Doble disparo inesperado

Se anunció y temblamos. ¿Una reedición de Road to Hill 30 y Earned in Blood para Wii? Desde el principio ya olía a port 1:1 adaptado al puntero del Wiimando y el sensor de movimiento. Y así ha sido, nos llegan dos juegos de PlayStation 2 y la primera Xbox a precio de uno. Dos DVDs que nos dejan exactamente los mismos juegos que vimos hace más de un año en las consolas mencionadas.

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Y es que este Double Time se salva porque son buenos juegos en sí, fueron grandes en su día y aún hoy resulta irresistible disfrutarlos. Ubisoft ha sabido dar una oportunidad a los usuarios de Wii que no pudieron catarlos en su momento, ofreciéndolos a unos 30 euros cada uno y adaptándolos de manera sólo adecuada o correcta al control de la consola.

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No son en ningún momento una recomendación encarecida para los que ya los tengan en otras plataformas, pues se trata de los mismos juegos con un manejo distinto, que no sumerge todo lo que querríamos y que no sorprende a estas alturas de la vida de Wii. Se trata de dos shooter más, con muchos toques de estrategia y ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Call of Duty 3 de Wii ya abrió este camino.

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Matt Baker y Joe Hartsock son los respectivos protagonistas de las dos aventuras. Ellos, acompañados de un pelotón de hombres a sus órdenes, serán nuestros ojos. Así, entremezclaremos FPS clásico con pequeñas dosis de estrategia militar a la hora de colocar a nuestros aliados, dar órdenes de ataque o retirada, seleccionar rutas, salvar a víctimas... Nuestras acciones variarán el transcurso de la aventura y veremos morir ante nuestros ojos a compañeros aliados.

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La inmersión en ambos títulos se ha quedado en superficial. Al paupérrimo apartado gráfico, del que hablaremos a continuación, se suma un control algo tosco e impreciso, con poca personalidad propia y no demasiado asequible a todo el mundo. Recuerda un poco a Red Steel o al ya mencionado Call of Duty 3 de Nintendo Wii. La sensación de estar inmersos en un conflicto de grandes dimensiones no se respira en ninguno de estos dos Brothers in Arms. Hoy se exige mucho más a los numerosísimos FPS que salgan al mercado.

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Apartado gráfico discreto, con texturas monocromáticas y lisas, con poca fluidez en los movimientos de cámara y las animaciones, sin demasiado detalle ni un buen trabajo de polígonado, etc. Sólo las luces y los humos o fuegos han sido levemente mejorados, luciendo en Wii mejor incluso que en la primera Xbox. Pero se mire por donde se mire estos dos Brothers in Arms hoy resultan pobres. Son una portabilidad directa de sus originales y eso no es permisible a finales de 2008 y con juegos potentes del mismo género y consola en el mercado.

En lo que respecta a los escenarios éstos no son demasiado grandes ni abiertos, y trazan la ruta a seguir, como ya sabemos los que jugamos en su día a Brothers in Arms. Siguen siendo los mismos al igual que las misiones, el tutorial, los personajes, los vídeos... Y hablando de los personajes éstos no han ganado en animación pero sí en expresividad y limpieza técnica. Ahora parecen algo más reales y mueven mejor los labios al hablar.

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Hay que decir que hablan en perfecto español. Las labores de doblaje sí se han llevado muy bien en Brothers in Arms, aunque nos encontramos con exactamente el mismo audio que ya vimos en los juegos originales, por lo que tampoco hay que reconocer ahora el mérito a Ubisoft. Los efectos de sonido y las músicas son adecuadas, no demasiado sorprendentes pero que funcionan a la perfección. Cada arma y golpe tiene su sonido, así como los impactos de bala o los gemidos de los soldados al caer derribados.

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Brothers in Arms es un juego lineal a más no poder. Su estructura en capítulos inamovibles marca las tareas a realizar en cada uno de ellos. La trama gira entorno a los protagonistas, pero variará a medida que se produzcan bajas aliadas. Nuestra labor de líder será el pilar clave del éxito o fracaso. A lo largo de selvas, granjas, playas, ciudades o cuevas tendremos que aniquilar uno a uno a cada enemigo nazi que se nos interponga en el camino, sabiendo siempre colocarnos y colocar a nuestros amigos para que sean lo más eficaces posible sin perecer en el intento.

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Las armas son variadas y podremos recoger las de los enemigos. Aunque no hay ninguna nueva, el arsenal del juego original ya era grande por lo que en Wii sigue siéndolo. Los escenarios y situaciones en cambio no son tan variados y en ocasiones se nos puede hacer algo repetitivo. A esto hay que añadir que no hay ningún modo aparte del Historia. En cambio sí encontramos algunos extras que desbloquear, pero tampoco son nada del otro mundo.

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En la jugabilidad, lo único retocado sustancialmente, encontramos de nuevo el uso de Wiimote y Nunchuk combinados. Haremos uso de las posibilidades de los sensores de movimiento de ambos periféricos en ocasiones, predominará la utilización del puntero para apuntar y manejar la cámara, el joystick para movernos, B para disparar, A para dar órdenes, y el resto de botones para acciones varias como agacharse y levantarse (C), lanzar granadas (botón -), o cambiar de arma con la cruceta. Se puede decir que es un control bastante tradicional, para nada apto para personas poco experimentadas con los videojuegos.

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Se intercalan situaciones de tensión con momentos de calma y astucia, no hay puzzles o retos alternativos pero cada nueva misión y objetivo pondrá a prueba nuestra manera de jugar, habilidad de disparo y desarrollo estratégico. En general es bastante divertido y rara vez se hace pesado o repetitivo. El paso de FPS a juego de estrategia bélica visto en primera persona hacen que mantenga la atención que requiere para terminar cada uno de los dos títulos del pack.

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Conclusiones

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Hace demasiado tiempo de la salida de Road to Hill 30 y Earned in Blood y su llegada ahora a Nintendo Wii ha sido mucho más silenciosa de lo que quizá merecieran. En su día fueron grandes juegos y aún hoy lo son, pero se les nota el paso del tiempo y la nula intención de Ubisoft por mejorarlos técnica y jugablemente hace que no podamos acuñar a este pack de dos DVDs otra calificación que la de bueno o correcto.

Una jugabilidad más cómoda, tal vez menos tradicional, le hubiera sentado bien. Y por supuesto un lavado de cara técnico que justifique la tardanza de estos ports. Su precio es adecuado, pero tampoco una ganga y la duración de las dos aventuras no supera las 25 horas entre ambas. Más extras, más modos de juego, más material, más mejoras... Son demasiadas peticiones para dos revisiones de juegos de las que esperábamos mucho más.

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