Actualmente el género del rol masivo por Internet (comúnmente conocido como MMORPG) está viviendo uno de sus mejores momentos, sobre todo en Japón y Corea donde no hay quincena en la que no exista un nuevo título que permita a sus usuarios enfrentarse entre ellos en la red de las redes (tanto en PC, plataforma en la que comenzó esta nueva propuesta hace once años con Ultima Online, como en otras plataformas).
Tanto las compañías desarrolladoras como las distribuidoras ya han visto esta nueva apuesta como un nuevo filón a explotar: por un lado se aseguran las ventas de este tipo de títulos, casi imposibles de piratear por tener que disponer de un identificador único que cada unidad posee. Por otro, si el servidor es propiedad de una de las compañías implicadas (como el caso de Square Enix con PlayOnline o Sony con las de Star Wars Galaxies o Everquest), los ingresos por cuota mensual hacen que, a la larga, este tipo de juego resulte más rentable que cualquier otro, y aún más si continuamente se van desarrollando expansiones o incorporando novedades para incentivar a los usuarios.
Pero existe un pequeño problema a la hora de afrontar un nuevo título online ya que es bastante difícil innovar en un género tan centrado como es el MMORPG y muchas veces los posibles intentos quedan finalmente en juegos inferiores a lo que se prometían. Para solventar dichos errores las compañías recurren a los 'betatester' en las diferentes fases del juego.
En el caso en el que nos centramos, Fantasy Earth: The Ring of Dominion , tuvo un total de siete meses de pruebas para pulir todos y cada uno de los aspectos del juego hasta su reciente lanzamiento en el mercado japonés el pasado 26 de febrero. Dados los buenos resultados obtenidos con Final Fantasy XI (como curiosidad, su segunda expansión: Chains of Promathia fue presentada junto a este juego en septiembre del 2004), no hemos podido resistirnos a hacernos con uno de ellos y a experimentar durante decenas de horas que se siente en un nuevo mundo de magia y fantasía. ¿Habrá Square Enix acertado de nuevo en la diana?
Un mundo en medio de una guerra
Unos segundos después de desenvolver el paquete con el juego lo primero que un servidor mira en el largo y detallado manual en japonés -con algunas páginas en inglés- es el listado de requisitos básicos para el juego, dada la experiencia con otros juegos online como World of Warcraft o Final Fantasy XI, de cuyo estudio también es el presente juego. Sorprendentemente los requisitos de Fantasy Earth no superan a los anteriores ya que sólo pide Pentium 4 a 1,3 GHz, 512 MB de memoria principal (recomendado 2 Ghz y 1 GB en cada caso), 3 GBs de espacio duro en disco, DirectX 8,1 o superior, tarjeta de vídeo de 64 MB VRAM y conexión a internet de 300 Kbs como mínimo.
Tras ver que el sistema cumple todos los requisitos procedemos a instalarlo, con unas bellas pantallas en las que observamos unos sencillos artes conceptuales de los monarcas de los cinco reinos principales del juego. Pero antes de comenzar el mismo observamos una espectacular secuencia cinemática al nivel que nos tiene acostumbrados Square Enix, con varios monstruos, gigantes, caballeros, personajes y castillos, que a medida que progresemos en el juego iremos descubriendo la función de cada uno.
La historia principal del juego, contada al más puro estilo épico con caracteres que se van imprimiendo en la pantalla a la par que aparecen imágenes y dibujos conceptuales, es bastante simple al principio pero conociendo a sus creadores es obvio que su complejidad será creciente. El guión comienza narrándonos la actual situación de un mundo formado por seis bastos continentes divididos por grandes mares.
Hace muchos años todas estas tierras estaban siendo gobernadas por el imperio de Tolkmaiya y cada región administrada por diferentes reyes. Pero esa época de plenitud y lujo decayó progresivamente hasta que cada uno de los reinos se independizó y empezaron a disputarse el control de las diferentes regiones así como la central, las actuales tierras de Esucetia, en las que se sitúa nuestro principal enemigo, el actual Emperador de Essetia.
Cada uno de los cinco reinos circunvalantes al central tiene diferentes áreas y fisonomía respecto a los otros, siendo gobernados por un determinado monarca que vive en la ciudad: el área más importante de todo el continente. En estas villas será donde comenzaremos nuestra aventura y donde podremos fundar clanes para colonizar y conquistar las diferentes regiones de cada continente, divididos estos en un total de quince, si bien según el servidor al que nos conectemos (estructurados según el nivel de los participantes), podrá llegar a tener un máximo de treinta regiones por continente.
