Odiarás a los dragones

Los títulos basados en licencias televisivas son cada vez más frecuentes, sobre todo de series de animación, como Los Simpsons, Futurama, o el inminente título basado en 'Padre de familia'. Sus adaptaciones sufren el riesgo de ser productos de dudosa calidad más allá de la fidelidad que consiga con la serie original, ¿pero qué pasa cuando ya de por sí la serie carece de atractivo para el gran público?

Pues eso le ocurre a Dragon Booster, título para Nintendo DS que muchos podías perfectamente ignorar hasta ahora y que os estáis enterando con este párrafo que es una adaptación de una serie de animación. En España se emite a través de Nichelodeon, ¡y llevan ya varias temporadas! Siendo Konami la que está tras el juego merecía nuestra atención, pero pocos minutos después de insertarlo en la portátil se confirmaba el peor de nuestros miedos: estamos ante uno de los títulos más descuidados y poco atractivos de Nintendo DS.

Dragones magnéticos
Dragon Booster es un juego de carreras, pero sólo en la teoría. Sí, efectivamente vamos montados en un dragón de los pocos disponibles, con un jockey en el lomo que no afecta en absoluto a las características del dragón. Unos menús muy mal diseñados y engorrosos convierten en un reto llegar hasta competir en una carrera. ¡Y empieza la competición! Pese a que salimos junto con otros tres corredores, el juego no permite alcanzarlos de primera. Simplemente empiezan a correr y se posicionarán de uno en uno.

El dragón corre a una velocidad preestablecida, con tres variantes: normal, rápido -consume energía- y lento -recupera energía-. Punto y final. Además, cuando nos crucemos con un rival, la única forma de adelantarlo es eliminarlo, acabar con su barra de energía. La forma de atacarle es golpeándolo directamente. Con el D-pad nos movemos de izquierda a derecha, si tocamos con el stylus nuestro dragón, salta, y si tocamos al enemigo, el jockey salta del lomo magnetizado, le golpea y vuelve a su posición. Sí, es tan aburrido como suena.

Visualmente desaliñado
Si la jugabilidad resulta simple y monótona, el apartado gráfico ralla al mismo nivel. Un scroll de raíles que en el que apenas nos podemos mover hacia los lados, un entorno 3D paupérrimo y unas texturas insultantemente básicas. Lo único que podemos destacar sobre el resto es el diseño de los dragones, muy fiel al original, y unas animaciones que viendo el nivel general son dignas de una mención aparte.

Para colmo, sólo disponemos de seis niveles seis, en los que poco importa el recorrido pues todo fluye de forma automática y excepto muy puntuales ocasiones en las que tenemos que saltar para no caer al vacío, existe una barrera invisible a cada lado de la pista que evitar nuestro suicidio. Los distintos dragones tampoco aportan mucho al asunto, varían sus características pero de poco sirven en el desarrollo del juego.

Poco más que añadir
Una partida a Dragon Booster consiste en acertar en los menús hasta dar con la carrera, conseguir si los nervios no los vencen comprar nuevos objetos y agregárselos al dragón, y comenzar una carrera en la que pasaremos el 90% del tiempo golpeando frenéticamente y con poca precisión la pantalla táctil. ¿Qué puede hacer que este juego pase de las estanterías a tu casa? Pues que seas aficionado a la serie, factible si tienes como mucho diez o doce años. Pero, curiosamente, el diseño y la jugabilidad de Dragon Booster dificultan el acceso de los que serían sus compradores potenciales, y que si finalmente consiguen que su madre les compre el juego, tardarán pocos minutos en pedirle que se lo cambien.

- Que el catálogo de DS admita incluso juegos de esta calaña
- Protagonizar una aventura de tus dragones favoritos
- Los objetos disponibles, que alteran el comportamiento de la carrera