Análisis de Jurassic World Evolution 3, el parque de dinosaurios casi definitivo

Hace exactamente cuatro años estaba en esta misma silla escribiendo el análisis de Jurassic World Evolution 2. Era más joven, estaba más delgado y tenía más pelo. Diría que al menos ahora soy más sabio, pero no estoy seguro. El caso es que recuerdo a la perfección la decepción que sentí por entonces. Aquella secuela estaba llena de novedades de peso, pero también de recortes. Daba un paso adelante y dos hacia atrás. La campaña, por ejemplo, se había convertido en un mero tutorial de tres horas. Seguía siendo un buen juego de gestión, pero se quedaba muy lejos de lo esperado. Por eso me pone tan contento que la sensación con Jurassic World Evolution 3 esté en las antípodas. Es una entrega que no solo añade, sino que escucha las críticas y corrige errores del pasado.

El modo historia es fantástico

Hay un número que lo resume todo: son las más de 20 horas que nos ha llevado superar la campaña en esta ocasión (y eso sin alcanzar las cinco estrellas en todos los parques). Jurassic World Evolution 3 cuenta con 10 niveles distintos y cada uno tiene una localización y unos objetivos diferentes.

En Indonesia se nos puede pedir que hagamos rentable una instalación de experimentación genética (sin visitantes, con lo difícil que es eso) y en Las Vegas que nos centremos en los carnívoros y demos al público lo que pide (diversión y espectáculo). Hay localizaciones sensibles a las inclemencias meteorológicas y otras donde proliferan las enfermedades. Tenemos archipiélagos, desiertos y bosques japoneses con los cerezos en flor. Zonas centradas en lo acuático y parques temáticos de aves aéreas. Es variadísimo y encima, no lineal. Tú eliges tus destinos y puedes cambiar entre ellos en cualquier momento.

Todos los niveles están unidos por una misma trama que gira en torno a un grupo de hackers animalistas que tratan de sabotear nuestros planes para dejar a los dinosaurios en libertad. Vaya giro de timón con respecto al anterior y qué manera de poner en valor el modo historia. Te enseña los conceptos básicos y después te engancha y desafía. Es justo lo que pedíamos.

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¿Qué hay de nuevo, viejo?

La reproducción es la novedad estrella de Jurassic World Evolution 3. En los anteriores juegos, todas las criaturas eran hembras adultas, pero aquí también hay machos y crías de dinosaurio. Lejos de ser una versión en miniatura del resto, los más jóvenes tienen sus propios comportamientos y necesidades. Verlos nacer y crecer resulta fascinante. Pueden heredar los rasgos de los padres, mezclar sus patrones de colores y hasta desarrollar variaciones genéticas. Ya era hora de que alguien se tomara al pie de la letra lo de que la vida se abre camino.

La crianza es un mundo. Dependiendo de nuestra negligencia como padres se convertirán en adultos fuertes y autosuficientes o en todo lo contrario. Pero claro, cuando son pequeños exigen más espacio, amigos y toda clase de atenciones que no siempre serán fáciles de satisfacer. Por no hablar de su rebeldía y su dichosa manía de fugarse cada dos por tres.

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Nos vemos obligados a señalar cómo afectan en lo económico en recuerdo de John Hammond. Los adultos que han crecido como Dios manda atraerán a más gente, y sobra decir que las crías disparan la afluencia de visitantes (¿quién no quiere ver un bebé de velocirraptor?). Hasta se han incorporado nuevas atracciones para el público, como la que acoge encuentros entre los niños y los dinosaurios recién nacidos, para que puedan tocarlos y verlos de cerca.

Además de permitirnos estudiar las diferentes etapas de su vida (infancia, madurez y vejez), la presencia de machos y crías abre un mundo de interacciones entre dinosaurios. Por ejemplo, si no tenemos ejemplares de ambos sexos, algunas especies echarán en falta al género contrario y se sentirán solas. También veremos a los adultos proteger a los jóvenes de amenazas, e incluso observaremos cómo ligan, hacen amigos y van en grupo. Es, en definitiva, una novedad que bien justifica un nuevo juego.

