Dynasty Warriors 7
Dynasty Warriors regresa a nuestras consolas con una séptima entrega numerada que aúna lo mejor de tan histórica franquicia para dar como resultado el que promete ser mejor juego de la saga. La Guerra de los Tres Reinos, más espectacular, intensa y profunda que nunca.
Los aficionados a los beat 'em ups masivos, herederos directos de aquellos inolvidables 'yo contra el barrio' que antaño nos maravillaron tanto en los salones recreativos como en nuestros sistemas domésticos, seguimos de enhorabuena. Aunque en occidente el éxito de estos arcades desenfrenados sigue sin ser el deseable, Japón es suficiente soporte como para que continúen lanzándose nuevas propuestas de manera regular. Como los apasionados a esta clase de juegos sin duda sabrán, aunque en el mercado pueden encontrarse títulos como Ninety Nine Nights de Q Entertainment o Sengoku Basara de Capcom, los amos y señores del género siguen siendo los chicos de Omega Force, siempre bajo el auspicio de Koei. De hecho, fueron ellos los que crearon esta nueva forma de entender el beat 'em up con Dynasty Warriors 2 (Shin Sangoku Musou en oriente), juego que hace poco celebró su décimo aniversario.
El éxito de la franquicia DW fue para Koei total durante la generación de los 128 bits, aunque la inmensa mayoría de un volumen de ventas que solía sobrepasar el millón de unidades en cada entrega (cifra que hasta entonces tan histórica compañía no había alcanzado con juego alguno) se registraban en Japón. Tamaño éxito propició el lanzamiento de secuelas, expansiones (Xtreme Legends y Empires) y nuevas franquicias o spin-offs (Samurai Warriors, Warriors Orochi, Dynasty Warriors: Gundam ). Ya en 2007, y tras algunos experimentos en los que se lanzaban para Xbox 360 títulos de la franquicia que no eran sino meras conversiones de las entregas originalmente desarrolladas para PS2, llegó el momento de dar el definitivo salto a la generación de la alta definición. Así, Koei anunció a bombo y platillo la llegada de Dynasty Warriors 6, título que sobre el papel se veía bastante interesante dado que suponía un borrón y cuenta nueva para la franquicia a casi todos los niveles. Dicha renovación se centró en los personajes, la mayoría de los cuales fueron dotados de un aspecto visual diferente así como una nueva arma para blandir en batalla. Ello también daba pie a que el catálogo de ataques de cada personaje (que desde DW3 venía siendo prácticamente el mismo para cada luchador, con algunos añadidos en cada nueva entrega) fuera completamente novedoso, y en efecto así fue.
Sin embargo, tantos cambios propiciaron el regreso de los personajes clónicos (algo que no se veía desde aquel primer Shin Sangoku Musou o DW2), por lo que la abrumadora oferta de guerreros seleccionables, que desde siempre había sido una de las principales virtudes de la franquicia, se veía aquí mermada. El apartado gráfico tampoco ayudaba, aunque fueron bienvenidas nuevas características en batalla como la posibilidad de nadar (por fin los ríos dejaban de convertirse en obstáculos insalvables, lo que daba pie a nuevas opciones estratégicas y posibilidades ofensivas) o acceder a plataformas elevadas y torreones mediante el uso de escaleras. Así, Dynasty Warriors 6 se intuía como un título que desde luego no lograría convencer a los que desde siempre habían renegado de la franquicia, aunque en principio sí parecía estar dotado del suficiente número de virtudes como para satisfacer a su legión de fieles seguidores, los cuales recibían con amplia expectación cada nueva entrega. Por desgracia, entraba además en juego un nuevo elemento que hizo que también los jugadores devotos de Dynasty Warriors negaran su apoyo a esta nueva entrega: el sistema Renbu.
En 2007, con el éxito de Wii en pleno auge, a las compañías les dio por buscar nuevos jugadores también para sus propias franquicias. ¿Cómo podemos hacer que hasta la abuela, el ama de casa adicta a los culebrones y reality shows, e incluso el perro jueguen a nuestras sagas clásicas? Fácil, simplificándolo todo al máximo. El sistema Renbu no era otra cosa que un vil intento de reducir hasta el absurdo el sistema de combate del que siempre había hecho gala Dynasty Warriors, algo absolutamente innecesario dado que dicho sistema ya era lo suficientemente sencillo y accesible como para permitir jugar sin muchas complicaciones. Así, Dynasty Warriors 6 se convirtió más que nunca en un aburrido machacabotones en el que todo se reducía a pulsar repetidamente bien el botón cuadrado o bien el botón triángulo, sin tan siquiera existir la posibilidad de combinar los ataques normales y fuertes para ofrecer algo de profundidad jugable en los combates.
