La cultura y el folclore mexicano no se prodiga tanto en videojuegos como su rica y colorida tradición debería, pero desde luego que cuando lo hace el resultado es impactante. Tenemos el caso de Grim Fandango por supuesto y ahora también podemos sumar, en una categoría diferente, a Guacamelee! , la nueva obra de Drinkbox . Después de sorprender con Mutant Blob Attacks , había muchas ganas de ver su nuevo trabajo, especialmente porque apuntaba muy buenas maneras desde el principio, pero el resultado ha sido todavía mejor que el esperado. Bajo este particular nombre se esconde un juego creado en la mejor tradición de los Metroid o los Castlevania sucesores de Symphony of the Night , un título completo, desenfadado y realizado con mimo en todos los apartados , una delicia jugable.
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El guión es insustancial, pero sirve para justificar la ambientación. Un simple y fornido aldeano llamado Juan se reencuentra con una vieja amiga, la bella hija de El Presidente y quedan para ir juntos al festival del día de los muertos. Pero antes de que la feliz cita se pueda llevar a cabo, la mansión del presidente es arrasada y cuando Juan acude al lugar se encuentra con una calavera llamada Carlos Calaca , señor del inframundo, que ha secuestrado a la chica. Desgraciadamente para Juan, su intento de rescate termina rápidamente cuando con un gesto, el villano acaba con la vida del campesino. Por supuesto la historia no acaba aquí, ya que en el inframundo nuestro protagonista se encuentra una misteriosa máscara que lo convierte en El Luchador , una figura mítica capaz de usar los poderes de la lucha libre para acabar con las fuerzas del mal. El Juego mantiene el tono humorístico en todo momento y es fácil encontrar referencia a toda clase de juegos y memes durante los diálogos o incorporados al escenario. Hay carteles de luchadores como El Linko , Mega-Hombre o Los Super Hermanos y en los diálogos hay un desternillante uso de spanglish que hace que el juego resulte encantador en todo momento.
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Lo primero que destaca de Guacamelee! son los gráficos desde luego. La estética de dibujo animado resulta un acierto, acompañado de un gran diseño artístico en personajes y escenarios. El juego presenta un aspecto estilizado, fruto de la tradición en la que se basa, con alegres colores y multitud de detalles ya estemos en pueblos, cavernas, montañas o junglas. Una particularidad del juego es que discurre entre dos mundos conectados y paralelos, el de los vivos y el de los muertos, por lo que hay un contraste evidente entre los soleados y alegres ambientes en el mundo de los mortales y la más sombría contrapartida en el mundo de los muertos. Tanto en PS3 como en Vita , Guacamelee es una auténtica delicia visual, a lo que también contribuyen sus fantásticas animaciones y el hecho de que vaya a 60 FPS en las dos versiones. Sus vibrantes colores lo hacen particularmente idóneo para la pantalla OLED de Vita, en donde disfrutaremos especialmente de sus bellos parajes, pero la versión en PS3 tampoco desmerece con sus 1080p.
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Como se ha comentado al principio, la estructura del juego sigue los patrones de Metroid . El mundo es 2D y abierto, por lo que puedes ir a cualquier lugar que quieras, pero muchas zonas estarán bloqueadas por muros y pasos estrechos a los que nuestro Luchador no podrá acceder hasta que no tenga las habilidades necesarias para ello. Según vayamos avanzando en nuestra aventura encontraremos diferentes golpes especiales que además de usarse en combate también servirán para desbloquear caminos. Por ejemplo está el uppercut, un golpe ascendente que nos permitirá romper bloques rojos, además de ser una herramienta perfecta para darnos un impulso en el aire para poder llegar a sitios a los que normalmente no podríamos llegar. El cabezazo nos permitirá eliminar bloques amarillos, y los bloques verdes será despejados con un golpe de impacto desde el aire. Para pasar por lugares estrechos tendremos la capacidad de convertirnos en gallo a placer, que hará las veces de “modo esfera” de Samus Aran , permitiéndonos acceder por estrechos pasillos a nuevas zonas en las que encontrar objetos y tesoros.
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La exploración y las plataformas se combinan con maestría a lo largo de todo el juego. De hecho las plataformas es quizás el mayor reto que ofrece Guacamelee! y lo que más veces nos obligará a repetir secuencias. Al principio todo es muy simple, vemos que a través de un movimiento de esquiva podemos pasar a través de plantas con espinas, por lo que se nos pedirá que combinemos ese movimiento con el salto para poder seguir avanzando, muy simple. Pero las combinaciones se hacen progresivamente más complejas a medida que accedemos a nuevos movimientos. El movimiento de uppercut será necesario para ganar altura o para hacer secuencias de bajada-subida para acceder a ciertas plataformas situadas en lugares complicados. Otros movimientos como el salto en la pared o el doble salto aumentarán considerablemente la topografía de los escenarios, que propondrán retos más complejos en los que combinar de forma precisa varios elementos de tu arsenal.