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¿Cuántos dinosaurios hay en Jurassic World Evolution 3?

Es esta entrega hay un total de 86 especies de dinosaurios, una cifra parecida a la que tuvo Jurassic World Evolution 2 de salida, pero claramente inferior a la que alcanzó con sus DLC (123). Si creéis que es para sangrarnos de nuevo con contenidos de pago, esperad y dadle a Frontier una oportunidad. El estudio ha prometido ir añadiendo todos los que faltan con actualizaciones gratuitas. Si no ha llegado a tenerlos de salida es por haber tenido que hacer variantes masculinas y crías para todas las especies.

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Un aluvión de novedades pedidas desde el Cretácico

Somos de la firme opinión de que son los detalles los que marcan la diferencia. Por eso, a nosotros lo que más nos ha gustado no son las novedades anunciadas a bombo y platillo, sino los pequeños cambios que se han hecho en decenas de aspectos. Muchos eran peticiones recurrentes de la comunidad y sacarán una sonrisa a los veteranos de la saga.

Al fin tenemos un indicador en la interfaz de los dinosaurios que marca exactamente qué vegetación echan en falta, un botón para deshacer nuestra última acción y muchísimas más opciones de personalización para los diseños y la estética del parque, también para las tiendas. El juego es antes y un después en manipulación del terreno y el agua (¡tiene construcción modular y cascadas!), permite nacimientos fuera de lo criaderos y hasta incluye especies híbridas que viven en el agua y la tierra, o en las alturas y los bosques. Por no hablar de ese nuevo puñado de atracciones como las tirolinas, los vuelos en globo aerostático y lo paseos en kayak. Todas vuelven a ser disfrutables en primera persona.

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Nuestra mejora favorita

Si tenemos que quedarnos con una, nuestra debilidad son las nuevas cámaras de seguridad y los puestos de mantenimiento. Permiten automatizar las tareas más tediosas. Se acabó lo de ir diciéndole a la ambulancia de forma manual qué dinosaurios tiene que curar. Asignamos un equipo de paramédicos a una sección del parque y listo. Se encargarán cada vez que haya un problema.

Lo mismo para reparar verjas y capturar a las criaturas que se escapan. Antaño llegaba un punto en el que te cansabas de parecer el conserje. Jurassic World Evolution 3 dice adiós al aburrimiento, a encallar en las mismas acciones una y otra vez. ¡Si hasta tenemos estaciones meteorológicas y contramedidas para los fenómenos climáticos!

Ahora podemos aspirar al sueño americano: poner los pies encima de la mesa de un despacho, mirar por las cámaras cómo trabajan otros y disfrutar al notar cómo crece el contenido de nuestra cartera. En los anteriores había momentos en los que solo podías achicar agua y sentías que el juego era injusto. En esta secuela, si te las ingenias para ser un buen gestor, tranquilo que podrás disfrutarlo.

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¿Dónde está Jurassic World: Rebirth?

El modo Teoría del Caos es el recorte más evidente de Jurassic World Evolution 3. Fue la gran novedad del anterior y proponía misiones sacadas de diferentes películas de ‘Jurassic World’. Eran desafíos en plan “¿qué pasaría si...?“ (o lo que es lo mismo, jugar a reinterpretar lo que sucedía en las cintas). Es verdad que la actual campaña y los nuevos nuevos desafíos (mucho más numerosos y variados) compensan la pérdida, pero pone el foco sobre algo evidente. ¿Qué pasa con la relación con el cine?