Empezando nuestra aventura
Nada más comenzar el juego tendremos que escoger uno de los cinco reinos para comenzar, cada uno con un máximo de 100 usuarios, divididos en diferentes facciones (como mínimo dos de hasta 50 jugadores) y clanes, siendo ocho el número máximo de miembros de estos últimos. Cada facción tendrá un color con el que se representará en el mapa global y simbolizará las diferentes regiones que posee y las disputas con otros reinos, siendo éstas el hilo principal de todo el juego, si bien también podremos cumplir muchas misiones secundarias, cazar monstruos para conseguir dinero y experiencia y comerciar con otros reinos.
En el momento preciso que escojamos uno de los cinco reinos se nos presentará el argumento afín al mismo. En nuestra primera aventura elegimos el reino de Netsawal, en el continente de Pictorion, el más recomendado para aquellos que desconozcan el desarrollo del juego puesto que será el más sencillo para comenzar.
Este reino no tiene monarca aparente e incluso la ciudad está gobernada por diferentes nobles que discuten continuamente por el regreso del rey y sus propios intereses. Según la leyenda el monarca Hyunkel tuvo que exiliarse hace muchos años por las continuas disputas entre las tribus bárbaras que poblaban su reino y los propios humanos. Nuestro objetivo principal será que recupere el trono pero no será una misión sencilla ya que ninguno de sus súbditos le reconoce debido a una maldición que le hizo un aspecto de león humanoide. Sólo su querida mujer le identifica y con ella es con quien empezará la revolución para recuperar lo que es suyo.
Los otros cuatro reinos también tendrán sus propias particularidades si bien por el momento no hemos podido descubrirlas del todo. Una de las vías para hacerlo es empezar una aventura en cada reino. Para ello hay que crearse un nuevo personaje por un coste de 105 yenes al mes (cerca de un euro al cambio), siendo el coste mensual de 1344 yenes (poco menos de diez euros) con derecho a un personaje gratuito. Un coste mensual ligeramente alto pero hay que tener en cuenta que el juego tiene precio abierto, es decir, son las propias tiendas o minoristas quienes fijan libremente su valía.
Entrando en detalles de cada uno de los otros reinos nos encontramos con el Imperio Elsord, limítrofe por la derecha a Netsawal y gobernado por el mago Naius Weiser que hace lustros que lo abandonó a su propia suerte debido a unas más que sospechosas investigaciones del poder de los cristales, recientemente aparecidos por sorpresa en el mundo y que serán uno de los objetos más importantes del juego.
Al sur de esta región se encuentra el reino de Casedoria, gobernado por la bella elfa Typhalis que continuamente sufre los ataques de otros reinos por conseguir las abundantes fuentes de cristales de su reino. Uno de sus pocos aliados será el reino de Holdein, muy fuerte militarmente hablando y en cuyo trono también reposará una bella fémina, en este caso la general Wadriti Berkestein Holdein cuyos propios capitanes están haciendo complots contra ella y pidiendo tributos ilegales a sus súbditos.
El quinto reino, en donde se encuentra el imperio Gebrand, está regido por el malvado y déspota Raiel Ku'belda, el cual exige más dinero a sus ciudadanos del que pueden dar, negando todo tipo de reclamaciones o sugerencias. En éste último podremos seguir las órdenes de su monarca, teniendo acceso a determinadas misiones y mejoras, o comenzar un levantamiento contra él, si bien no será nada fácil.
Dando forma a un nuevo héroe.
Como buen MMORPG, tras elegir un destino el juego nos invita a crearnos un personaje a nuestra medida en un completo editor con numerosas opciones. Principalmente podremos escoger entre siete clases diferentes, cada una enfocada a un estilo jugable con tres estilos finales según nuestras armas iniciales que delimitarán en cierta medida nuestras primeras habilidades.
Hay un total de tres elecciones centradas en el uso de la magia: Clérigo, que puede utilizar magia blanca y algunos hechizos de la negra; Invocador, que puede usar ambos tipos de magia pero con menos capacidad así como llamar a algunas de las mejores criaturas; y Guerrero Oscuro (Shadow Walker) que manejará como nadie la magia negra, con la que chamuscar, congelar o electrocutar a todo ser, además de poder manejar a una de las mejores bestias.