Esta simplificación extrema llamada Renbu fue, en definitiva, un completo fiasco que sin embargo se implementó también en Dynasty Warriors 6: Empires y Dynasty Warriors: Strikeforce. Eso sí, otras franquicias de la familia, como Dynasty Warriors: Gundam, Samurai Warriors o El Puño de la Estrella del Norte continuaron con el sistema clásico de carga y ataques combinables que tan buen resultado había dado en la generación de los 128 bits. Ahora, Koei encara el desarrollo de una nueva entrega numerada de Dynasty Warriors, y por suerte el nefasto Renbu es borrado por completo de la ecuación, regresando el sistema clásico visto en los DW anteriores al 6, aunque potenciado para la ocasión y acompañado de los mejores aciertos de las entregas más recientes de la saga. Parece ser que Dynasty Warriors entrará al fin con buen pie en la actual generación. Más vale tarde que nunca, sobre todo si la espera, como en esta ocasión, acaba mereciendo la pena.
Un reino para gobernarlos a todos
Como los conocedores de la franquicia sin duda sabrán, la ambientación, trasfondo argumental y personajes que pueblan los juegos de Dynasty Warriors están basados en la novela El Romance de los Tres Reinos, creada por Luo Guanzhong en el siglo XIV y considerada unánimemente como una de las obras literarias capitales de China. Dicha novela se basa, a su vez, en acontecimientos históricos que tuvieron lugar en los siglos II y III de la presente era, abarcando la caída de la dinastía Han, la fragmentación de China en tres reinos que dieron lugar a una cruenta guerra civil, y la posterior reunificación de todo el territorio. Por supuesto, Dynasty Warriors 7 sigue inspirándose en la obra de Guanzhong, aunque se incluyen novedades hasta ahora inéditas en la saga, las cuales llegan de la mano de un cuarto bando que se une a la batalla: el reino de Jin.
Hasta ahora, el hilo narrativo de los Dynasty Warriors solía concluir en la batalla de las llanuras de Wuzhang, donde tiene lugar el enfrentamiento más trascendental entre el reino de Shu, con el estratega Zhuge Liang a la cabeza, y el reino de Wei, liderado por Sima Yi, gran rival de Zhuge Liang. Dicha batalla terminó con la muerte por enfermedad de Zhuge Liang y una contundente y prácticamente definitiva derrota para el reino de Shu. Pues bien, el nuevo reino que se nos presenta en Dynasty Warriors 7 da pie a que la historia continúe a partir de ese punto, dado que el reino de Jin no es otro que un reino de Wei transformado por las luchas internas que dieron pie a la pérdida de influencia del clan Cao en beneficio de la familia Sima. Es de esperar por parte de Koei el clásico buen hacer de la compañía a la hora de narrar estos nuevos acontecimientos de forma épica y espectacular, seguramente subrayando la entrega, el sentido del honor y el sacrificio de los abundantes personajes que forman parte del juego.
Desde Koei se han prometido más de 60 personajes seleccionables, todos perfectamente diferenciados a nivel de aspecto, personalidad y catálogo de técnicas, ataques y movimientos. Así, la principal virtud que hace a los DW tomar una abrumadora ventaja sobre cualquier otro juego del género se encuentra aquí más presente que nunca. En el momento de redactar este avance se han presentado ya 48 de esos más de 60 guerreros con los que contará el juego. Por ahora 13 de ellos son totalmente nuevos, siendo en su mayoría miembros del nuevo reino de Jin. Entre los personajes habituales de DW que se echaron en falta en la anterior entrega de la franquicia regresan Jiang Wei, Da Qiao, Meng Huo y Zhu Rong, mientras entre las incorporaciones a las filas de los tres reinos clásicos se encuentran personajes como Liu Chan (hijo de Liu Bei y por lo tanto heredero al trono de Shu), Ding Feng o Deng Ai.