Cada misión de Teoría del Caos se basaba en una película diferente y exprimía al máximo la licencia. No solo perdemos aquello, sino que no hay referencia alguna a la última película, esa ‘Jurassic World: Rebirth’ de Scarlett Johanson. Seguimos contando con la voz de Jeff Goldblum, la banda sonora de John Williams y skins basadas en las cintas de Spielberg, pero se antoja una oportunidad perdida. Si antes, al hablar del número de dinosaurios, os decíamos que le dierais una oportunidad a Frontier, en este apartado sí que huele a expasión de pago en camino.

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Un juego de gestión infinito

El modo sandbox siempre se ha caracterizado por ser un sumidero de horas. Cuando te pones con él, más te vale avisar a tus familiares de dónde estás. Lo mismo no vuelven a saber de ti en tres días. Es así de adictivo. Resulta un sueño hecho realidad para los fans de los dinosaurios, las películas y los juegos de gestión. Pero el caso es que la cosa ha terminado de irse de madre con Jurassic World Evolution 3.

En esta entrega podemos crear nuestro propio terreno partiendo de cualquiera de los niveles del modo historia, de localizaciones emblemáticas de las películas como la isla Nublar o... ¡de la nada más absoluta! Como lo oís. Jurassic World Evolution 3 permite esculpir cada montaña, árbol y riachuelo alrededor de nuestro parque. Desde elegir entre una masa de tierra y un archipiélago hasta cambiar los techos, las ventanas y cada pared de sus edificios gracias a la construcción modular. Habíamos perdido la fe con es característica, pero aquí está. ¿Y sabéis lo mejor de todo? Las creaciones se pueden compartir online con otras personas.

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Resultaría ridículo repasar la lista de opciones de personalización porque la lista en sí es ridícula, absurda, infinita. Cada roca de la vegetación, la iluminación, texturas, logos... Tiene todas las opciones que soñamos cuando se lanzó la primera entrega. Una locura que tendrá que pasar la prueba del algodón de la comunidad. Serán los expertos en editores y construcción quienes le saquen el máximo partido y quienes marquen sus límites y problemas. Por suerte, seguiremos sus pesquisas gracias a que los mapas más populares de los jugadores podrán descargarse y ser disfrutados por cualquiera.

Seguimos echando en falta algunas opciones de administración que sí encontramos en juegos como Zoo Tycoon o el mismísimo Jurassic Park: Operation Genesis. Opciones sobre el personal, las finanzas del parque y los asistentes. Podría haber más atracciones para el público y más mejoras para las lagunas y los aviarios. La IA de ciertos dinosaurios y científicos sigue dando razones para alzar la ceja y... en fin, siguen existiendo margen de mejora. Ahora bien, con la crianza, la automatización de tareas, la construcción modular, las semillas online y semejante modo historia, esas quejas se antojan minucias. Frontier ha rellenado todas las lagunas importantes de la saga y materializado las peticiones más difíciles de cumplir. Invita al aplauso más que a ponerse quisquillosos.

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Falta de colmillo visual

A pesar de ser la primera entrega sin versión para PS4 y Xbox One, el mayor debe de Jurassic World Evolution siguen siendo los gráficos y el apartado técnico. Los tiempos de carga son mortales, en especial cuando fallas un desafío y le das a reiniciar. Hablamos de ‘cargandos’ de un minuto, minuto y medio. Por su parte, la cámara continúa volviéndose loca de vez en cuando. Acostumbra a fallar determinadas órdenes, colapsar y atraversar el suelo. Los bugs y problemas de rendimiento no son un rara avis.

No negaremos que el juego ha hecho mejoras. De cerca, los dinosaurios han mejorado. Los mapan son algo más grandes y el apartado artístico tan variado y colorido ayuda a disimular las carencias. Sin embargo, los fallos le saltan a uno a la cara. Es difícil hacerse el loco. Tiene un popping terrible, muchas criaturas traspasan los cercados y hay tantos problemas de colisiones que a menudo los vehículos no llegan a su destino. Ojalá se viera como en según que imágenes promocionales.

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