A la sombra de V-Rally

Cuando todavía no nos hemos recuperado del shock de ver esos tremendos gráficos 3D de V-Rally 3, nos llega la segunda parte de GT Advance, un cuidado título que nos propone carreras de tipo arcade, y que también nos permitirá emular a nuestro -a pesar de su mala suerte- querido Carlos Sainz.

Es posible que, en vista de la nota que se lleva este título, y la que posíblemente ya sepáis que obtuvo V-Rally 3 en su correspondiente análisis, algunos de vosotros salgáis corriendo a compraros este último juego. Bueno, no seáis tan impacientes; tal vez os convenga conocer también la opción que nos propone MTO.

Estamos ante un juego que en principio parece tener bastantes pretensiones, y crear bastantes expectativas. Muchas de ellas son, luego, efectivamente cumplidas. Pero veamos de qué estamos hablando.

Desde el mencionado vídeo de presentación, se aprecia el cuidado con que MTO ha abordado la creación de este título. No en todos los aspectos, o al menos no de la forma que cabría esperar, pero sí en general.

El menú de opciones al que accederemos es bastante detallado, y nos permitirá configurar las opciones de sonido o entrar en cualquiera de los 7 modos de juego disponibles.

Si habíamos tenido ocasión de probar GT Advance, notaremos una terrible sensación de deja vú, pero esto no debe inquietarnos, no va a ser más de lo mismo aunque los dos juegos tengan el mismo feeling y el mismo aspecto en general.

Contaremos en total con más de 20 coches que iremos desbloqueando (según vayamos ganando rallies en primera posición; si quedamos segundos, nos quedamos sin el coche aunque podremos acceder a la siguiente ronda), y tendremos a nuestro alcance 14 rallies, cada uno en una parte distinta del globo. No es un mal elenco para empezar. Para poder continuar de un tramo a otro hemos de quedar en 9ª, 6ª o 3ª posición como mínimo (respectivamente en el 1º, 2º y 3º tramo).

Un importante detalle: en MTO han aprendido de sus errores, y esta vez han incluído una pila para poder salvar el juego, abandonando el inconcebible sistema de passwords con el que nos torturaron en la anterior entrega.

 g r á f i c o s

No nos vamos a quedar de piedra, desde luego, observando los gráficos de este juego. El archiconocido modo 7 -y tal vez obsoleto a juzgar por otros títulos - saltará a nuestros ojos nada más empezar la primera carrera. Las pistas son del estilo de Super Mario Kart o F-Zero en sus versiones para SNES, eso sí, con unas texturas más realistas, apropiadas al género. Más realistas no significa más detalladas, ojo.

En realidad el engine del juego no ha mejorado mucho desde GT Advance; volvemos a tener pistas planas e interminables en lontananza, sin ninguna pared, ninguna montaña, ningún risco, etc. Esta vez, empero, el motor gráfico posibilita ondulaciones en el terreno, y disfrutaremos bastante de ellas aunque no nos hagan olvidar lo liso que es el mismo.

Las texturas de los tramos, aunque no son ninguna maravilla, están lo suficientemente recargadas, y pasan con una fluidez tal que dan una estupenda sensación de velocidad. No así los coches, que son simples texturas planas y sin movimiento -ni en las ruedas-, y que no sufrirán cambio alguno aunque nos demos la mayor de las tortas contra un arbol u otro coche. Eso sí, cada vehículo tiene su propia textura y es, por lógica, totalmente distinta de la de los demás. Por lo demás, los detalles gráficos durante la carrera brillan por su ausencia y debemos conformarnos, que no es poco, con esa buena sensación de velocidad que nos transmitirá su fluidez, y con la sensación de estar en una montaña rusa, que tendremos a veces a causa de las mencionadas ondulaciones del terreno.

Respecto a los menús, son bonitos, bien detallados y perfectamente estructurados. Tendremos ocasión de observar el perfil de cada tramo (con cada curva real bien distinguible) antes de adentrarnos en él.

Un detalle curioso y de agradecer son las repeticiones, que podremos ver siempre al final de cada carrera; están bien realizadas y se ven desde la perspectiva de cámaras de TV; no podemos elegir la cámara ni podemos guardarlas (esto sería demasiado pedir para la pequeña memoria disponible -gracias a la pila incluida en el cartucho-), pero qué demonios, ya es raro poder ver repeticiones en un juego de carreras de GBA. Y es algo de lo que no podemos disfrutar en su más directo competidor, V-Rally 3.

Como en la inmensa mayoría de los juegos del catálogo de GBA actual, la calidad en general del sonido es baja, debido a la poca frecuencia de muestreo que se ha utilizado, por ejemplo, para grabar las voces del copiloto. Debemos comprender que el espacio es oro en un cartucho, y que las voces y efectos sonoros ocupan mucho.

La música durante la carrera es animada pero de baja calidad, debido a la exclusiva utilización del chip de GBC para este cometido. Pero en fin, al menos hay música en carrera.

