defiende con unas transparencias como para quitar el hipo, un colorido hasta ahora inaudito en una portátil, personajes a base de sprites bastante generoso en tamaño, y una sensación de velocidad muy por encima a lo hicieron homónimos suyos en SNES. Lo mejor de todo es el trazado de Gradius, con la tierra distorsionándose con la base de la carretera y un montón de estrellas de fondo iluminando nuestros pasos... de todas formas carece de la vidilla del cartucho del fontanero. De hecho, se le echan en falta más elementos móviles, árboles más resultones o muros que no sean igual de planos que en las producciones de la doméstica de 16 Bits de la gran N.
También hemos tenido la fortuna de percatarnos de varios tipos de recorridos que harán de domo a cada uno de los partícipes. Asimismo, una ladera rebosante de casas del Japón feudal, pavimentos en un cielo nublado, o castillos circunvalados por lagos de lava, serán más que una simple cuestión estética. Esto provocará que cada uno de ellos realice un papel más notorio en su casa, y se equilibre algo más la balanza en cuanto a puntos y formas de ascender peldaños en esta dura competición.
Últimamente ha estado en boca de todos la capacidad sonora de GBA. Pues bien, el ahora rebautizado Krazy Racing ya presenta sus modales en la pantalla de introducción con voces digitalizadas que sueltan varios "Oh Yeah!", cantos hiphoperos, y lo mejor de todo, melodías tan pegadizas que nos han obligado a escucharlas una y otra vez sin miedo a cansarnos antes de tenerlo en nuestras manos.
No va a sustituir el vacío inicial del anhelado Mario Kart, pero va a hacer su espera mucho más llevadera. Aunque no es justo ponerle en un segundo plano, puesto que puede valerse por si solo sin miedo a comparárselo con nadie, y más sabiendo que viene avalado por la fiabilidad de Konami. Tememos, eso sí, por que el ausencia del modo batalla le cause demasiado daño...
- Conducción