Los cuatro tipos restantes en cuanto a la elección de clase son: Guerrero, muy aptos para los recién llegados al juego ya que tienen un buen equilibrio entre fuerza y defensa pero a la larga son los menos útiles; Salvaje, óptimo para ataques cuerpo a cuerpo y con unos golpes espectaculares; Espadachín, que ataca con armas blancas y es de los mejores en el campo de batalla; y por último, Cazador, el mejor para abatir monstruos y conseguir experiencia, dinero y cristales rápidamente, puesto que su agilidad será sorprendente.
Además habrá determinados cristales que evolucionarán temporalmente las clases (por ejemplo, de Guerrero a Caballero Dragón) dependiendo del nivel, estado del personaje y número de cristales en dicho momento, dando lugar a un máximo de cien posibles nuevas habilidades que sólo podremos ejecutar en un máximo de cinco minutos (recomendado hacerlo exclusivamente durantes las peleas).
Para personificar nuestro personaje contamos con un total de siete tipos de cara, siete estilos de pelo, cuatro tipos de cuerpo, cuatro tipos de ojos y otros cuatro de color de piel, además de la obviedad del sexo. No es mucha variedad pero también dispondremos de un gran catálogo de vestidos casi ilimitado que dependerá del reino que hayamos elegido. Además Square Enix ha confirmado que mensualmente actualizará dicho editor, ampliándolo a los gustos que los usuarios soliciten.
Un desarrollo muy original
Creado por fin nuestro personaje llegamos a la ciudad principal del reino de Netsawal poblada por cientos de personajes y que tiene unas dimensiones bastante considerables y en cuyas calles se encuentran todo tipo de tiendas, bares, forjas y casas. Lo típico de un MMORPG. Tras dar una pequeña vuelta por la ciudad observando la gran belleza de la misma el tutorial del juego nos explica que debemos formar parte de un clan para comenzar la aventura.
Dichos grupos de guerreros (como otros juegos del género) se pueden fundar en los bares o lugares para tal propósito. Entramos a uno de ellos y nos encontramos con un clan de siete miembros formado por dos magos negros, dos espadachines, una cazadora, una invocadora y un guerrero. Nosotros, al ser de la clase clérigo, somos el personaje que le faltaba para estar perfectamente equilibrados. Así pues, tras crearnos un avatar que nos identifique y un nombre: Hordaine, nos abrimos paso a las peligrosas tierras del juego.
Ya dentro del juego, el desarrollo del mismo toma ideas prestadas de conocidos MMORPG pero con algunas ideas totalmente originales, como puede ser la invocación de monstruos y la construcción de edificios por medio de los cristales. Square Enix lo ha denominado como 'MMOARPGxS', es decir: Massively Multiplayer Online Action RPG x Strategy, añadiendo los factores acción y estrategia a los del juego a través de Internet. Describamos todos los pasos para tal extravagante propuesta.
Nuestro principal objetivo durante el desarrollo de Fantasy Earth es conquistar el máximo número posible de territorios, dominados estos por clanes rivales (manejados por la CPU o por usuarios), a la par que adquirir experiencia y mejores armas, para así poder vencer a los jefes de nivel que se encuentran en los pasos a otros continentes y al central. En éste último nos aguarda nuestro principal enemigo en un territorio en el que no habrá ciudades para descansar y los monstruos y clanes serán muchísimo más difíciles.
Para conseguir dinero fácilmente con el que comprar nuevas armas y vestuario, basta con cumplir algunas misiones que nos mandarán los habitantes de la ciudad, la gran mayoría consistentes en cazar determinado animal o traer un poco de algún tipo de cristal. Para la experiencia, como otros títulos del género, sólo habrá que matar enemigos y monstruos. En el momento que subamos nivel podremos administrar nuestras habilidades y adquirir nuevos ataques (que se ejecutan con las teclas 1 a 8 del teclado numérico) o mejoras.
Los cristales serán el punto fundamental de nuestra aventura y podrán estar en un determinado lugar o ser movibles, siendo de ocho tipos diferentes, con hasta diez clases de colores que otorgarán diferentes propiedades. Los inmóviles serán muy codiciados por los diferentes clanes, ya que cada poco tiempo se repondrán para extraer del mismo un poco de cristal. Mientras que los más pequeños, aquellos que se puedan transportar, aparecerán de improviso por el escenario. Cada personaje podrá llevar un máximo de veinte cristales, dependiendo del equipo que lleve, si bien existe la posibilidad de que dos usuarios con parecidas facultades puedan portar hasta un máximo de cincuenta.