El regreso a la franquicia de Meng Huo y Zhu Rong trae consigo la vuelta del reino menor de Nanman, y con ellos ¡los elefantes! Y es que parece ser que en Dynasty Warriors 7 se darán cita todas las virtudes y más recordados elementos de las entregas anteriores, al tiempo que se desechan los errores cometidos en DW6 para dar como resultado el mejor juego de la franquicia. Como ya mencionamos en la introducción, el plomizo y extremadamente limitado sistema Renbu pasa a mejor vida para volver al sistema de carga que tan buenos resultados dio en los DW lanzados en la generación de los 128 bits. Ello significa que de nuevo la mecánica de combate del juego se basará principalmente en los ataques normales (botón cuadrado en PS3, X en 360) y fuertes (triángulo en PS3, Y en 360), los cuales pueden ser combinados de diversas maneras para dar lugar a nuevas técnicas que noquearán a los adversarios, los elevarán por los aires para dar pie a un combo aéreo, romperán su defensa, etc
Como todo aficionado a la franquicia sin duda sabe, el sistema de combate clásico de la saga DW destaca por su sencillez y accesibilidad, permitiéndonos realizar largos combos tanto terrestres como aéreos (lo que en el argot de los juegos de lucha versus se denomina juggles) con gran facilidad. Pero sin duda la gran virtud de este sistema es su efectividad a la hora de hacer que cada técnica, golpe y movimiento de nuestro personaje sea útil por sí mismo. Es decir, aquí no se cae en el error adolecido por la inmensa mayoría de beat 'em ups, en los cuales se acaba desnivelando el catálogo de movimientos de sus personajes de forma que uno o dos ataques son claramente más eficaces que el resto, empujándonos a repetir la misma técnica una y otra vez de forma continuada mientras dejamos de lado otras posibilidades a causa de su futilidad. En Dynasty Warriors 7 existe un gran equilibrio en cuanto a la utilidad de las técnicas poseídas por cada guerrero, de forma que cada una cuenta con su ventaja determinada y todas acabarán siendo usadas en batalla de igual manera por el jugador según las circunstancias y enemigos a los que tenga que hacer frente.
Por supuesto, el nuevo sistema de carga de DW7 ofrecerá cuantiosas novedades respecto a lo visto en DW previos. La mayoría de ellas vienen de la mano de una acertada característica que ya se implementó en DW Strikeforce: el arma secundaria. En Dynasty Warriors 7 cada personaje contará con su arma única y primaria, que será el principal elemento que le permitirá diferenciarse del resto de guerreros seleccionables en cuanto a técnicas y ataques. Además de esto, podremos equipar un arma secundaria que nutrirá a nuestro soldado de un nuevo catálogo de golpes y movimientos. Lo mejor de todo es que podremos intercambiar ambas armas en tiempo real (botón R1 en el caso de PS3, RB en 360) y en todo momento, por lo que a las clásicas combinaciones de ataques normales y fuertes se les unen nuevos combos que podremos comenzar con un arma, cambiar a otra para seguir atacando sin romper la cadena de golpes y finalizar regresando al arma anterior. Y éste es solo un ejemplo de las nuevas posibilidades que se abren. De momento en cuanto a armas secundarias se han visto desde las clásicas espadas, sables, lanzas, ballestas y arcos hasta otras mucho más exóticas (y en obvia fuera de época) como un cañón de mano o una ametralladora gatling. Koei promete mucha variedad en este aspecto, para que así las combinaciones entre armas principal y secundaria se cuenten por cientos y puedan dar lugar a un amplio abanico de ataques que además podrá ser modificado en todo momento, dado que también podremos equipar las nuevas armas adquiridas en plena batalla en lugar de tener que esperar al final de la fase como sucedía en anteriores DW.
Por si esto no fuera suficiente, se añade la posibilidad de que cada personaje adquiera experiencia con el uso de las armas. Por ejemplo, un arma secundaria que sea poco usada por nuestro guerrero puede incluso tener efectos negativos sobre el personaje, como un -5 al ataque, mientras la acumulación de uso y experiencia abre la posibilidad de gozar de mayor alcance al blandirla o incluso desencadenar ataques elementales sobre los enemigos. Además, cada personaje es experto en el uso de una determinada arma secundaria (nos daremos cuenta de ello cuando las letras EX aparezcan sobreimpresionadas en el icono de dicha arma mostrado en la interfaz del juego), por lo que al blandirla podrá ejecutar técnicas y ataques extra que de nuevo darán pie a una mayor diferenciación entre guerreros. A todo esto hay que añadir que ahora cada personaje contará con dos ataques Musou (la técnica más mortal de cada luchador, ejecutable tras llenar una barra destinada a tal efecto), siendo el segundo de ellos generalmente aéreo. Ello también da pie a que la barra Musou se divida en dos secciones, por lo que podremos encadenar hasta dos de estas técnicas mortíferas de manera sucesiva, o ejecutar una para luego seguir con combos normales y finalizar ejecutando otra. De nuevo se abren cuantiosas posibilidades al respecto.
