Bladestorm: The Hundred Years' War, Impresiones

La Guerra de los 100 años es uno de los conflictos bélicos más notables de la época feudal europea, ahora Omega Force, los creadores de Dynasty Warriors, han preparado su particular visión del evento, en donde el jugador podrá encarnar a un general mercenario en busca de fama y fortuna.

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Hay pocos estudios que estén tan "encadenados" a una saga como Omega Force con su saga Musou, que ya cuenta con incontables secuelas y derivados, hasta el punto de que parecen haberse constituido como la columna principal del negocio de Koei, pero incluso ellos necesitan diversificarse un poco, por lo que el estudio ha aprovechado la transición hacía las nuevas plataformas para experimentar un poco con nuevas formulas mientras desarrolla lo que será la nueva generación de Dynasty Warriors; el fruto de ese trabajo ha sido Gundam Musou y ahora Bladestorm, que ya cuenta con una demostración en los servicios japoneses de Live! y PSN.

Bladestorm es realmente un título distinto a lo que el estudio japonés suele ofrecer, por lo menos a primera vista. Mientras Gundam Mussou es más bien una reinvención de la fórmula clásica utilizada en Dynasty, pero con nuevas mecánicas y adaptada al universo Gundam, Bladestorm es algo distinto, ya que en él el jugador toma el control de numerosas unidades en grandes batallas. En un principio parece más próximo a lo que podría ser un Kessen, otro título de Koei, pero cuando se toma el control, lo cierto es que es visible como la estrategia no ocupa un plano tan predominante como se podría pensar, con una mecánica más próxima a la acción directa.

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El escenario del título se basa en la Guerra de los 100 años, con Inglaterra y Francia en permanente conflicto por la soberanía de unos territorios en Francia. En tal situación, es fácil para un mercenario a sueldo hacer fortuna y montar su propio ejército. Ese será precisamente tu papel, tomando el control de un aguerrido General mercenario que pondrá sus habilidades y hombres al servicio del mejor postor. Cualquier seguidor de los trabajaos del estudio sabrá bien que el realismo no es la meta de Omega Force a la hora de recrear escenarios históricos y que suele optar por una visión estilizada de la época y los personajes, que combina a placer para dar coherencia a la propia trama interna del juego.

Después de crear tu personaje, comienzas tus aventuras creando tu propio personaje y acudiendo a la taberna, lugar en el que podrás poner tus servicios a disposición de los diferentes enviados de los ejércitos. A lo largo del juego tendrás libertad para tomar partido por los diferentes bandos presentes, aunque comenzarás con misiones de poca monta con las que tendrás que empezar a forjar tu destino. Las misiones vienen detalladas, de forma que puedas saber qué bando está solicitando tus servicios y la dificultad de la empresa; un detalles interesante acerca de los objetivos de las misiones es que los resultados de tus contiendas anteriores permanecen, de modo que si en una misión anterior has conquistado una base para los franceses, si repites otra misión en el mismo escenario verás que dicha base se mantiene bajo control francés; no es que sea e colmo de la libertad y el realismo estratégico, pero es un detalle de agradecer.

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Previamente a la batlla, estarás en disposición también de reclutar unidades o comprar equipamiento. Las unidades se organizan según clases, de modo que hay unidades de caballería arqueros, espadachines, magos -(ya se ha comentado sobre el poco apego del estudio al realismo estricto - cada unidad tiene unas características, puntos fuertes y débiles y diferentes tipos de ataques. Así mismo, tu general va ganando dinero y puntos de experiencia según vaya derrotando oponentes y cumpliendo misiones, por lo que es posible personalizar sus características para que las tropas sean más fuertes o más numerosas, por nombrar un par de ejemplos.

Ya en el campo de batalla tomas el control directo de tu personaje e "invocas" a tus tropas. Mediante el botón X -en la versión PS3)- seleccionas al grupo de solados que quieres controlar y mediante el botón R1 puedes conseguir que las unidades carguen contra el enemigo más cercano. Los demás botones frontales sirven para realizar diferentes ataques, que varían según el tipo de unidad que estás controlando en estos momentos. Para aquellos que ya hayan jugado a alguno de los Dynasty Warriors, quizás les sorprenda saber que las sensaciones son muy parecidas en Bladestorm a la hora de controlar los combates., ya que se basan en construir combos mediante golpes "normales" y "especiales", con la diferencia de que en vez de ser uno el que arrasa los ejércitos, aquí es un grupo de hasta 30 soldados el que manda por los aires a los enemigos, lo que es un espectáculo visual digno de verse y muy divertido.

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Esas combinaciones tienen un propósito: llenar una barra que una vez repleta, desencadenará un "Bladestorm". Cuál William Wallace o Leónidas, tu general hace que sus hombres entren en estado de furia y euforia, lo que hace que tus hombres puedan literalmente arrasar todo lo que esté a su alrededor. Es en ese momento cuando más se puede apreciar que la estrategia no es el gran protagonista de este título, aunque sí que es cierto que la gran variedad de unidades disponibles y los diferentes objetivos que marcan las misiones abren más el abanico de posibilidades tácticas. Pero para aquellos que lo que desean es tomar el control de un ejército desde el punto de vista de un auténtico general -dando órdenes- quizás Bladestorm no sea le juego que andan buscando.

Bladestorm es un título bastante sorprendente a nivel gráfico y muy agradable a la vista, los personajes son grandes y detallados, el entorno en las batallas es destacbale y en el campo de batalla se puede ver una gran cantidad de unidades, todo a una tasa de 30 frames por segundo sin que se noten tirones o bajones de rendimiento. Es un título muy sólido técnicamente, con un buen trabajo de cámara y que luce muy bien en un televisor de alta definición, posiblemente uno de los trabajos más destacables del estudio japonés -por encima del de Gundam Musou, que resulta menos espectacular-.

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La demo de Bladestorm ha sido realmente desveladora acerca del potencial de este título, un híbrido entre la línea Musou y otra cosa, cuyo ejemplo más próximo quizá sea Kingdom Under Fire de Phantagram. Muy competente técnicamente, con algunas ideas interesantes y muy divertido, no será el sueño dorado de los que busquen estrategias o un heredero espiritual de Kessen -que era lo que parecía este título hace unos meses- pero cualquier fan de Dynasty Warrior seguramente sabrá apreciar las cualidades de esta peculiar interpretación de uno de los conflictos más destacados de la época feudal europea.

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