Hard Reset

Hard Reset es el producto de un equipo formado por veteranos de diversos estudios polacos, que quieren combinar la tecnología más avanzada con un juego realizado en la tradición de los shooters clásicos, todo en un espectacular escenario de ciencia ficción.

Actualizado a 7 de abril de 2012 01:45 CEST

¿Qué pasa cuándo miembros de CD Projekt -The Witcher-, People Can Fly -Painkiller- y City Interactive -Sniper: Ghost Warrior-, se unen en un pequeño estudio con ganas de hacer algo sonado? La respuesta es Flying Wild Hog y el resultado inmediato es Hard Reset, un título en el que se unen algunas de las tendencias que han llegado desde Polonia en los últimos años: mundos interesantes, descaro y tecnología punta fruto de una adoración incondicional del compatible para lograr resultados que serían imposibles en las consolas actuales. El cénit de esa pequeña pero creciente industria se alcanzó este año con el exepcional de The Witcher 2 -y tuvo otro destacado episodio con Bulletstorm- pero parece que las sorpresas desde el Este para este año no han terminado y este FPS se presenta como una alternativa diferente a la de otros de su mismo género, en parte modesto, y en parte muy ambicioso.

Hard Reset es un shooter en primera persona de vieja escuela, ambientado en un mundo futurista con más de una reminiscencia a Blade Runner, lo que lo hace inmediatamente llamativo a todos los que buscan algo más que ciudades famosas o polvorientos pueblos de Afganistán. Y aunque la poderosa identidad visual de la película de Ridley Scott está presente, también se pretende bucear en las fuentes del Cyberpunk para presentar un mundo de opresión, en donde los personajes tratan de sobrevivir a un mundo controlado por grandes corporaciones y gobiernos que han dejado de mirar a un ciudadano que se tiene que valer de sus propios medios para seguir adelante. William Gibson, Philip K. Dick y Neal Stephenson son citados entre las influencias a la hora de poner en marcha esta realidad, en la que el héroe deberá hacer frente a todo un ejército de robots descontrolados y otras amenazas.

Repasadas las influencias estéticas y narrativas, lo segundo que llama la atención son los gráficos puros y duros. En imágenes estáticas, es un juego que brilla desde el principio en el departamento visual, con recargados escenarios y objetos con ricas texturas y muchos detalles. Pero es a la hora de ver el juego en movimiento cuando realmente se aprecian algunos de los elementos que harán destacar a Hard Project una vez que aparezca en el mercado: decenas de efectos gráficos de todo tipo, arcos eléctricos recorriendo la pantalla, enormes explosiones de energía, decenas de enemigos en pantalla, escenarios destrozables... toda una amalgama de movimiento y luces que contribuyen a dar a la acción un toque espectacular y destacable.

Hace poco, los responsables del proyecto decían que Hard Reset no sería posible en consolas, y lo cierto es que no parece que fuera una broma. No es sólo una cuestión de resolución de texturas, sino que el no tener que depender de algunas de las limitaciones más importantes de las las actuales máquinas HD permite hacer cosas que no se echan en falta hasta que no aparecen, como una enorme cantidad de enemigos distintos y ricamente animados por pantalla, algo que la memoria de las consolas no siempre permite. El motor utilizado es propietario del estudio, realizado a medida para sus necesidades, y aunque todavía no se saben las especificaciones, desde Flying Wild Hog se ha asegurado que serán 'sorprendentes', ya que cuentan con un gran equipo de programadores de motor, lo que parece implicar que el abanico de ordenadores que podrán hacerlo funcionar no será excesivamente exclusivo.

Sobre el juego en cuestión, es sorprendente comprobar que toda la tecnología que lo alimenta está orientada a crear un FPS de la más auténtica vieja escuela, citando referencias como Doom sin ir más lejos. El objetivo es imitar ese estilo de juego en el que un jugador se enfrentaba a una horda de enemigos mientras trataba de recorrer amplios mapas buscando las llaves para seguir adelante y trataba de encontrar secretos ocultos en forma de zonas ocultas o en apariencia inaccesibles. Los autores se reconocen cansados del estilo de shooter 'pasillo' que impera en el género hoy en día, pero tampoco quieren hacer ningún pseudo-RPG ni nada por el estilo, sino un shooter al más viejo estilo, con decenas de enemigos invadiendo la pantalla desde todas las direcciones o jefes finales gigantes que dejan bien a las claras la influencia también de Painkiller en este proyecto.

Pero no se trata sólo de eliminar robots de cualquier forma, también se quiere que la acción sea tan brutal como espectacular, además de dotar al jugador de una buena cantidad de armas y habilidades especiales gracias a los implantes cyborg con los que cuenta el protagonista. Además del propio poder de las vistosas armas que se han visto, también se ha podido comprobar cómo el factor ambiente juega su papel, ya que es posible usar elementos destrozables, o ciertos elementos del decorado para conseguir efectos mucho más potentes. Por un lado están los clásicos, coches y contenedores que pueden explotar ante los impactos, generando los consiguientes destrozos, pero también otros efectos destructivos como la electricicidad, de forma que destrozar cosas como cajeros automáticos puede generar amplios arcos eléctricos que arrasen los circuitos de los robots más cercanos.

Otro detalle que habla, y mucho, de las intenciones del proyecto es que se olvida de regeneración de salud y otros elementos de diseño modernos que están en el género hoy en día. En lugar de eso, tendrá una interfaz gráfica como las de toda la vida, con su barra de salud, otra barra para el escudo y una tercera para la energía que se gastará a la hora de correr, junto con otros elementos como la munición que le queda al arma. Mediante una moneda llamada N.A.N.O se podrán comprar objetos, munición y mejoras en diferentes puntos, pero serán aquellos que se tomen su tiempo para explorar los decorados los que logren la mayor cantidad de dinero que gastar. Ni siquiera tendrá el sacrosanto modo multijugador que se ha convertido en imprescindible dentro del videojuego moderno, aunque eso ha sido más por la necesidad de crear el mejor juego posible concentrándose en un solo aspecto, ya que no es un estudio demasiado amplio ni cuenta con el soporte de los grandes de la industria.

Otra de las sorpresas que guarda Hard Reset es que está prácticamente a la vuelta de la esquina: para Septiembre. En realidad lleva más de dos años en desarrollo, desde abril del 2009, pero dado que el estudio no necesitaba contactar con productoras para vender un título realizado de forma independiente, han podido llevar todo el desarrollo con tranquilidad. Los responsables del proyecto también se han declarado contrarios a la idea de presentar un juego y tener a los aficionados esperando durante meses y años a ver si las promesas son ciertas, así que han seguido sus principios y han desarrollado un rápido despliegue promocional durante estas semanas como paso previo al lanzamiento final, dando la sensación errónea de que el juego ha aparecido de la nada de un día para otro. Quizás los expertos en marketing dentro del videojuego no estarán muy convencidos, pero desde el punto de vista del aficionado, es agradable conocer un juego con sólo uno o dos meses de antelación a su lanzamiento, convirtiéndose en otro de sus personales encantos para construir una experiencia que parece sacada de otros tiempos pasados, pero con muchas de las ventajas de la tecnología moderna; ahora sólo queda comprobar si su calidad también se asemeja a esos juegos clásicos de los que toma su inspiración.