ICO (PlayStation 2)

En una tierra muy lejana y en un tiempo que ningún erudito registra en sus libros, la magia existía. Era algo real y cotidiano que envolvía todo, al tiempo que no se podía más que sentir levemente, como la neblina que corretea por el bosque al amanecer intentando en vano no ser rasgada por los primeros rayos de luz que emite un sol que se despereza en el horizonte.

En ese mundo de sueños y fantasías se cuenta que sucedió una historia de valor y coraje, de amistad y amor. La historia de un niño que se enfrentó a su destino y escapó de él. La leyenda de un muchacho que huyó de las lóbregas mazmorras de un castillo regido por las fuerzas del Mal. El relato de un chico que rescató a una princesa de las garras de los malignos opresores que la retenían sin más armas que su inteligencia, su valor y una espada de madera.

En un mundo en donde la magía existía, en donde las hadas pululaban por estanques de luz y paz, en donde los tenebrosos espectros acechaban expectantes desde las sombras y en donde nada era aquello que aparentaba... en ese mundo nació la leyenda de un muchacho intrépido y valeroso que venció a las tinieblas con la luz de su alma pura.

Así, como una leyenda relatada por un viejo y entrañable cuentacuentos a la luz de una chimenea nos llega ICO. Hay veces en que los grandes juegos se cuelan por la puerta de atrás en el Olimpo de las obras maestras. Sin hacer demasiado ruido, sin grandes presentaciones ni una repercusión mediática como la de Devil May Cry, Final Fantasy X o Metal Gear 2, PlayStation 2 va recibir un título excepcional.

ICO es la última aventura de acción que se ha editado para PS2 en Estados Unidos, donde apareció en todas las tiendas el pasado Lunes 24 de septiembre bajo el cuño de SCEI. Manejando a Ico, un joven muchacho que escapa de ser sacrificado, debemos rescatar a una princesa hechizada de un castillo. Hasta aquí podríamos decir: ¡Qué original! ¿no? (irónicamente, por supuesto), pero lo que diferencia a unos juegos de otros es su planteamiento, y en este caso, SONY (¿alguien decía que no sabían hacer buenos juegos?) lo ha plasmado magistralmente.

Este título del que os hablamos se trata de una aventura tranquila, pausada, en la que no se trata de pelear contra todo aquello que se mueva, sino de investigar y de utilizar la inteligencia para desbloquear una salida o desactivar una trampa mortal. Y todo ello mientras velamos por la seguridad de la princesa hechizada, que nos seguirá durante el transcurso de la partida, a semejanza de lo que ocurría con la hija del Rey Zora en The Legend of Zelda: Ocarina of Time.

Gráficamente presenta un aspecto increíblemente bello. Los escenarios recrean un castillo gótico en unas perfectas 3Ds y con un acabado estupendo. En todo momento nos da la sensación de encontrarnos "dentro", ya que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, por ejemplo, una pared no está formada por un solo tipo de texturas, como viene siendo habitual, sino, que existen muchos matices, y conforme cuanto más cerca estemos de una gotera o de una sombra, el aspecto de humedad de los muros es más o menos notable dependiendo de la distancia.

 Si Ico refleja la arquitectura gótica, los efectos de luces y sombras lo hacen con el mundo de los cuentos. Rayos de sol que atraviesan la neblina, una atmósfera casi palpable en la que las luces y las sombras crean un espacio casi vivo.

Además la niebla, casi siempre presente, da un aire "legendario", ya que además de utilizarla para ocultar algún mínimo defectillo gráfico insignificante, sirve de ambientación (y como ejemplo, la sala de las cortinas, cuyo recuerdo es imborrable... ya sabréis cuando el juego salga a laventa en España a lo que me refiero ;). Los (escasos) enemigos no son precisamente un portento de diseño, aunque cumplen perfectamente con su papel. Por contra el de los dos protagonistas (Ico y la princesa) están modelados hasta el más mínimo detalle y sus animaciones son fluidas y naturales.

Y es que ya lo decía Ami Blaire, directora de marketing de SCEI en la rueda de prensa de presentación del título, "ICO utiliza la tecnología y la potencia de PlayStation 2 para dar rienda suelda a una historia épica que incluye brillantes paisajes, unos sólidos personajes renderizados y unos espectaculares efectos de luces, en definitiva, un apartado gráfico muy muy realista"

Pero si los gráficos rayan al más alto nivel, la música, sencillamente, resulta soberbia. Envuelve en este mundo de fantasía con los magistrales coros y los orquestados temas y melodías oníricas, con tonos épicos, románticos y de cuento al tiempo. Las voces están muy bien escogidas, al menos en la versión americana, que es la que hemos jugado en la redacción...

 Lo que no sabemos aún es si llegará doblado (esperemos que si) y con un trabajo a la altura del juego (esperemos que también). Ico habla constantemente con la princesa hechizada, por lo que os podéis hacer una idea de la cantidad de diálogo que incluye el título. Los efectos sonoros, por su parte, tampoco se quedan atrás y sumergen al jugador en la historia, además de ser vitales en algunos momentos para resolver distintos puzzles.

Los puzzles están diseñados francamente bien, con una dificultad ajustada al máximo y un diseño sobrio y elegante, son, como se les califica desde SCEI, "puzzles lógicos". Recorreremos junto a ICO las mil y una estancias del castillo, pasearemos por los jardines o ascenderemos desde la oscuridad de las mazmorras hasta la luz de la libertad.

 Una delicia jugable con un control magnífico y muy preciso que invita a adentrarnos en el mundo de Ico, a jugar en los más de 30 niveles que abarca el juego, durante las 8-12 horas que se tardará en completar el juego... Pocas, pero intensas y legendarias.

En voz baja ha llegado este juego a PS2. La voz con la que se narra una leyenda al amparo de los rescoldos de la chimenea y que nos sumerge en un mundo de ilusión y fantasía. ICO es, probablemente, uno de los más brillantes juegos que hemos tenido el placer de probar y que se convertirá en una de las puntas de la corona de la máquina de SONY.

Estamos ante algo grande, muy grande. Pura magia. Porque jugar es soñar... soñar es ICO.