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Hatsune Miku: Project DIVA Mega Mix

Hatsune Miku: Project DIVA Mega Mix

Conciertazo

Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix, Análisis: una fiesta musical interminable

La idol más popular de Japón regresa a Nintendo Switch con la versión original y ampliada de PS4. Un port repleto de contenido, cariño y algunos sacrificios.

Actualizado a

Está claro que hay ciertos géneros de videojuegos que no funcionan del todo bien en Occidente, pero son cada vez menos. Con una industria nipona que se atreve cada vez más a localizar esas obras de nicho a otros mercados aparentemente menos propicios, el nombre de Hatsune Miku se antoja como uno de los más indicados para servir de ejemplo de que todo depende de la manera en que se explote la licencia; de cómo hacer para que sea atractiva para el gran público.

Porque la saga Project DIVA, que celebra ahora su décimo aniversario, es todo un fenómeno cultural en Japón. El titulo que hoy nos ocupa, Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix, es toda una celebración; un alarde de contenido, ritmo, diversión y saber hacer donde todo lo malo se olvida. No hay grandes innovaciones; de hecho, es más atractivo para recién llegados que para amantes de la saga, porque poco nuevo van a encontrar. Sin embargo, funciona y lo hace de maravilla.

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Una fórmula jugable perfeccionada, cómoda y vigente

Para ponernos en situación, el personaje de Hatsune Miku no deja de ser un vocaloid compatible con los motores Vocaloid2 y Vocaloid3 de la empresa Cryptone Future Media. Este motor de sonido ecualizado, que nace a través de la actriz de doblaje Saki Fujita, ha cosechado una popularidad tal como para servir de protagonista en conciertos reales. Una estrella pop virtual que, lejos de ser una broma, ha logrado sacar una sonrisa y un sincero sentimiento fan en mucha gente. Si a eso sumamos que sus videojuegos rítmicos mezclan a la perfección mecánicas arcade con canciones pegadizas y un espíritu de sala recreativa muy orgánico, que no se desgasta con el paso del tiempo, tenemos como resultado una fórmula que sigue vigente, sigue joven, en Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix.

Nintendo Switch toma el relevo de las consolas de Sony desde aquel verano de 2009, cuando PSP probó suerte en un UMD que muchos recordamos de buen grado. A partir de ahí, nuevas versiones con más canciones, pequeños añadidos a nivel jugable, opciones de personalización e incentivos para conseguir las mejores puntuaciones; pero, a grandes rasgos, lo que encontramos hoy no deja de ser una versión completa y ampliada de la última iteración de PS4 y PS Vita: Hatsune Miku: Project Diva Future Tone.

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Con Nintendo 3DS (subserie Project Mirai) se apostó por algo parecido a Elite Beat Agents, en el sentido de que se aprovechó la pantalla táctil en conjunción con los botones. Aquí, los parámetros de juego son los clásicos como base: pulsamos los botones A, B, X, Y y los gatillos cuando las notas se sitúen justo en el lugar del icono en pantalla. Si aciertas, encadenas puntuación en forma de multiplicador; si fallas, ese multiplicador se reinicia y perdemos vida, hasta el punto de que varios errores pueden hacernos perder directamente la partida.

Lo más recomendable —tanto en esta entrega como en cualquier otra de Project Diva— es empezar jugando en modo Fácil para pasar después a modo Normal y, finalmente, Difícil (luego podemos desbloquear Extremo y Extra Extremo). Porque se aprende a jugar a base de errores y es necesario no saltarse pasos. Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix no está pensado para castigar nuestros errores; no basa la dificultad en eso. El objetivo del juego es que interioricemos el ritmo, que seamos capaces de estar pendientes de dos notas al mismo tiempo para que sean luego tres y que la velocidad no sea un problema. Hay un punto en común de las más de 100 canciones incluidas —todas igual de agudas bajo la interpretación de estas jóvenes voces japonesas—, y es que siempre se va de menos a más. Todos los temas cuentan con un cierto cariz de complejidad. No es tanto temas musicales sencillos o difíciles, sino que todos comienzan de manera más lenta de cómo terminan. La sensación de progreso es total durante los tres o cuatro minutos de duración de la mayoría de partidas, así que lo más recomendables es jugar con auriculares y… dejarse llevar. Concentración, ser uno con la música. Disfrutar.

Los textos en pantalla son algo pequeños; excesivamente pequeños si jugamos en Nintendo Switch Lite.
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Los textos en pantalla son algo pequeños; excesivamente pequeños si jugamos en Nintendo Switch Lite.

Porque insistimos: es muy divertido. La gracia de los modos de dificultad más elevados es doble: aparecen más notas en pantalla y cada tipología imprime un ritmo de aparición distinto; va a diferente compás. SEGA era consciente de que lanzar Hatsune Miku: Project Diva en Nintendo Switch iba a implicar que un número considerable de jugadores noveles le diesen una primera oportunidad a la saga; por ello, se ha adaptado para abrir el abanico de oportunidades jugable lo máximo posible. El uso de los Joy-Con por control por movimiento en el modo Mix no nos ha terminado de convencer y no lo recomendamos porque, sencillamente, no es preciso. Salvo en el nivel más fácil, que se presta más a escuchar las canciones y disfrutar a través de lo que vemos y escuchamos, en el resto no es minucioso.

