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Dragon Ball: The Breakers

Dragon Ball: The Breakers

  • PlataformaXBS5.5XBO5.5PS55.5PC5.5PS45.5NSW
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorDimps
  • Lanzamiento14/10/2022
  • TextoEspañol
  • VocesInglés, Japonés
  • EditorBandai Namco Entertainment

Análisis

Dragon Ball: The Breakers, análisis. Se rompe la racha

La licencia de Toriyama se adentra en el género del multijugador asimétrico con poco acierto y muchas dudas.

Actualizado a

Dragon Ball: The Breakers no entró con buen pie. El anunció dejó algo extrañados a los fans de la licencia, que tras una racha de juegos que son un éxito en ventas, se encontraban una propuesta radicalmente diferente y sorpresiva. Un multijugador asimétrico como intentó poner de moda Evolve y como hemos visto triunfar en nombres como Day by Daylight. Sin los grandes protagonistas de la serie, pero con Bulma o Ulong de reclamo y con los villanos en forma de atractivo mayor. Las pruebas que se pudieron hacer dejaron algunas dudas, hasta ahora: el juego final ya está entre nosotros (a 19,99 euros) y, por desgracia, no ha mejorado demasiado.

Dragon Ball Xenoverse 2, FighterZ y Kakarot son los tres últimos títulos publicados hasta el momento. Los tres van a copar la lista de juegos de Dragon Ball más vendidos de todos los tiempos y los tres -que no se libran de argumentados detractores, porque no son perfectos ni mucho menos- sirvieron para elevar la licencia que no siempre ha sido tratada como merece. Por eso, The Breakers supone romper la racha, proponiendo algo que sobre el papel es interesante, pero que acaba claudicando por sus propios errores y, sobre todo, por su falta de ambición. Tiene buenas ideas, sí. Pero queda ahí.

Bulma de joven, tiene su gracia.
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Bulma de joven, tiene su gracia.

La fórmula es la siguiente: siete jugadores con su avatar -o con algunos invitados como Bulma- deben colaborar en un mapa para intentar encontrar unas llaves, activar una súper máquina del tiempo y escapar. ¿De quién? Del octavo jugador, que controla un villano (Freezer, Cell o Buu) que debe matarlos a todos. Por un lado, los supervivientes podrán encontrar materiales y potenciadores para ser algo más resistentes y, en cooperación, tendrán opciones de sobrevivir. Por el otro, el asaltante tiene que ir evolucionando su forma para subir de nivel y ser más poderoso.

Nos parece un planteamiento original y que tiene cierto interés. Los supervivientes son anónimos y flojos, pero pueden colaborar, subir de nivel y plantar cara en algún momento al gran enemigo si van en grupo. Ver a Cell crecer desde la larva hasta la perfección o empezar con Spopovich para acabar con Kid Buu es atractivo. El problema es que más allá del concepto, jugablemente el título acaba haciendo aguas.

Podremos conseguir personajes en los que transformarnos si conseguimos suficiente nivel.
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Podremos conseguir personajes en los que transformarnos si conseguimos suficiente nivel.

Cuando eres superviviente

Después de personalizar nuestro personaje (tendremos decenas de accesorios, ropa y demás para darle un toque único, aunque ya os avanzamos que los peinados y caras parecen tal cual las de Xenoverse), nos pondremos manos a la obra. El objetivo es encontrar la llave de cada una de las zonas del mapa (de la A a la E) para activar la máquina del tiempo. Podemos correr, disparar un arma para romper objetos -no sirve para el enemigo- y usar una serie de habilidades para escapar, como un gancho, un trampolín o una bomba de humo. En nuestro camino encontraremos potenciadores que nos harán subir de nivel y que, una vez conseguido, podremos transformarnos en algún personaje icónico (Piccolo, Goku, Gohan, Trunks, Krilín…) para escapar o para atacar al gran villano.

Además, encontraremos objetos que nos dan barreras extras, semillas senzu para recuperar vida o lanzacohetes, entre otros. ¿El problema? El loot es muy básico y con pocas opciones, y el desequilibrio entre supervivientes y asaltante es tal que muchas de las cosas son anecdóticas y sin demasiado uso. Por el camino podremos salvar a supervivientes, usar el radar para encontrar ciertos objetos y algún detalle más.

El villano intenta acabar con la supermáquina y nosotros, evitarlo.
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El villano intenta acabar con la supermáquina y nosotros, evitarlo.

¿Tienes una barrera extra? Da igual porque cuando te levantes y la uses te machacará el enemigo de tal manera que acabarás muriendo. ¿Lanzacohetes? Mejor no estés en situación de usarlo: morirás. Y así con la mayoría de elementos. Lo que sí tiene relevancia es el potenciador de nivel, porque si estamos igual o un nivel por encima del del villano, podremos plantar cara si vamos en grupo. Y así pasan las partidas, buscando las llaves como único gran objeto, intentando subir de nivel rápido y equipándote con algunos accesorios por si a caso.

