Frenético hasta la colisión

La saga iniciada por Criterion en PS2 hace ya unos años llega a su punto destino en la generación que está a punto de finalizar, concretamente con un juego para las dos consolas Sony. PS2 recibe la despedida de la serie con Burnout Dominator, o cómo rendir homenaje a los inicios de la saga conservando las partes más importantes y la esencia del juego: conducción temeraria.

Burnout siempre se ha caracterizado por ser una saga que, episodio tras episodio, ha ido innovando en algún punto. El primer Burnout fue una sorpresa, un inesperado arcade de conducción lleno de emoción, velocidad y accidentes. La primera impresión era que se podría mejorar aún bastante, pero la base presentada era original, divertida y llena de posibilidades. Renderware ya empezaba a dar muestras de su fortaleza gráfica.

Burnout 2: Point of Impact fue, junto con Burnout Takedown, los dos mejores juegos de la saga, cada uno acentuando la importancia de algo distinto (PoI premiaba de forma justa la pericia al volante en carreras llenas de velocidad, y Takedown añadió un componente de espectáculo que la segunda parte empezaba a mostrar, además de incluir los ya famosos takedowns). Cada uno en su estilo fueron verdaderos torrentes lúdicos, ideal para cualquier tipo de público, ya que su accesibilidad era realmente brillante, y la espectacularidad entraba por los ojos desde la primera partida.

Burnout Revenge quizás llevo la saga un poco hacia el exceso en todos los sentidos, con una filosofía orientada principalmente al espectáculo puro y duro, dejaba algo de lado lo más importante de la saga: la importancia de la conducción y de saber esquivar los accidentes. No hay que decir que es el juego más espectacular de la saga, pero el producto final denotaba carencias de peso, y ofrecía un excesivo punto de apoyo en lo menos importante.

Ahora, el estudio Guildformd de EA se ha centrado en realizar Burnout Dominator, o cómo recuperar parte de la esencia de los primeros juegos de la saga sin desmercer en cuanto a espectáculo para el usuario. Encontrarnos de nuevo con un Burnout que posea una jugabilidad en la que recaiga la conducción nos alegra, aunque tengamos otros lunares presentes. Arranquemos con el análisis...

G r á f i c o s
Renderware se sigue mostrando a día de hoy como una herramienta de desarrollo potente, compacta y muy versátil. Desde juegos deportivos (PES) hasta títulos 'sandbox' como GTA y cómo no, esta serie de conducción arcade, se ha demostrado que el entorno de trabajo diseñado por Criterion sigue siendo todo un acierto y una garantía para mostrarnos de la forma más espectacular posible las carreras de la saga.

La breve intro nos mete en la acción de forma directa, y el diseño de menús no está nada mal, siendo amigable y de fácil navegación en todo momento. Agradecer la inclusión -habitual en la serie, por otro lado- del selector de Hz., que nos permite disfrutar del juego a 60 gloriosos fps en todo momento, sin ningún tipo de slowdown ni siquiera en los entornos más recargados.

Como decimos, los escenarios tendrán mucho más detalle en todos los sentidos: carteles, más profundidad de campo de visión, una sensación de velocidad cada vez más frenética… sin embargo, esto se ha logrado en algunas ocasiones a costa de reducir la calidad de las texturas en muchas zonas, aunque no así en el asfalto, realmente convincente. Los colores en esta ocasión también tienen un tono más realista, y su variedad de tonos aumenta la paleta de colores de forma convincente.

Los vehículos tienen un acabado que cumple, máxime si tenemos en cuenta que son destruíbles tanto nuestro vehículo como los de nuestros rivales y los que circulan por la ciudad. Deformaciones, cristales rotos, chispas y humo saltará por doquier en los terribles accidentes que podremos ver, todos ellos con una visualización excelente y una buena física. Lástima que no sea nada nuevo, aunque no por ello tenemos que dejar de nombrarlo. El diseño de los coches en cada una de las categorías es bastante bueno.

La aplicación de la luz también se ha mejorado, y habrá momentos en los que el sol nos podrá cegar por su incidencia directa sobre nosotros. La distribución de los vehículos por las carreteras no son aleatorios en ningún momento, así que si repetimos una misma carrera varias veces sabremos qué coche va a estar en qué sitio en según qué momento. La posición automática de los coches y camiones es otro de los puntos a mejorar, aunque un juego con coches aleatorios sería lo que le faltaría ya para ser casi perfecto…

Dispondremos de dos cámaras para seguir la acción, totalmente jugable cualquiera de ellas. Quizás la inclusión de una vista sobre el capó haría todavía más espectacular si cabe la emoción que se siente al correr a toda pastilla por entre el tráfico. Los accidentes siguen siendo la estrella visual del programa, con una representación que en ocasiones puede poneros la carne de gallina ante semejante despliegue de chapa doblada y chispas.

En resumen, Burnout Dominator se puede hacer ya visto, ya que en líneas generales es bastante similar al anterior. Sin embargo, a los pocos minutos notaremos mejoras en la aplicación de la luz y en la carga poligonal de los escenarios, llenos de detalle. Una paleta de colores más amplia y unas texturas algo menos definidas acaban por dar forma a un apartado visual que no deslumbra por sus novedades, pero sí sigue siendo tan robusto, fiable y espectacular como hasta ahora. Y la verdad, no podemos pedirle mucho más. Fantástico.