Y si se nos promete variedad de ataques, las vías a la hora de cambiar de personaje durante el transcurso del Modo Historia (la modalidad principal del título) tampoco son precisamente escasas. En esta ocasión, el Modo Historia nos narrará el hilo argumental de cada uno de los cuatro reinos incluidos en el juego (Shu, Wu, Wei y Jin), mediante diversas batallas basadas tanto en los eventos de la novela El Romance de los Tres Reinos como en crónicas alternativas inventadas por la propia Koei. La inclusión de un cuarto bando da pie a un Modo Historia más longevo que el incluido en anteriores DW, algo muy de agradecer dado que en esta ocasión se basa en cada uno de los cuatro reinos en lugar de en los más destacados guerreros de cada bando. Ello posibilita que se pueda jugar con diferentes personajes según avanza la historia. Es más, incluso durante el trascurso de los propios niveles tendremos que controlar a más de un guerrero, posibilitando con ello diferentes perspectivas de una misma batalla. De momento se ha puesto como ejemplo la batalla de Chang Ban, donde encarnando a Zhao Yun deberemos cubrir la retirada de Liu Bei y sus tropas antes de que caigan en las garras de Cao Cao, mientras a mitad del enfrentamiento pasaremos a tomar el control de Zhang Fei para que éste proteja el puente de Chang Bang con vistas a dar el suficiente tiempo a Liu Bei para escapar con éxito del acoso enemigo.
Además del Modo Historia, sin duda hay que destacar el nuevo Modo Crónica, repleto de posibilidades inéditas en la modalidad principal. De entrada, existen varios guerreros que al no pertenecer a alguno de los cuatro reinos del juego no podrán ser seleccionados en el Modo Historia, por lo que el Modo Crónica se convierte en la vía para poder controlarlos sin problemas. Aquí nos encontraremos ante una especie de Free Mode en el que, sobre un mapa de libre exploración de China dividido en diferentes casillas, podremos luchar del lado de cualquiera de los cuatro bandos en liza con el objetivo de conquistar cada vez más terreno. Esta mecánica parece ser muy similar a la vista en los Dynasty Warriors: Empires, aunque aún está por confirmar si existirán tantas posibilidades como en dichas expansiones.
Será también en este modo donde se nos dará la posibilidad de participar junto a un segundo jugador, tanto online como offline (mediante la clásica y socorrida split-screen), algo no posible en el Modo Historia. También llama poderosamente la atención el hecho de que el menú previo a la batalla visto en anteriores DW, donde nos equipábamos con armas, ítems de mejora, monturas y podíamos consultar las estrategias previas al combate, ha pasado a mejor vida, siendo sustituido por un sistema similar al visto en Strikeforce. Así, ahora visitaremos diversas aldeas y poblados antes de entrar en combate, donde podremos tanto adquirir armas e ítems como conversar con diversos personajes con vistas a conocer estrategias útiles para la inminente batalla.
A la hora de subir de nivel a los personajes también se usa una vía claramente inspirada en anteriores Dynasty Warriors. Aquí entran en juego diversos ítems que permitirán subir nuestras estadísticas de salud, ataque y defensa. Dichos ítems pueden encontrarse tanto en posesión de un general enemigo como en el interior de cajas y barriles desperdigados por el escenario, dando con ello pie a la exploración de cada campo de batalla. Así, los puntos de experiencia adquiridos conforme vamos luchando quedan reservados a la mejora y expansión tanto de la barra Musou como del catálogo de técnicas y ataques de cada personaje. En cuanto a los animales que participan en la batalla, a las ya más que clásicas monturas (tal y como mencionamos unos párrafos atrás, volvemos a contar con la posibilidad de arrasar con todo sobre la grupa de un elefante) se suman animales de apoyo que lucharán a nuestro lado, comportándose de una forma similar a los guardaespaldas de DW anteriores. Aún se desconocen las especies animales que nos servirán de apoyo en los combates, aunque es de esperar que los tigres se encuentren entre ellas. Lo que sí se ha confirmado es que existirán pandas, aunque no se sabe si como monturas o animales de apoyo.
