El rol, visto desde una perspectiva diferente.

Gracias a Proein llega hasta nuestras tierras la cuarta parte de la saga King's Field, una serie de juegos de rol algo diferentes a lo habitual. Si bien estos juegos tienen su pequeño grupo de seguidores, puede que sus características no consigan calar en el resto de los consoleros.

King's Field es una saga de rol un tanto diferente. Quizás por el hecho de que mezcle elementos de rol con elementos de acción en primera persona, no consiga triunfar claramente en ninguno de los dos campos.

De todos modos, no se puede decir que la cuarta parte sea un mal juego. Tan solo es un juego especial, diferente… en definitiva un juego que gustará a un grupo muy particular de personas, mientras que pasará desapercibido por completo para el resto de los mortales.

En principio hay que reconocer que este juego es de rol, pero no el rol que conocemos de Japón; sino el rol como lo mandan los libros de juegos de rol. Bueno, quizás no sea tan completo para no complicar en demasía al jugador, pero sí que hay muchos más elementos de los que suelen ser habituales.

Para empezar, la equipación del personaje es de lo más completa que se puede pedir. Empezando la partida desnudo, habrá que conseguir equipación para cabeza cuerpo, manos, pies, una defensa (como un escudo), un arma (comenzando con simple garrote)…

Cada elemento que se lleve encima tendrá un peso, y dependiendo de la fuerza del personaje se podrán llevar más o menos cosas equipadas.

En cuanto a la parte de acción, el juego tiene una perspectiva en primera persona, al igual que los juegos de disparos, tales como Red Faction, o Unreal. En la pantalla se verá lo que haga el jugador a través de los ojos del protagonista, aunque de una manera bastante más lenta de lo que se podría esperar de un FPS.

En resumidas cuentas aquí se presenta un juego que intenta triunfar en dos géneros al mismo tiempo, pero que por ello fracasa en ambos. Si es que ya lo dice el refrán, quien mucho abarca, poco aprieta.

En cuanto a la historia, tampoco hay mucho que contar. En un mundo de fantasía medieval, un antiguo ídolo culpable del exterminio de una raza ha vuelto a la vida cuando se le creía perdido para siempre, y ahora amenaza con acabar con la humanidad. El protagonista comienza la aventura con la tarea de regresar a la Ciudad Antigua para acabar con la maldición.

Un argumento que suena algo visto en estos tiempos, y que difícilmente asombrará a nadie. Durante la partida se irá conociendo personajes secundarios que hablarán con nosotros para darnos pistas e ir desvelando un poco más la historia.

Al apartado gráfico hay que reconocer que es de lo mejor que tiene el juego, aunque en ciertos aspectos demuestre algunas carencias y lagunas. Primero comenzaremos hablando de las cosas buenas que sí hay en este juego.

Para empezar, hay que hacer mención a unas texturas muy bien trabajadas, muy sólidas y que dan todo un aspecto sobrio y real. Esas mismas texturas se ven con una nitidez realmente buena, lo que en general propicia un aspecto gráfico bien acabado.

Además, para completar se ha incluido en el juego un anti-aliasing que impide que veamos cualquier tipo de imperfección.

Por otro lado, los efectos de luces son igualmente buenos, especialmente los que producen las antorchas que encontraremos en las muchas mazmorras que hay por el juego. Pero es que cuando no haya antorchas la sensación de oscuridad también está muy bien conseguida, siendo muy jugable y pudiendo ver todo, pero ambientando de manera oscura.

El efecto del agua es mejor cuando se está dentro que fuera. Desde dentro se ve una deformación de la imagen que da el pego de manera más que correcta. Por desgracia desde fuera el agua no es más que una textura algo simple de más. También da el pego, pero no tan bien como el resto de los apartados visuales.

En cuanto al movimiento, en primer lugar hay que reconocer que es muy suave. Sobre todo el movimiento del protagonista. Sin embargo, aquí es donde comenzamos con los peros. El primero viene motivado por la velocidad, ya que tanta suavidad repercute en que el movimiento del protagonista es muy lento.

Y claro, en el juego, al tener toques de acción, es muy importante la velocidad. Al movernos de manera tan lenta, en primer lugar los desplazamientos largos se harán aburridos y tediosos, y los combates se harán algo más complicados de lo que desearíamos. Puede que parezca que así el juego es más realista, pero a la hora de jugar, lo único cierto es que complica las cosas.

Los enemigos también se mueven de manera muy suave, e incluso están dotados de interesantes detalles que podremos ver si nos fijamos en ellos, pero por desgracia su animación es muy escasa, y su movimiento lento.

