Crush
Los entresijos de la mente
¿Qué harías si la única solución para tu insomnio fuese resolver puzzles? Crush nos sugiere poner a prueba nuestro ingenio combinando 2D y 3D dejando como resultado un producto con personalidad, original y adictivo.
Entre la avalancha de títulos que nos llegan mes a mes y que apuestan por una jugabilidad sencilla y directa, nos resulta complicado encontrar títulos que realmente pongan a prueba nuestro ingenio lejos de las apuestas clásicas que ya todos conocemos.
Aunque bien es cierto que el catálogo portátil sí que podemos encontrar algún nombre interesante -Exit en PSP, Meteos en la portátil de Nintendo-, no ha sido hasta que Zoë Mode -división británica de Kuju Entertainment- y SEGA han desvelado su proyecto cuando todos realmente hemos girado la cabeza, echando un vistazo a ver qué se cocía. Crush tiene motivos de sobra para que esto ocurra; su ambientación, su personalidad y ante todo su innovador sistema de juego son sus principales bazas, haciéndolo no sólo uno de los más interesantes del género, sino de todo el catálogo de la máquina de Sony. Y es que cuando el río suena
No puedo dormir, doctor
Danny no es un chico cualquiera. No contento con estar pasando por un calvario terrible provocado por su insomnio, su infancia no ha sido todo lo normal que un chico de su edad hubiera esperado, de modo que tiene que recurrir a medidas desesperadas para solucionar su problema. Así, vemos que se presta voluntario para someterse a una extraña máquina llamada C.R.U.S.H., creada por un doctor aún más extraño que ella. Este aparato materializa las inquietudes y los desórdenes mentales del chico en unos grandes puzzles que él mismo deberá resolver.
El argumento lo iremos percibiendo a través de la sucesión de imágenes al más puro estilo cómic, descubriendo progresivamente qué ha llevado a este adorable -y sarcástico- chaval a pasar tantas largas noches sin poder conciliar el sueño. Esto ayuda a que nos podamos guiar de un aliciente más para completar los cerca de 40 niveles que pueblan el turbado mundo de Danny, añadiéndole una dimensión más al producto final a través de una historia intrigante, divertida y singular.
Aspecto técnico
Crush se asienta en un motor que combina de forma magistral las dos y las tres dimensiones, pudiendo pasar de una a otra en tiempo real sin apenas ralentizaciones. A pesar de que es un estilo de juego en el cual no se suelen percibir muchas lindezas, no se han descuidado este aspecto otorgándole una ambientación bastante oscura y retorcida; cuatro escenarios de diferente temática -una ciudad, una playa, una feria y una guardería- serán los que tengamos que recorrer durante nuestro periplo. Aún no resultando de la deseada variedad, son suficientes para agraciar a los niveles de un aire fresco, añadiéndoles efectos metereológicos de cuando en cuando.
Sobre ellos se asentará un enorme laberinto cuya salida corresponderá a nosotros deducir. Éstos no proliferan mucho en detalle, adquiriendo una simpleza que ayude a la jugabilidad y a los constantes movimientos de cámara que requiere el juego, que se han pensado de manera excelente y muy dinámica. Impregnado todo del estilo cómic que mencionábamos, los modelados tanto de Danny como de los diferentes objetos que están esparcidos por los niveles son simples y diferenciables. Nada destaca dentro de lo visto en PSP, pero sí que resulta vistoso, correcto y eficiente.
El aspecto sonoro es otro cantar: melodías que recuerdan a la banda sonora de una película de Tim Burton y que se repiten una y otra vez. Aunque curiosas, no resultan todo lo atrayentes y magnéticas que podrían ser dada la escasa variedad del conjunto. Los efectos y sonidos, a su vez, son correctos pero no llegan destacar; de nuevo, no están todo lo pulidos que deberían ni resultan variados. También se echa en falta el haber otorgado de voz a los personajes de la historia, quedándose en un conjunto algo insípido.
Jugabilidad
Mezclando las tres dimensiones con las clásicas 2D al más puro estilo Super Paper Mario pero elevándolo a la máxima expresión, se nos propone un auténtico reto para la mente que se traduce en algunas de las horas más entretenidas que se pueden pasar en la portátil. Para llegar hasta el final de cada nivel, tendremos que, literalmente, 'aplastar' el escenario para que cambie de las tres a las dos dimensiones. Y no sólo eso: asímismo, cada vez que cambiamos el ángulo de cámara queda como resultado algo totalmente diferente en cada caso.
Por ejemplo, tenemos dos plataformas que, aunque paralelas entre sí, se encuentran bastante alejadas. Para pasar de una a otra, no tendremos más que poner la cámara de perfil, 'aplastar' el escenario y así poder continuar por ella. Para comprender esto, el doctor nos pondrá una serie de tutoriales que nos ayudarán a hacernos con el sistema que no resulta tan complicado a la práctica como difícil de explicar. A la hora de recorrer cada nivel, además de recolectar una determinada cantidad de canicas que nos abrirán la salida, habrá objetos de distinta índole con los que tendremos que interactuar. Éstos van desde rocas, plataformas móviles hasta distintos tipos de bloques que impedirán, por ejemplo, que hagamos 'crush' en diferentes zonas.
También tendremos enemigos con los que lidiar, monstruos con forma de los miedos más profundos de Danny como cucarachas, gusanos y demás aberraciones que impedirán que pongamos a buen retiro la salud mental del muchacho. Al finalizar un puzzle, se nos pondrá un ranking, de la A a la F, que juzgará nuestra actuación a tenor del tiempo que hemos tenido que emplear para ello, los 'crushes' usados, o las veces que hemos terminado cayendo al vacío o devorados por un monstruo.
La curva de dificultad que se ha realizado es asombrosa. Iremos probando retos cada vez más complicados sin apenas darnos cuenta de nuestro progreso, añadiéndole a cada uno un nuevo factor a considerar, resultando el conjunto muy adictivo. Pero que nadie se lleve a error: algunos de ellos resultarán difíciles de completar y muy largos -casi una hora con un poco de habilidad-, teniendo que utilizar la más que manida técnica del ensayo y error para completarlos. En ningún momento llega a ser frustrante, aunque sí que puede marearnos el hecho de hacer miles de 'crush' en busca de la combinación ganadora.
En la parte de la rejugabilidad es donde encontramos una de las mayores dolencias del producto. Aunque completarlo sin más puede ser motivo de entre quince y veinte horas, los extras se muestran casi anecdóticos, resultando sólo en conseguir piezas de puzzle que se transforman en galerías de imágenes y trofeos para desbloquear un modo 'time attack' que no ayudan mucho a que hagamos ese esfuerzo de más.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.