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La dificultad de este aspecto del juego tiene una nueva vuelta de tuerca cuando se adquiere la posibilidad de pasar a placer entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Ambos mundos son parecidos, pero tiene una estructura distinta, por lo que en uno hay paredes y plataformas que en el otro no están, y viceversa. Por supuesto eso implica que tendremos que alternar entre dimensiones, a veces en mitad de un salto y de forma continuada, lo que supone secuencias ciertamente difíciles que provocarán más de una frustración. Sin embargo el juego aprieta pero no ahoga, el control es preciso y siempre tienes la sensación de que puedes conseguirlo con un poco más de precisión y suerte. En general el plataformeo que ofrece Guacamelee! está a un gran nivel y encaja bastante bien en lo que es la tónica exploratoria de la aventura, aunque no se puede negar que tiene algunos momentos que pondrán a prueba tu paciencia.
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La segunda columna principal del juego está en el combate, como no podía ser de otra forma cuando controlas a un luchador mexicano con máscara. El sistema elegido es otro pequeño placer que ofrece Drinkbox , usando un sistema de combos sencillo pero con el suficiente número de piezas para combinarlas a placer y crear largas y satisfactorias secuencias de golpes y llaves. Hay un combo básico de tres golpes que hará que el enemigo salga despedido, pero también ofrece una generosa ventana de tiempo para pillarlo antes de que se ponga fuera de tu alcance y puedas combinar otro tipo de golpe, como un uppercut que lo eleve a las alturas y lo ponga a tiro para seguir la combinación en el aire. De esta manera se pueden crear largas combinaciones que alternen entre el golpe normal, el aéreo y algún golpe especial como el cabezazo o el uppercut ascendente que permita prolongar más tiempo la secuencia aérea. No es sumamente exigente con los tiempos, así que hay bastante margen para que el jugador pueda experimentar un poco y encontrar secuencias espectaculares que permitan lucirte.
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Pero la gran estrella del combate son las llaves. Una vez que el enemigo quede debilitado, podremos hacer gala de nuestros poderes como El Luchador y usar llaves tradicionales de la lucha libre. La más simple consiste en presionar triángulo en el momento adecuado, que nos permitirá agarrar al desgraciado rival y lanzarlo con fuerza en cualquier dirección que deseemos, lo que muchas veces aprovecharemos para atacar a distancia a otros monstruos y derribarlos como si fueran bolos, dándonos más tiempo para continuar el combo. Usando dinero podremos acceder a otras llaves como el súplex, con el que aplastaremos la cabeza del rival en un poderoso reverso. Otros movimientos nos permitirán agarrar a un enemigo en el aire y lanzarnos con él contra el suelo, o darle poderosas patadas que lo lancen despedido. No hay un gran número de movimientos especiales, pero la suma de golpes simples, llaves, golpes especiales y esquivas permiten una rica variedad de la que no nos cansaremos durante toda la partida. La única pega que podríamos mencionar es que la evolución del combate acaba demasiado pronto, nos quedaremos sin nuevas habilidades que añadir durante buena parte de la partida, lo que está por un lado bien para acceder a todas las opciones de lucha lo antes posible, pero por otro lado quita algo de gracia a la progresión. No hubiera venido nada mal algunos nuevos movimientos extras. También hubiera sido adecuado introducir más variedad de enemigos, que pecan de algo repetitivos, especialmente porque Drinkbox recurre al truco de usar los mismos modelos de enemigos pero con diferentes colores y habilidades diferentes.
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No es el juego más largo del mundo, se puede completar en 6-7 horas sin grandes problemas, aunque por su estructura puedes invertir bastante tiempo en ir de un lado para otro buscando secretos y caminos ocultos que se te hayan podido pasar -unas cabezas de piedra permitirán acortar tiempo gracias al sistema de teletransporte-. Tampoco ofrece alicientes para rejugarlo aparte de un modo difícil, pero la experiencia es sumamente satisfactoria de principio a fin. Por 12,99 euros -menos si estás abonado a PlayStation Plus- obtienes un excelente título que puedes jugar tanto en PS3 como en Vita gracias al Cross-Buy . Cuenta con Cross-Save , por lo que puedes alternar entre plataformas si lo deseas. E incluso puedes jugarlo usando Vita como pad de PS3, en cuyo caso la pantalla de la portátil se convierte en un mapa. El juego cuenta incluso con cooperativo local, con dos luchadores en pantalla, lo que está bastante bien hasta que te das cuenta de que Guacamelee no es exactamente un juego ideal para este modo. Los combates se hacen demasiado rápidos y fáciles entre dos y las plataformas que propone el juego no son las más idóneas para que dos vayan al compás. Es un extra, y entre dos amigos puede resultar divertido, pero no es la mejor manera de disfrutar de los elaborados mapas y complejas construcciones plataformeras que se ofrece. Con todo, no se va a criticar algo que ha sido incorporado como un complemento y no como una parte esencial del juego.