¡Aniquiladlos a todos!

Ha pasado un año desde que Destroy All Humans! llegó a las consolas. La primera parte nos ponía en la piel del furón Crypto 137 que llegaba a La Tierra para vengar la muerte de su hermano en mitad de una misión: recolectar ADN humano. La idea de la invasión resultó original y acertada, lo que convirtió a Destroy All Humans! en un título más que interesante.

Ahora, el mismo estudio encargado de la anterior entrega, Pandemic Studios, se encarga de ésta nueva manteniendo la línea y sin perder un ápice de la calidad ya vista. Que nadie se lleve un engaño, Destroy All Humans! 2 es un casi un calco tanto a nivel jugable como técnico, pero introduce una serie de novedades bien planteadas.

En esta ocasión se ha elegido la década de los 60 para el transcurso de la acción. Crypto no sólo se las ha apañado para ser presidente de los Estados Unidos, sino que también se las ha apañado para desarrollar cierta parte del cuerpo humano con la que aprovechar la compañía femenina. Todo parece ir sobre ruedas, pero la nave Furón dónde se encuentra Pox, su jefe, es derribada por los servicios secretos rusos. La KGB está detrás de la existencia de Crypto y nuestra misión será desmantelar todo lo que tienen entre manos.

Alrededor del mundo

El juego comienza en la localidad de Bay City, aunque a lo largo del juego visitaremos otras localizaciones en diferentes puntos del globo: Reino Unido, Japón y Rusia. Estos escenarios son amplios aunque tampoco de manera exagerada, podremos visitarlos tanto a pie como sobrevolándolos a bordo de nuestro platillo volante. Cada uno tendrá su propia ambientación, tanto a nivel de construcciones como en la variedad de población.

Una vez abierta una nueva ciudad, podremos movernos entre las disponibles a través de un pequeño menú al que accederemos desde nuestra nave, y seremos libres de visitar las anteriores siempre que queramos, sobretodo para completar misiones que hayamos dejado sin finalizar.

El poder de la mente

Como no podía ser menos, Crypto hará uso de sus poderes mentales para interactuar con todo lo que se oponga a nuestro paso. Tendremos dos clases de poderes bastante diferenciados: uno general y otro exclusivo para humanos. El primero nos permitirá levantar por los aires, acercar, levantar o arrojar objetos o personas a nuestro antojo. Con el otro, en cambio, podremos introducirnos en el cuerpo de cualquier persona, hacer que nos siga o nos proteja e incluso leer las mentes de los incautos personajes.

Meternos en el cuerpo de una persona no es nada trivial, y podremos ser vistos por otros. Para ello tendremos varias opciones a realizar antes de que los cuerpos de la ley y orden acaben con nuestro nuevo cuerpo: hacer olvidar a la gente de lo visto a través de otro poder mental o bien imponer el amor libre y hacerlos bailar al son de la música.

Armas para dar y tomar

Comenzamos armados exclusivamente con nuestro Zap-O-Matic, un arma capaz de electrocutar a todo ser viviente a bastantes metros a la redonda. Nuestro armamento furón está en paradero desconocido y tendremos que recuperar núcleos de datos que nos permitan desbloquear nuevas armas.

Tendremos un abanico bastante más amplio que en la anterior entrega y podremos mejorar las armas a cambio de células furotech que encontraremos en algunos rincones del escenario y también completando tanto las misiones principales como secundarias que vayamos realizando.

La mejora de armas consiste básicamente en aumentar el daño hecho por cada arma, la velocidad de recarga y la carga de munición. Aunque otras mejoras están ligadas al aumento del escudo que protege a Crypto y a su platillo de ataques externos. También podremos mejorar la altura máxima a conseguir usando nuestro jetpak.

Entre algunas de las armas estará el dislocador que permitirá levantar bruscamente objetos y personas a través de un anillo de luz, el rayo desintegrador cuyo nombre ya nos da una idea de su fin, o la sonda anal presente en el título anterior, arma con la que podremos hacernos con el cerebro de las víctimas. Nuestro platillo también tendrá varias armas que iremos consiguiendo y mejorando misión tras misión

Arkvoodle y el amor libre

Podremos movernos con total libertad por cada una de las localizaciones. En diferentes puntos podremos acceder a misiones principales que conducirán el hilo argumental del juego, pero también encontraremos misiones alternativas bastante divertidas.