Cuando un jugador lleve un cristal tendrá un brillo característico que atraerá a los monstruos hasta que éste lo deje en el refugio de su clan, primer objetivo a situar tras adquirir un poco de experiencia, puesto que ahí será donde erijamos los primeros edificios. La situación de estos es fundamental ya que los terrenos de cada sección de los diferentes reinos son realmente grandes y en cada uno de ellos pueden coexistir a la vez los cien usuarios máximos por país, peleando continuamente por la posesión de dicha tierra.
Las regiones son muy variadas: tan pronto nos encontramos una formada por cientos de islas que otra con volcanes activos, bosques abruptos, monstruos difíciles de vencer, montañas inexpugnables o trampas por el suelo. Todas tendrán puntos fundamentales como por ejemplo, un paso a las otras regiones colindantes, monstruos a los que cazar y los imprescindibles cristales. Para comenzar las guerras entre facciones necesitaremos edificios e invocaciones, puntos a tratar a continuación.
Construyendo la fortaleza
Para dar forma a uno de los cinco tipos de construcciones hay que reunir un mínimo de ocho cristales en torno a nuestro primer refugio. Dependiendo del tipo de estos dará lugar a un máximo de 300 posibles, con diferentes aspectos y propiedades. El primer edificio que deberemos erigir será el Obelisco, ya que éste designará el terreno en el que podremos levantar nuevas estructuras. Dependiendo del terreno que elijamos los edificios tendrán más o menos defensa o serán más proclives a recibir ataques enemigos.
Tras éste toca reunir más cristales para nuestro segundo edificio, en este caso una especie de torre rodeada por un fuerte con el peculiar nombre de 'Vokluftshoppe' con la que podremos invocar Gigantes, una de las mejores y fundamentales bestias de ataque. El tercer edificio será el Altar del Dragón, para invocar bestias aladas que sólo pueden ser manejadas por los Invocadores.
Controlar a estas bestias es bastante sencillo, ya que les asignamos sencillas órdenes y también podemos darlas en tiempo real con las diferentes teclas numéricas, siendo fundamental en las batallas multitudinarias que pueden reunir hasta un máximo de treinta invocaciones por facción.. El cuarto edificio que erigimos, la Puerta de Hades, también sirve para llamar a criaturas, aunque en este caso del más allá, ya que son Espíritus del inframundo que sólo pueden ser controlados por los Guerreros Oscuros.
La función de la última estructura, la Torre de Vigilancia, es más bien defensiva ya que automáticamente dispara flechas a los enemigos que se acerquen, además de que en ella podrán estar uno de nuestros guerreros (fundamentalmente un mago que maneje criaturas). En el momento preciso en que construimos los cinco tipos de edificios se erige automáticamente el castillo (sólo uno por clan) en el que podrán recuperar vitalidad los miembros del grupo y en el caso de ser destruido se dará por perdida la batalla.
Ya hemos nombrado a tres de los cinco tipos de invocaciones -Gigante, Dragón y Espíritu- pero no así sus funciones. En el primer caso, los Gigantes tendrán un movimiento bastante lento pero una gran fuerza bruta y algunas habilidades afines al elemento tierra, como puede ser la habilidad de hacer pequeños terremotos. El Dragón, como es obvio, se moverá por el aire y podrá atacar a corta y larga distancia con sus garras o con su llamarada, si bien ésta no será muy efectiva. En cambio los Espíritus podrán cegar a los enemigos y congelarles con su ataque helado.
Las dos criaturas restantes, Caballero y Quimera, sólo podrán ser llamadas por los Espadachines o los Cazadores, respectivamente, al alcanzar el nivel veinte y encontrarse en un Castillo o un Altar del Dragón en cada caso. El Caballero servirá fundamentalmente para la defensa, ya que tendrá un escudo sagrado que aumentará dicha capacidad a los usuarios cercanos, aunque también será muy hábil en el ataque. La Quimera, en cambio, será capaz de expulsar fuego, hielo y rayos y su poder de devastación será fundamental en las contiendas.
¡Es hora de la guerra!
En el momento preciso que creemos estar listos para la batalla tendremos que declararla a alguna de las facciones que estén en nuestra región para, con ello, expulsarla de la misma o poder pasar a otra. Ésta comenzará cuando cuatro o más personas elijan dicha orden y dará comienzo una fase previa a la batalla de un minuto de duración en la que tendremos que pensar una estrategia o cancelar la guerra, si tres de nuestro grupo no están de acuerdo. Cuando dé comienzo una contienda no podremos empezar otra hasta que la terminemos, por lo que será fundamental pensar adecuadamente a quien nos enfrentamos primero.