Por su aspecto serio, y por su título de GT, algunos habrán pensado que GT Advance: Rally es un simulador; pues bien, no es así en absoluto. En realidad es un arcade de tomo y lomo, tanto por la forma de manejarse los vehículos como por el hecho de que no existen la marcha atrás, el freno de mano o los daños del coche (y obviamente, tampoco las reparaciones del mismo).

El comportamiento de nuestro vehículo no tiene prácticamente nada de real; los derrapes son exagerados, los choques -por llamarles así- son de risa, los frenos parecen mágicos y los trompos que nos provocarán serán totalmente fantásticos.

Pero todo esto no evita que el juego sea divertido y entretenido. De hecho lo es, y mucho, siempre que no lo hallamos comprado pensando que iba a ser un simulador, porque entonces seguro que nos parecerá horrendo.

Antes de cada carrera podemos hacer algunos ajustes a nuestro coche. Nuevamente recordemos que es un arcade, y que no tenemos que preocuparnos en absoluto de daños o reparaciones. Pero podremos regular la suspensión, la sensibilidad de giro y de los frenos y, lo más importante, el tipo de neumáticos que vamos a utilizar. También podemos elegir entre cambio de marchas automático o manual (de esta forma, los amantes de la simulación tendrán algún consuelo).

Estos ajustes luego se notarán mucho en la carrera. Si vamos a correr sobre nieve y hemos elegido neumáticos de grava,  nuestro vehículo será prácticamente ingobernable. Y a propósito, será conveniente aumentar la sensibilidad de la dirección para casi todos los coches, puesto que, por defecto, viran con bastante lentitud.

Pero, también, cada coche tiene sus características propias, con cuatro parámetros que definirán su comportamiento: velocidad máxima, aceleración, maniobrabilidad y agarre -crucial en tramos nevados-. Antes de cada tramo podemos, bien ajustar el coche que tenemos seleccionado, o bien cambiar de vehículo si sus características intrínsecas no son las más apropiadas para el tipo de carrera que nos toca.

Los modelos de coches a nuestra disposición son reales y muy conocidos: desde el Subaru Impreza hasta el Mitsubishi Lancer Evolution, pasando por los Toyota Celica, Nissan Pulsar y Sylvia, así como otros coches dentro de la categoría especial (hay 8), que no son de ninguna marca pero que tampoco tienen unas características por encima de los demás vehículos. Simplemente son otras opciones. Dentro de cada marca, además, tendremos varios modelos a elegir, lo cual nos da un abanico muy variado y muy de agradecer, de más de 21 coches.

Al contrario que las marcas, la física y las propiedades de los coches no son reales. Por ejemplo los Nissan aparecen como mucho más manejables que los Subaru, si bien esto no tiene porqué coincidir con la realidad.

Otro aspecto a comentar es la inteligencia artificial de los demás corredores; en realidad no corremos contra ellos, sino contra el reloj. Nunca nos molestarán demasiado, todos son pilotos discretos y lentos; empezamos cada rally en la última posición, y debemos ir rebasándolos a todos hasta llegar a una de las 3 primeras, para poder acceder al siguiente rally. Lo cual no es una tarea de Titanes; si bien el juego no es excesivamente fácil, sí que tiene una jugabilidad bastante agradecida.

Hablemos de los modos de juego: tenemos 7, nada menos:

-Rally Mundial. El corazón del juego. 14 rallys con 3 tramos cada uno -y cada tramo serán unos 30 segundos de trepidante carrera-. Tras completar este modo consiguiendo la copa de oro en todos los rallys, se abrirá el modo experto, que nos permitirá rejugarlo gustosamente.

-Carrera Simple. Aquí podremos optar por recorrer cualquier tramo dentro de cualquiera de los rallys que tengamos abiertos hasta el momento. Nos servirá para practicar.

-Contra el crono. Igual que el anterior, pero jugaremos sin rivales, intentando acortar el tiempo record establecido para alguno de los 42 tramos que tiene en total el juego.

-Copiloto. Este modo se abre al mismo tiempo que el modo experto de Rally Mundial, es decir, tras haber completado dicho modo en la dificultad normal, ganando todos los rallys en primer puesto. El modo copiloto es altamente curioso además de divertido. Nos meteremos en la piel de Carlos Moyá (si así nos lo queremos imaginar, claro), estudiando inicialmente el perfil del circuito (no es mala idea anotar las curvas que vamos a encontrarnos) y después debiendo anunciar cada curva con la mayor precisión posible para que nuestro conductor las tome adecuadamente. Al principio nos reiremos bastante porque no atinaremos una, y nuestro conductor empezará a quejarse.

-Link. Modo para dos jugadores.

GT Advance: Rally es un juego muy recomendable; por su gran sensación de velocidad, por su adicción, por sus múltiples modos de juego, por su durabilidad y por su acabado en general.

Sin embargo, nos apto para los que exijan realismo o los que busquen un simulador. Además, en algunos aspectos no resiste la comparación con su más directo rival, V-Rally 3, que cuenta con unos gráficos de una generación posterior (es casi como comparar un juego de rallys de SNES con uno de PSX) y un planteamiento más serio (más simulador).

En vuestras manos queda la elección, pero no creáis que este juego es menos divertido que el citado V-Rally 3 .

 l o   m e j o r

 l o   p e o r