Infinity Blade III

Infinity Blade ha sido y sigue siendo una saga de referencia en iOS gracias a dos aspectos clave: su abrumadora puesta en escena y una jugabilidad diseñada especialmente para el siempre controvertido interfaz táctil de nuestros iPhone, iPad e iPod touch. Aprovechando buena parte del potencial técnico del Unreal Engine 3 de Epic Games, ChAIR Entertainment ha completado una trilogía muy especial para smartphones y tablets, cuidando al máximo tanto su ambientación como diseño artístico y llevando el juego táctil a otro nivel, a pesar de que para muchos, sus mecánicas no pasen de sosas y repetitivas. Pero Infinity Blade es mucho más; ahora, con la tercera entrega ya disponible en la AppStore, nos disponemos a comprobar en nuestro análisis si Infinity Blade III responde a tan altas expectativas o, por el contrario, no ofrece mucho más a una fórmula de juego ya muy explotada en plataformas táctiles.

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Así, la primera entrega supuso una revolución a nivel técnico, aunque su desarrollo pecaba de una excesiva reiteración de situaciones, limitándonos a participar en combates algo sencillos una y otra vez, sin mucho más que hacer que observar las espectaculares secuencias. Un año después llegaba su secuela, Infinity Blade II, un título destinado a perfeccionar una fórmula con mucho margen de evolución y que lo lograba añadiendo un guión más complejo y maduro, mecánicas de lucha algo más complejas y variadas y un buen puñado de armas, objetos y otros elementos con los que personalizar nuestra experiencia de juego, algo que le valió para convertirse en uno de los juegos más deseados a finales de 2011. Y llegamos a la tercera entrega, Infinity Blade III, el cierre de la trilogía que mantiene el espíritu del primero y la variedad del segundo destinado a convertirse en todo un must have en iOS, aprovechando el potencial de las últimas versiones de hardware de Apple, especialmente del ya próximo iPhone 5S, del cual sacará provecho de su nuevo procesador de 64 bits.

El eje central de la aventura se mantiene intacto, es decir, pasaremos de un combate a otro hasta alcanzar el final boss de turno a lo largo de un periplo que nos llevará a visitar todo tipo de parajes para acabar con el Desvelador de secretos y su ejército de titanes inmortales, ahora, de la mano de dos personajes diferentes, el legendario guerrero Siris y la ágil ladrona Isa, que ayudarán al Rey Dios Raidriar a acabar con tan terrible amenaza. Ahora podemos seguir nuestro viaje a través de un mapa tridimensional situado en nuestra guarida y dividido por capítulos; así, si caemos antes un enemigo, volveremos a empezar en el último checkpoint de cada área. Ello nos obligará a estar pendientes del sistema de progreso de nuestros dos personajes, adquiriendo y mejorando objetos y nuestras habilidades, subiendo de nivel y adquiriendo mucho más poder; y es que a partir de cierto punto deberemos librar brutales batallas contra unos enemigos tan fascinantes como poderosos, los dragones. Podemos adquirir equipamiento a través del dinero que encontraremos en los cofres repartidos por los escenarios y que deberemos encontrar potenciando la exploración entre combates, deslizando el dedo por la pantalla a nuestro alrededor. También podemos pasar por caja mediante micro-pagos, completando un desarrollo común a la saga.

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Así, en ocasiones hará acto de presencia una misteriosa mujer que nos ofrecerá valiosos objetos y armas con descuentos especiales, una manera de animar al jugador de recurrir a dichas micro-transacciones; a pesar de que nunca es obligatorio, sí resultará más cómodo que repetir una y otra vez varias secuencias para amasar algo más de dinero, puesto que determinados items resultarán bastante caros. Gracias a nuestra guarida podremos interaccionar con el comerciante, elaborar pociones ‒mediante los ingredientes y plantas que encontremos‒, combinar gemas y forjar nuevas armas, eso sí, con la molesta presencia de contadores, más o menos longevos dependiendo del objeto a fabricar; aunque siempre podremos acelerar el progreso mediante una moneda premium que adquiriremos completando objetivos secundarios o, de nuevo, vía micro-pagos.

Asimismo, podremos recoger llaves especiales que servirán para abrir determinados cofres, siendo Isa mucho más hábil en este sentido que Siris. Con todo, Infinity Blade III ofrece cierto margen a la exploración, aunque no deja de mostrar tendencias de corte freemium en un título que ya vale casi 6 euros en la AppStore. Por otro lado, y ya una vez en el campo de batalla, tenemos la opción de jugar con los dos héroes, Siris e Isa. Mientras que Siris desarrolla técnicas típicas de la saga ‒mediante armas y escudos de gran tamaño y armaduras considerables‒, Isa resulta mucho más ágil y versátil frente a enemigos de gran tamaño. En ocasiones podremos alternar entre ambos personajes, mientras que otras áreas estarán específicamente diseñadas para un héroe determinado, añadiendo algo de variedad a su desarrollo. Cada personaje sube de nivel de manera independiente; además, podremos mejorar y aprovechar sus técnicas únicas para salir victoriosos de maneras distintas según la ocasión.

A nivel sonoro no se queda atrás, con melodías instrumentales de corte épico y efectos de sonido implacables que nos meterán de lleno en la acción, además de unas interpretaciones de los personajes realmente logradas, eso sí, en inglés, aunque con la posibilidad de seguir el guión mediante subtítulos en castellano. Su jugabilidad se mantiene fiel a la saga, con combates totalmente gestuales y con un nivel de precisión envidiable; muchos títulos han tratado de imitar la acción de los Infinity Blade, pero ninguno logra trasladar nuestros movimientos de una forma tan directa. Podemos esquivar mediante iconos situados en las esquinas inferiores, bloquear los golpes con nuestro escudo ‒ambas acciones con un número limitado de movimientos por combate‒, dejar al enemigo aturdido tras un bloqueo con arma y aprovechar así el momento para asestar todo tipo de golpes y combos deslizando el dedo por la pantalla. Incluso podemos recurrir a técnicas especiales tras una serie exitosa de golpes para terminar el combate a nuestro favor.

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Los diferentes tipos de armas tendrán mucho que decir en el desarrollo y resultado de los enfrentamientos, uno de los aspectos más cuidados de esta tercera entrega. Eso sí, tal y como sucede con los anteriores títulos, su fórmula de juego puede no convencer a todo el mundo, resultando para muchos demasiado repetitiva y tediosa, puesto que buenas parte de su desarrollo de basa en dichos combates gestuales. Y llegamos a uno de los puntos más controvertidos de esta tercera parte; si bien Infinity Blade III se mantiene fiel a su espíritu y evoluciona ciertos aspectos como la personalización de nuestros personajes, no sorprende en su propuesta de juego, algo que puede pasar factura al cerrar una trilogía como la que nos ocupa. Así, para los que no hayan jugado a los anteriores títulos de ChAIR Entertainment, Infinity Blade III será toda una experiencia, aunque los que vengan de los dos primeros pueden quedar algo contrariados por una constante sensación de déjà vu.