Análisis de Indika. Ruega por nosotros, pecadores

Uno de los primeros grandes estudios indie fue Ice Pick Lodge. No tanto por sus ventas, que nunca fueron nada del otro mundo, sino por sus ideas. Juegos como The Void o Pathologic no buscaban tanto agradar al jugador o divertirle como hacerle sentir algo, normalmente miseria. INDIKA parece tomar el testigo de esos otros desarrolladores rusos, atreviéndose a adentrarse en la miseria siberiana en pos de crear un producto original que sorprende a menudo. No venimos a este mundo a disfrutar, dice INDIKA, aunque en este caso emplea para ello más su presentación y argumento que premisas jugables.

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Entre cofias y nieve

INDIKA transcurre en lo que parece un recóndito monasterio en lo más profundo de Siberia, donde el resto de monjas no parecen apreciar nuestra presencia. Indika, la monja que encarnamos, se debate entre la necesidad de seguir el camino de la fé o enfrentarse contra el tedio de una vida de rectitud en el claustro. Pronto descubrimos que esta es una experiencia que, aunque imita a la realidad casi perfectamente cuando quiere, no tiene problema en alejarse de la misma. Una enorme cabra en el convento es la primera pista al respecto que recibimos, pero más obvia y constante es una voz que trata de tentarnos a alejarnos del camino de Dios.

No hace falta mencionar quién puede ser el artífice de dichas tentaciones, pues es conocido por todos, pero lo cierto es que puede ser nuestra parte favorita del juego. Siempre roza la línea entre lo sensato y lo perverso, entre lo racional y lo malvado, llevando a Indika a plantearse los limites que pensaba existían y los que existen de verdad. Poco después del comienzo del juego dejamos el convento de lado para adentranos en la profundidad de los gélidos páramos de Rusia. Pronto nos veremos involucrados con un diverso elenco de personajes, cada uno con sus serie de problemas mentales y vitalicios. No hay mucho de alegría y esperanza en Indika pero alguno de estos personajes si llega a ofrecer un poco de levedad.

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Pecando de mundano

Apenas una hora o asi despues de empezar nuestro viaje nos cruzamos con Ilya, un prisionero fugado y nuestras aventuras se entrelazan. Es durante estos segmentos del juego cuando aparecen los problemas, al convertirse en una aventura más del montón en la que resolvemos puzzles molestos mientras escuchamos diálogos.

Algunas secuencias donde nos “enfrentamos” a nuestra voz interior con el poder de la oración rompen ligeramente el tedio. Es en estos momentos donde el juego aporta un poco más de espectáculo visual y se pone un poco más de tensión a lo jugable. Por lo demás, el juego consiste en su mayor parte en resolver puzzles más frustrantes de fallar que gustosos de completar. No es el juego tan largo como para que el tedio se vuelva insoportable y las ganas de saber que pasaba más adelante siguieron superando al aburrimiento ocasional causado por los puzzles. Uno de estos puzzles es tan visualmente espectacular que casi merece la pena haber pasado por el resto por haberlo experimentado.

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Ciertos toques “8-bit” a lo largo del juego se justifican por unos flashback que nos llevan a los comienzos de la vida de Indika y justifican, al menos en parte, sus actos durante la historia. Es en la justificación moral de estos actos, en lo que es o no correcto para el ser humano y para Dios, en lo que se centra el argumento de INDIKA. Quien carezca de interés por las historias que arriesgan y tocan temas escabrosos en pos del debate intelectual que se alejen de este título. Que llegue a tocar estos temas de manera más que superficial se lo dejamos a los teólogos, pero desde luego a nosotros nos hizo pensar.

Visualmente es una gran sorpresa, especialmente cuando hablamos de la propioa Indika. Su cara esta casi perfectamente modelada, con un nivel de detalle muy superior al del resto de personajes, pero es la cofia la que más nos ha sorprendido al ser uno de los mejores textiles virtuales que hemos visto. Los entornos rebosan atmósfera pero carecen un poco de colores que no sean gris, blanco y beige. En cuanto a la banda sonora cabe mencionar sobre todo sus temas más cercanos a los 8-bit para las partes más tensas del juego, cuya discrepancia entre lo presentado en pantalla y lo que suena en oído es sorprendente.

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