Esa cercanía —nunca mejor dicho— de mejorar nuestra capacidad de sincronización táctil con los botones es donde reside realmente margen de progreso, de mejora; donde se da la satisfacción que evoca terminar cada tema de esta saga con mejor puntuación que la anterior.

Hatsune Miku: Project Diva Mega Mix va de frente y no se pierde en desbloquear temas ni modos historia: te lo da todo desde el principio. Es un recopilatorio, no una entrega totalmente nueva, y valora también que haya (muchos) fans que simplemente hayan migrado a Switch para seguir disfrutando de su idol favorita. La obra destila cariño, respeto y pasión por lo que hace. La personalización de las protagonistas es meramente estética; no hay árboles de habilidades ni margen de mejora: todo repercute al espectáculo visual de lo que ves en pantalla. Hablamos de más de 300 disfraces y la capacidad de diseñar camisetas en un editor para la ocasión.

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Calidad visual, sonido y contenido: luces y sombras

Respecto al contenido, que ya hemos dicho incluye más de 100 temas (una cantidad considerable aunque lejos de los más de 200 que aglomeró en total Future Tone en PlayStation), es más que notable, suficiente para dedicar decenas de horas. Se ha prescindido de minijuegos y otros añadidos menores de otras versiones. Lo importante es que se ha trasladado dicha entrega de PS4 a Nintendo Switch sacrificando lo mínimo posible. Lo que no entendemos es que, basando su naturaleza como un recopilatorio, desde la eShop de Nintendo Switch tengamos cerca de una decena de temas adicionales de pago (en estos momentos, el DLC bundle de 36 temas por 29,99 euros). Hubiese sido un gesto incluirlos en el juego base teniendo en cuenta que hablamos de un título que se vende a 39,99 euros (59,99 euros si adquirimos el pase).

Nos ha decepcionado la calidad de algunos videoclips, un aspecto que no entendemos por qué ha empeorado respecto a la sobremesa de Sony teniendo en cuenta que la exigencia técnica no es una de sus cartas de presentación. Esta vez, por suerte, los temas que se incluyeron vía DLC están aquí presentes, así que el conjunto se siente completo, bien acabado, con un cel shading que luce bien tanto en modo sobremesa (TV) como en modo portátil, aunque con menor definición y gradualidad tonal en sus colores. No brilla tanto a la vista. En honor a la verdad, hemos jugado tanto en un modelo Nintendo Switch (2017) como en una Nintendo Switch Lite, y las sensaciones son igual de agradables; aunque la calidad visual cae si optamos por jugar desde la pantalla de la propia consola. Además, la cruceta de NS Lite es algo pequeña; en ocasiones se puede fallar si no prestamos la máxima atención, pero es de agradecer que los tiempos de carga sean minúsculos, menores que los de la versión original.

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Otro elemento que no debe pasar desapercibido es el sonido. Teníamos miedo de que los altavoces de Nintendo Switch impidiesen escuchar con garantías algunos de los temas más eléctricos, los que tienen más matices o una instrumentalización más estridente. Por suerte, tanto con auriculares (opción más recomendada) como con los propios altavoces, el sonido es notable. Nada que objetar. Finalmente, recordamos que está en completo inglés: no está localizado al castellano. No impide disfrutar del título, no repercute en la experiencia, pero creemos necesario señalarlo.

Hemos realizado este análisis a través de un código que suministrado por la editora en Nintendo Switch y Nintendo Switch Lite.

Conclusión

Hatsune Miku: Project DIVA Mega Mix es toda una celebración para la saga. Repleto de contenido, adaptado a la perfección al esquema de botones de Nintendo Switch y respetuoso tanto con la saga como con los personajes y el espíritu que siempre destila. Un producto cuidado, con 101 temas variados, bien seleccionados, sin prescindir de nada que ya vimos en el juego original de PS4. Es una lástima que los videoclips —especialmente en modo portátil— sean de muy baja calidad. Por suerte, esto favorece que los tiempos de carga sean muy reducidos, pero no es lo ideal. Por lo demás, una entrega completa, repleta de opciones para adaptarse a todo tipo de públicos y la constatación de que este personaje puede celebrar perfectamente otros diez años sin dar sensación de desgaste.

Lo mejor

  • La fórmula jugable funciona a la perfección; no pasa de moda
  • Cantidad de contenido: canciones, cosméticos…
  • Diferentes opciones de dificultad y Modo Práctica

Lo peor

  • El control por movimiento no es nada preciso
  • Calidad visual de los videoclips: por debajo de lo esperado
  • A pesar de ser un recopilatorio, tenemos un DLC de 29,99 euros
7.7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.