En lo referente al apartado visual, se nota una clara mejoría respecto a lo visto en Dynasty Warriors 6, título que ni mucho menos parecía haber sido construido con un engine de la actual generación. Si analizamos la historia de la franquicia, nos encontramos con que Omega Force necesita tiempo para exprimir el hardware de una determinada plataforma. Así, Dynasty Warriors 2 era muy limitado a nivel técnico, pero con el lanzamiento de cada nueva entrega se mostraba una clara mejoría, hasta que se consiguió exprimir a fondo el hardware de PS2 con DW5. Lo mismo sucede en la actual generación, notándose el salto a mejor de DW7 con respecto a lo visto tanto en la anterior entrega como en los spin-offs surgidos entre un juego y otro (DW Strikeforce, Gundam o El Puño de la Estrella del Norte). Se ha prestado especial atención a la hora de dotar de más polígonos, mejores texturas y mayor grado de detalle a soldados rasos y comandantes genéricos, los cuales ya ni mucho menos parecen, como sucedía en DW6, provenir directamente de la anterior generación.
Los efectos de luz, ondas de energía y explosiones varias también gozan de una clara mejoría, así como los propios escenarios, que dejan atrás ese aspecto desolado para encontrarse más poblados de detalles. Se sigue cojeando en algunos aspectos, como la hierba, demasiado artificial y desangelada, pero en general, y teniendo en cuenta todo lo que el juego mueve manteniendo en todo momento una tasa estable de frames por segundo, ya podemos adelantar que el trabajo de Omega Force ha sido bastante aceptable en esta ocasión. Todo es mucho más épico y espectacular, notándose en agradecidos detalles como la transición en tiempo real entre las escenas cinemáticas y el propio combate. Podemos encontrarnos por ejemplo con una escena cinemática en la que nuestro guerrero y sus aliados observan un campamento enemigo desde una colina, llamando la atención de los soldados de dicho lugar. Se da la voz de alarma y todos los enemigos cargan al unísono, al tiempo que nuestro guerrero y sus compañeros descienden la colina a todo correr y se precipitan sobre ellos. En el mismo instante en que ambos bandos chocan, observamos cómo la interfaz de juego aparece en pantalla, indicándonos que la secuencia de vídeo ha terminado y podemos pasar a controlar a nuestro personaje.
Dynasty Warriors 7 también será compatible con el cada vez más habitual formato estereoscópico, así que si disponemos de una televisión compatible con dicha tecnología podremos disfrutar del juego en gloriosas 3D. Lo sorprendente es que según parece contaremos con compatibilidad estereoscópica en el DW7 de Xbox 360 además de en la versión PS3, por lo que si no nos fallan las cuentas estaríamos ante uno de los primeros títulos de la consola de Microsoft que harán gala de estas 3D de nueva generación. El Dynasty Warriors 7 de PS3 también será compatible con PlayStation Move, aunque de momento se desconoce la vía por la que ha optado Koei a la hora de usar este nuevo controlador. Esperemos que no se conformen con el clásico 'agita el mando desenfrenadamente para atacar' tan común en los juegos de Wii, dado que así nos cansaríamos a los pocos minutos de comenzar a jugar.
Mencionar ya por último que el juego debutará el 10 de marzo en Japón, para aparecer tan solo unos cuantos días después en occidente. En concreto será el 22 del mismo mes en Estados Unidos y el viernes 25 en el viejo continente. Así nos encontramos con que por primera vez un Dynasty Warriors goza de un lanzamiento prácticamente simultáneo a nivel mundial, dando con ello buena fe de que Koei pone toda la carne en el asador para que, esta vez sí, su nuevo juego goce de un éxito aceptable fuera de las fronteras japonesas. Razones no faltan para ello, dado que DW7 se convierte en la excusa ideal para que aquellos que aún se muestran reacios a prestar atención a la franquicia le den una oportunidad. Esperemos que Koch Media, distribuidores de Tecmo Koei en España, se pongan las pilas y den al lanzamiento la atención que merece, ya que sus últimos juegos distribuidos (El Puño de la Estrella del Norte y BlazBlue: Continuum Shift) han llegado más tarde que al resto de Europa, y además lo han hecho en muy escasas unidades. Es obvio que no estamos hablando de un triple A como Call of Duty o Gran Turismo, pero si el juego que nos ocupa no cuenta con una mínima presencia en las tiendas especializadas seguiremos estando en las mismas independientemente de la poca o mucha calidad que atesore.
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