Todo menos agonía

Después de su exitoso paso por PC, la saga Dungeon Siege se atreve a saltar a las consolas, concretamente a la portátil de Sony, con una aventura totalmente nueva que responde al subtítulo de Throne of Agony. Que un conocido RPG pegue un salto semejante no es algo que estemos acostumbrados a ver, y la apuesta es tan arriesgada que muchas veces acaba suponiendo una pequeña decepción.

Sin embargo, la adaptación a PSP se ha llevado a cabo de una forma bastante acertada, que si bien todavía sufre de bastantes fallos y detalles que nos gustaría que se hubiesen mejorado, el sabor de boca que nos deja es, en líneas generales, bueno. No cabe duda de que los aficionados al rol clásico tienen en Dungeon Siege: Throne of Agony un título a seguir muy de cerca.

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No podremos cambiar ninguna característica del personaje seleccionado, aunque deberemos elegir nuestro acompañante. Este irá siempre a nuestro lado, ayudándonos fielmente en los combates, sin intervenir nunca argumentalmente. Las opciones estarán acordes con nuestra elección, es decir, serán criaturas o personas con habilidades que se complementan con las que tiene el personaje, logrando un interesante equilibrio.

Cabe decir que, como contraste, no contaremos con grupo de apoyo, encontrándonos siempre solos con nuestro acompañante. A pesar de no poder modificar los parámetros de nuestros personajes, sí que podremos cambiar su clase en un par de ocasiones durante la aventura, con dos opciones en cada una de ellas, lo cual nos deja con una variedad aceptable de combinaciones posibles.

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Después de la presentación particular para cada uno de los personajes, muy interesante y atractiva gracias a su estilo de animación, la historia empieza cuando el barco en el que viajaban naufraga. Con quien juguemos será el único superviviente, perdido en un bosque lleno de criaturas de las que deberá defenderse, hasta llegar a una pequeña aldea donde se nos contará lo que ocurre y la ayudaremos a seguir adelante.

De este modo, se nos irán dando constantemente nuevas misiones que pueden implicar encontrar supervivientes, rescatar a gente o erradicar un nido de criaturas amenazantes, por poner algunos ejemplos. Sin embargo, esta variedad se queda sólo en las intenciones, ya que a la hora de la verdad todas se reducen a lo mismo: llegar al escenario, acabar con todas las criaturas presentes, cumplir la misión, e irse del lugar.

Esto puede provocar, hasta cierto punto, el aburrimiento por culpa de la excesiva repetición de situaciones. No tendremos grandes ciudades donde tener largas e intensas conversaciones con sus habitantes, ni laberínticas mazmorras con peliagudos puzzles a resolver para poder avanzar. En Dungeon Siege todo es más simple, avanzar acabando con todo a nuestro paso, como si de un beat'em up se tratase.

Por supuesto, contamos con los inevitables puntos de experiencia, que permitirán que nuestro personaje se vaya fortaleciendo, así como el acompañante. Con cada nuevo nivel, recibimos un cierto número de puntos con los que podremos mejorar algunos atributos que nosotros elijamos. También iremos adquiriendo nuevos conjuros y habilidades que podremos realizar.

La recolección de objetos, básica en un juego de estas características, está presente en esta versión de Dungeon Siege. Sin embargo, a diferencia de las entregas de PC, en PSP nuestro inventario tiene una capacidad muy reducida, de modo que casi sin darnos cuentas está lleno y tenemos que o tirar objetos o venderlos en el pueblo más cercano, lo cual supone un engorro si estamos en una mazmorra ya no larga, sino de tan sólo longitud mediana.

En cuanto al apartado sonoro, las melodías resultarán conocidas a los aficionados de la saga, pues muchas son adaptaciones de los temas de Dungeon Siege 2. En líneas generales una buena banda sonora sinfónica, aderezada con detalles de calidad en cuanto a los efectos sonoros, con especial mención al doblaje, en inglés, pero de una calidad más que aceptable.

Al sistema de juego que comentamos anteriormente hay que sumarle el hecho de que el personaje responde perfectamente a nuestras indicaciones, resultando en un título muy agradable de disfrutar. Sin embargo, entorpece mucho la acción la enorme cantidad de bugs que sufre el juego, como puede ser el hecho de golpear a un enemigo y no hacerle daño y que este no se percate de nuestra presencia, pero sí que pueda acabar con él nuestro acompañante.

Situaciones incomprensibles que no son constantes, pero molestan bastante cuando ocurren. También juegan bastante en contra los exageradamente largos tiempos de carga, que en más de una ocasión hacen pensar al usuario que se ha quedado colgada la consola. Pese a estos defectos, el juego sigue siendo una oferta muy interesante para los amantes del rol, con una duración aproximada de 20 horas.

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Al acabar el juego se abre un nuevo modo, con dificultad elevada, que debería poner en aprietos al usuario y poder ofertar más horas de juego, pero esto no es así, ya que el nivel de los enemigos es muy inferior al del personaje del usuario al terminar la aventura. Poder sacar provecho de este añadido dependerá de si el jugador se ha quedado con ganas de más o no.

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