Si seguimos mencionando fallos, no se puede pasar por alto el hecho de que el juego no solo no incluye selector de hercios, sino que además, las franjas negras en las partes superior e inferior de la pantalla son de un tamaño considerable, al menos para los tiempos que corren.

Por lo menos el juego sí ha sido traducido al castellano, aunque con una traducción algo pobre, pues es bastante frecuente encontrar palabras mal traducidas, o incluso alguna falta de ortografía.

La música de este juego hay que reconocer que es bastante buena, aunque diste mucho de ser perfecta. Todas son composiciones con una gran calidad orquestal, y de ambiente muy medieval. Suenan de maravilla, pero sólo al principio, ya que son bastante cortas y en poco tiempo se comienzan a hacer repetitivas. Por lo menos hay bastantes, y cambian según la zona.

Por lo que tras una muy buena impresión inicial, hasta el más paciente terminará por bajar el volumen, momento en el cual pasan a un segundo plano y dejan de ser tan pesadas. Ambientan, pero nada más.

Los efectos de sonido son bastante simples, pero al igual que las músicas cumplen bien con su cometido. No hay muchos, pero al menos todas las acciones tienen su correspondiente sonido. Desde los golpes a los enemigos, hasta los sonidos que estos producen al ser golpeados. También se pueden encontrar sonidos más que correctos para los pasos, apertura de puertas, chapotear del agua… etc.

Llegamos por fin al apartado más flojo del juego, y también al más polémico. La jugabilidad de este título cojea por casi todas partes, pero aun así, puede que guste a ese pequeño grupo de incondicionales al que al principio hacíamos referencia.

En primer lugar, el juego intenta combinar dos estilos, sin conseguir triunfar destacadamente en ninguno de ellos. La parte de acción es la más castigada, pues no se puede conseguir un buen juego en primera persona si no se dispone de la suficiente velocidad, y eso es justo lo que pasa aquí.

La justificación se encuentra en la parte de rol, una parte que es diferente a lo que los usuarios de consolas están acostumbrados, pero que por su particularidad puede sí gustar a alún grupo reducido de jugadores.

De todos modos, no todos los detalles se corresponden a un juego de rol puro. Por ejemplo, el personaje no puede ser moldeado, ni en sus atributos físicos ni mágicos, lo que limita un poco la variedad del juego.

Juego que ante todo, hay que reconocer que es lento. Ya no solo porque la acción se desarrolle despacio, sino porque los desplazamientos, las búsquedas y en general todo lo que se haga en el juego se hace de manera muy lenta. Este debe ser el primer punto que debe superar el jugador que quiera aventurarse en el mundo de King's Field IV.

Después el juego se convierte en un explora-mata-recoge-usa. Básicamente hay que llegar a cada nueva zona desde la anterior, matar a todos los enemigos que la pueblan para poder explorar la zona con tranquilidad, recoger todas las cosas útiles y pasar a la siguiente zona tras resolver el imprescindible puzzle.

En cuanto a como se utilizan las armas, hay que mencionar que es un sistema curioso, muy apropiado para este tipo de juegos. Dependiendo del arma que se empuñe esta será más o menos lenta. Cuando se usa, se golpea con toda la fuerza y se causa un 100% de daño, pero después hay una barra que se recarga más o menos rápido, dependiendo del arma. Si se golpea antes de que se cargue por completo, no se causará todo el daño al enemigo, e incluso si está demasiado baja, incluso se puede fallar el golpe.

Y si se habla de las zonas, la verdad es que hay bastantes y variadas. Unas 40 zonas que pueden ser exploradas de manera independiente a la  historia del juego. Y para completarlos, unos 100 monstruos los llenarán de peligros para el jugador

Muchos toques de rol ambientan este título para meterlo más en el género. Se puede hablar con los personajes secundarios, aunque sus frases sean automáticas. También se pueden comprar objetos en las tiendas, para lo que habrá que ahorrar antes con el dinero recogido de las criaturas eliminadas, o tesoros encontrados.

No cabe duda de que como juego de rol, éste tiene una amplitud de movimiento muy grande. Escenarios variados y bastante grandes (podrían serlo más) hacen que explorar el mundo sea una tarea tan larga como tediosa si no se afronta con la suficiente paciencia.

En definitiva, éste es un juego especial, y no apto para todos los públicos. Hay que ser muy amante del rol puro y duro para encontrar aquí un juego al que dedicarle muchas horas. Especialmente por la paciencia que necesita, sobre todo las primeras partidas hasta que se adquiere un poco de experiencia.