S o n i d o   F X
Cumplen sobradamente. El sonido envolvente nos trae a la cabeza motores turboalimentados, efectos de velocidad excelentes, explosiones, y los fx de choques más contundentes que hemos oído. Chapas abolladas, cristales rotos, coches y coches que llegan a toda velocidad y se estampan contra un imperio de metal retorcido. Nada que objetar, y destacar el buen acabado de los efectos de sonido mientras activamos el tiempo de respuesta a lo 'bullet-time' después de un accidente.

M ú s i c a
Cañera, como corresponde a la saga y su espíritu 'gamberro'. Buenos artistas, canciones guitarreras y llenas de energía que ambientan perfectamente las carreras y las distintas pruebas, con artistas como Maxeen, Dead Identities, los geniales Alice in Chains con "Would?", o The Fratellis . Buena cohesión en los momentos de Tiempo de Impacto, donde la música se para de forma inmediata, dejando todo el protagonismo a los FX de sonido. Variedad, calidad y guitarras se dan la mano en una muy buena banda sonora. Destacar la versión en español del tema de Avril Lavinge 'Girlfriend', aunque más que nada como curiosidad.

J u g a b i l i d a d 
La clásica de Burnout, es decir, correr de la forma más 'cafre' que podamos, consiguiendo rellenar la barra de Burnout lo antes posible mediante roces con los otros coches, correr en dirección contraria, realizando Takedowns, saltando, derrapando,… hasta lograr llenar el medidor Burnout. Ahí podremos activar el famoso turbo y quemar rueda de forma brutal, mientras encadenamos Burnout tras Burnout. ¿Frenético? Sí, por supuesto.

En Burnout Dominator, como en los anteriores, la mecánica de juego se basa en distintas pruebas, cada una con un objetivo distinto: conseguir un nº determinado de burnouts, puntos por roces, por derrapes, carreras, conseguir el mayor número posible de takedowns, y así aumentar nuestro número de puntos dominator para avanzar en las distintas categorías… no encontramos nada nuevo en ese sentido, pero sí en cuanto a posibilidades una vez en carrera.

El desarrollo del juego depende de que podamos ir desbloqueando las distintas series de coches (classic, modificados, dominator, competición,…) para ello debemos conseguir un número de puntos Dominator, que se nos irán agregando a nuestro perfil al ir superando las distintas pruebas. Cuantas más medallas de oro, cadenas de burnouts, takedowns distintivos, metros de derrape, etc, consigamos, más rápido podremos desbloquear todo el juego, acabando los 88 eventos distintos.

La curva de dificultad reside prácticamente toda en nuestra pericia conduciendo. Los que ya hayan jugado a anteriores Burnout lo tendrán un poco más fácil. Bien es verdad que los reflejos son lo primordial, pero saber sacar takedowns de efecto cuando nos hayamos estrellado también será importante para el desarrollo de los logros. Habrá en esta ocasión Takedowns de desvío, ya que el juego nos avisará de ciertos lugares en los que si les hacemos un takedown de muro a nuestros rivales, abriremos un posible atajo para futuras carreras. Un buen detalle que añadir a las electrizantes carreras.

La IA de los coches controlado por la CPU sigue siendo tan brillante como en los títulos anteriores. Nuestros contrincantes corren de forma excelente, cada vez mejor si subimos de serie de vehículos (es decir, de dificultad), pero aún así tienen siempre algún fallo de cálculo o de control del vehículo. Compiten denodadamente entre sí mismos y veremos cómo se pelean por coger una buena posición. Muy bien.

Los modos de juego de Burnout Dominator se quedan en tres, demasiada poca cosa a estas alturas. Tendremos el modo Tour Mundial, donde se desarrolla casi todo el desarrollo del juego, y en el que tendremos que ir intercalando pruebas distintas para conseguir avanzar en las distintas series de coches. Tendremos también un modo multijugador, pero en esta ocasión no incluye juego on-line, sólo en la misma consola mediante split-screen o para cuatro jugadores de forma individual. No entendemos cómo a estas alturas, y con juegos precedentes que sí incluían esta opción, se ha quedado fuera del programa. Injustificable a todas luces.

El otro modo de juego se denomina Romperécords. En él podremos elegir qué tipo de prueba realizar (carrera, maníaco, furia al volante,…), la pista donde correr y si queremos que esta pista tenga sentido inverso o no. En este modo de juego se trata de superarnos a nosotros mismos con nuestros récords logrados en el modo Tour Mundial. Como podéis ver, la ausencia del modo on-line se nota en demasía, y no le encontramos sentidos a su no inclusión.

El control del juego es simple y directo, como hasta ahora. Un botón de acelerar (X), otro de freno (O), un botón para el turbo (R1), otro para lograr el crashbreaker (R2), cambio de vista con triángulo y la opción de cambiar de tema musical con L2. El ajuste del control está perfectamente implementado, y en poco tiempo estaremos derrapando y corriendo como el diablo sintiéndonos dueños en todo momento del vehículo.

L o    m e j o r
- Una vuelta a los orígenes de la saga en su concepto
- Como siempre, la sensación de velocidad
- Apartado sonoro
- Variedad de tipos de pruebas para probar nuestra pericia

L o    p e o r
- La ausencia de juego on-line
- El modo 4 jugadores se hace engorroso
- Quizás es un juego que 'sobraba' porque no aporta casi nada