Las guerras son la parte más divertida y caótica del juego, fundamentalmente porque enfrentan a muchos personajes y monstruos simultáneamente, siendo preciso que llamemos a estos en dichos momentos, ya que según nuestro nivel tendrán más tiempo de permanencia en el escenario. Para acabar con los rivales podremos hacerlo individualmente, en grupo y/o a través de las bestias, pero para ello habrá que usar perfectamente nuestras habilidades.
Nuestro principal objetivo será el castillo enemigo y los diferentes personajes que estén manejando a los monstruos ya que al eliminarlos desaparecerán estos últimos, si bien no hay que olvidarse de cualquier otra fuerza de ataque. La mecánica de las batallas es tan interesante y novedosa que es difícil compararla con la de cualquier juego y es una de las principales apuestas de Fantasy Earth.
Al terminar la misma, momento en el que los enemigos vencidos podrán unirse a nuestro bando (no a nuestro clan en el caso de que sigamos siendo ocho) o volver a la ciudad, adquiriremos unos puntos de batalla porcentuales al tiempo y dificultad de ésta. Consiguiendo muchos de estos puntos podremos optar a misiones más difíciles que nos reportarán mejores objetos, más dinero o armas inéditas.
Como es obvio, comenzar una de estas batallas precisa mucho tiempo de entrenamiento, búsqueda de cristales y mejora de armas. Por ejemplo, para dar lugar a nuestra primera contienda tuvimos que jugar durante más de diez horas pero a partir de ésta el juego se hizo más ágil y divertido ya que nos expandimos por nuevas zonas, sin olvidar las anteriores, las cuales podían ser vigiladas por miembros de nuestro bando o personajes contratados (estos con un aspecto fantasmagórico).
Sencillo pero bello
Al principio de este impresiones jugables ya mencionamos que Fantasy Earth no requiere de las últimas tecnologías del mercado y las imágenes que acompañan al juego dan parte de razón a esta afirmación, ya que los personajes, diseñados con un estilo gráfico puramente japonés parecido al manga, han sido creados con diferentes técnicas de Cell-Shading. Así que estos no muestran multitud de polígonos o increíbles texturas sino que todo es bastante simple pero a la vez muy colorido y cumple perfectamente su función.
La diversidad de regiones es constante y están formadas por bellos parajes con cientos de árboles, hierbas, rocas, ríos u otros accidentes geográficos que, en algunos casos, se mueven a nuestro paso. Los efectos gráficos están muy bien conseguidos, con una gran variedad de explosiones o magias e incluso cambio entre el día y la noche. Mientras que las animaciones de los personajes son muy notables y variadas, no así las de las invocaciones o monstruos, si bien estos últimos tienen una gran variedad.
Para diferenciar cada bando en una batalla los colores de sus ropas adquieren temporalmente un color, siendo rojos los que hayan efectuado la declaración de guerra y azules los defensores. Lo que realmente sorprende del juego son los enemigos finales o determinadas criaturas de los escenarios, realmente originales y con un gran elenco de golpes. Al ser en esencia un MMORPG será difícil encontrar dos personajes iguales, dado que existirán miles de combinaciones de vestuario y personajes.
La música ha corrido a cargo de Hitoshi Sakimoto, compositor de grandes títulos como Final Fantasy Tactics, Vagrant Story, los recientes Gradius V y Stella Deus, la saga Ogre Battle y el prometedor Final Fantasy XII, siendo sus melodías épicas constantes durante el juego y dinámicas según el momento o situación. Los efectos sonoros cumplen perfectamente, con una gran variedad según el tipo de arma o hechizo, mientras que las voces son bastante simples pero muy variadas.
¿Lo veremos por aquí?
Fantasy Earth: The Ring of Dominion ha sido mucho más de lo que esperábamos en un primer momento debido a sus grandes posibilidades de juego y originalidad en las batallas. Como todo buen MMORPG necesita de muchas horas de juego para sacarle toda su esencia, pero realmente es un título que merece la pena probar si te atrae el género, la estrategia o las batallas multitudinarias. Por el momento no ha sido confirmado para el mercado norteamericano y menos aún para el europeo, pero dado el buen éxito que está consiguiendo en el país del sol naciente y el de Final Fantasy XI a nivel mundial, puede ser una posibilidad.