La clave acaba siendo tener nivel rápido y si puedes, encontrar las bolas de dragón que te van a potenciar de tal manera que podrás plantar cara uno contra uno al mismísimo Buu. La aleatoriedad a la hora de dar con las bolas o potenciadores de nivel es imprescindible para triunfar. Si no, como mucho podrás escapar solo con una nave de Trunks (aparece cuando la súper máquina se rompe) y poco más.

El problema es que vemos poca variedad de opciones, objetivos muy simples y las partidas se acaban haciendo monótonas a las pocas horas. No hay una evolución ni en la mecánica interna del juego ni en estrategias a seguir. Lo hemos pasado bien con amigos, pero sin alardes y a merced de lo que nos rodea. De por sí el desequilibrio es muy grande frente al villano y aquello que te permite equilibrar fuerzas es muy concreto y específico. Te toca, podrás. No, otra partida más.

Si no puedes salvar a tus amigos, huye solo.
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Si no puedes salvar a tus amigos, huye solo.

Cuando eres villano

Ser villano es divertido, no nos vamos a engañar. Tienes que ir buscando supervivientes o NPC para matarlos y subir rápido de nivel porque los rivales intentarán activar la máquina lo más pronto posible. No tienes radar y tus habilidades para adivinar donde están escasean, por lo que te sientes un poco como Cell cuando buscaba a A18 en Dragon Ball Z, y eso está bien. Además, eres muy poderoso ya de por sí. Una vez evolucionas cambian tus habilidades y puedes combatir y destruir zonas (una por cada subida de nivel). Tu tarea será matarlos a todos, destruir la nave, poco más.

La sensación de poder es tal que no es de extrañar que todo el mundo quiera ser villano. La idea de evolucionar está bien planteada y la búsqueda activa de enemigos también. Por eso el sistema de matchmaking está en entredicho. No puedes elegir ser villano siempre, sino que cuando buscas partida tienes un punto de prioridad, y al pasar varias (en nuestro caso cada 5-6) te toca serlo. Una vez has sembrado el terror, vuelta a la prioridad 0. Es una demostración que el equilibrio no es el fuerte del juego, la verdad.

Nuestra primera partida como villano tardó en llegar.
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Nuestra primera partida como villano tardó en llegar.

También es cierto que una vez has hecho varias partidas, las diferencias entre llevar un villano van reduciéndose -sí, cada uno tiene particularidades, pero al final lo que importa es machacar casi por aplastamiento a los enemigos y no por tus habilidosas manos- y que los objetivos son limitados. Por desgracia, la inversión de tiempo para jugar con ellos es elevada tal y como está planteado ahora mismo.

Un progreso y opciones discutibles

El título cuenta con tres mapas de salida con ciertas variantes y localizaciones curiosas (por ejemplo la nave de Babidí donde podremos entrar), aunque al final te conoces rápidamente la ubicación de las zonas y sus particularidades. Su principal problema está en el sistema de progreso. Una ingente cantidad de partidas para poder subir de nivel, desbloquear niveles y con ellos nuevos objetos, habilidades o personajes. Además, no contamos con ningún sistema de ranking o de partidas por niveles, más allá de buscar partida rápida y fuera. La sensación es que se han instalado elementos de progreso clásicos de juegos online actuales pero sin calibrar muy bien su desarrollo y la inversión de tiempo.

Tiene localizaciones y guiños que os gustarán.
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Tiene localizaciones y guiños que os gustarán.

Todo esto con un apartado técnico justo, aunque los escenarios y los detalles visuales serán de agradecer para los más acérrimos a la licencia -tiene realmente localizaciones, ideas y personajes que son un guiño constante- y una banda sonora que sabe aportar tensión cuando toca, tanto por las notas sonoras como por el latido del corazón que va in crescendo si tenemos al villano cerca.

Hemos analizado este juego con un código de PS5 facilitado por Bandai Namco y con uno propio de PC.

Conclusión

Dragon Ball: The Breakers es un juego que peca de ser muy poco ambicioso en casi todo lo que planea. La idea es original y tiene su atractivo sobre el papel, pero la ejecución acaba siendo pobre. Objetivos simples y repetitivos que no evolucionarán con el paso de las horas, un desequilibrio importante entre las opciones de los supervivientes y el asaltante y un sistema de progreso muy poco amigable son sus principales pecados. La gracia de los multijugadores asimétricos es intentar que cada partida se sienta diferente, y aquí, por falta de elementos, no sucede: la monotonía llega rápido. Eso no quita que jugar con amigos tiene momentos muy divertidos y las partidas como villano (la idea de evolucionar es atractiva) son satisfactorias.

Lo mejor

  • El planteamiento es original y diferente a lo de siempre
  • La idea de villanos súper poderosos que van evolucionando como en la serie
  • Los escenarios cuentan con guiños y localizaciones que gustarán a los amantes de Dragon Ball

Lo peor

  • Pocas opciones en partida: la monotonía en objetivos y quehaceres llega pronto...
  • Hay un gran desequilibrio entre las opciones de los supervivientes y el villano
  • El sistema de matchmaking actual, si quieres jugar como villano ten bastante tiempo libre
  • Horas y horas de grindeo para desbloquear niveles con accesorios, habilidades...
  • Muy justito a nivel técnico
5.5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.