Uno de los tipos de las misiones secundarias son las que se centran en Arkvoodle, un dios furón bastante cascarrabias, y que si cumplimos sus deseos nos permitirá desbloquear zonas de aterrizaje para nuestra nave. Estas misiones son relativamente fáciles y además nos premia con las comentadas pistas de aterrizaje.

El número de misiones tanto principales como secundarias en cada escenario es bastante reducido y en muy poco tiempo podremos completarlas. Lo bueno es que la suma de misiones de todos los escenarios si es bastante considerable: 28 misiones principales y más de 40 secundarias, a las que hay que sumar las otras 40 pruebas para desbloquear las zonas de aterrizaje.

Si esto nos es poca cosa, podremos buscar las 200 células furotech escondidas, 16 nodos de datos y otros tantos artefactos furones con los que desbloquear extras: galería, música y clips de videos.

El placer de destruir

Llegado el momento podremos acceder a nuestro platillo volante, ¿qué sería de un alienígena sin uno de ellos? Desde él podremos movernos por el escenario a mucha más velocidad y destruir todo a nuestro paso con el rayo letal. Echar abajo un edificio nos llevará pocos segundos y aniquilar toda una manzana pocas más. Es curioso el hecho de poder destruir todo tipo de construcciones y vehículos, pero los árboles seguirán en pie por mucho rayo que hagamos incidir sobre ellos. Eso sí, con poco que hagamos tendremos al ejército y a cuerpos secretos con intenciones poco amables hacia nosotros.

Para evitar el acoso, nuestra nave tiene un sistema de camuflaje que nos permitirá evadirnos de su vista durante unos momentos. A medida que avance el juego podremos mejorar y conseguir nuevos accesorios para hacer más potente nuestra nave.

Otra de las opciones de la nave es drenar energía de otros vehículos con el que recargar el escudo que la protege. Si el escudo llega al mínimo, la nave será destruida. También podremos elevar objetos por los aires para llevarlos de un punto a otro, e incluso abducir a personas.

La ablución cobra sentido en el momento en que se ha creado la "batidora de genes". Con ella podremos mejorar nuestras características psíquicas y con ello poder hacernos con el cuerpo de otros individuos más fácilmente o levantar objetos más pesados con nuestra mente. Es bastante simple, con nuestra nave abduciremos a todo tipo de personas para obtener su ADN y la mezcla adecuada de varios de ellos nos dará una característica u otra.

Dos furones mejor que uno

Una de las novedades es el modo multijugador conocido como multifurón. Con él podremos compartir juego de manera cooperativa y a pantalla partida con otro compañero. Podremos recorrer libremente los escenarios, pero ambos personajes deben estar dentro de un radio de acción cercano. Independientemente de las misiones principales, estarán disponibles otras exclusivas para este modo multijugador.

Otra cosa bastante interesante son los teléfonos desperdigados por toda la ciudad. Cuando el nivel policial sube a los niveles más altos y las cosas empiecen a ponerse feas, podremos capturar el cuerpo de un agente de la ley y hacer una llamada a la centralita de policía con el fin de reducir el nivel de alerta a cero. Aunque también es posible aumentar los refuerzos o gastar una broma a la telefonista.

Estas bromas no son sólo exclusivas para estos momentos, y es que el juego está lleno de humor muy muy ácido, divertido e incluso agresivo como vimos en la anterior entrega. Quizás ya no cuenta con el factor sorpresa del primer juego, pero aun así es muy ameno.

Aspecto técnico

A nivel técnico no hemos notado una mejora notable frente al título anterior. Los escenarios sí son más grandes, pero a nivel de diseño sigue la misma línea. Los escenarios muy sobrecargados tanto a nivel de detalles como de objetos y personas en pantalla. Se siguen notando errores gráficos muy pronunciados, principalmente el popping (muy acusado cuando controlamos el platillo volante), pero también errores de clipping en algunas zonas.

La presentación de menús sigue manteniendo el nivel y la ambientación en general muy bien conseguida. Con un año de diferencia creemos que se podrían haber subsanado estos defectos, pero no ha sido así. En cuanto al audio nada que objetar, el juego viene doblado al inglés, pero todo estará absolutamente traducido al castellano de manera más que acertada. Muchos diálogos y efectos de audio completan este apartado de audio más que notable.