Battleborn, Impresiones E3 2015
El camino del Héroe solo descansa en el placer de aniquilar. Battleborn recarga las mejores armas de Gearbox en su demoledora propuesta etiquetada como Hero-Shooter, uniendo géneros y siguiendo las tendencias de los competitivos a la última para abrir fuego con sus 25 personajes iniciales este mismo otoño.
"Está todo inventado y Call of Duty es imbatible". Esta pesimista afirmación es ya cosa del pasado, muy pasado. El género de los first person shooter competitivos vive una nueva era esperanzadora y dorada donde fórmulas como Evolve, Destiny o los venideros y ruidosos Star Wars Battlefront y Overwatch trazan un nuevo sendero cargado de ideas y posibilidades, independientemente del éxito mainstream. Gearbox Software, bajo el sello una vez más de 2K Games, recoge todo lo buenísimo sembrado con sus exitosos Borderlands y Brothers in Arms, y lo arroja a un apasionante Battleborn solo para la nueva generación que lleva más de 3 años de desarrollo, y se atreve a incorporar al FPS elementos de los MOBA, el RPG, la estrategia en tiempo real o la lucha 1v1. Ya nos ha enseñado todas sus armas en un extenso hands on de evento Pre-E3 para que conozcamos sus lindezas y férreas intenciones con tranquilidad, sin el barullo de la feria angelina que empieza el próximo martes. Acaba de nacer un género, el Hero-Shooter, y Gearbox dicta las reglas con su particular estilo estético y concienzudo sentido del humor.
El eslogan "Para todo tipo de Cabronazos" lo deja claro, hay juego para todos. 5 facciones enfrentadas, un roster inicial de 25 personajes, sistema de experiencia particularizado de partidas junto a niveles y rangos de jugador, campaña cooperativa y variedad de modalidades competitivas donde compartir progreso... Battleborn sale este otoño a precio completo de 59,99 euros pero con todo lo necesario para justificar el desembolso y no defraudar a nadie, sea del perfil de usuario que se sea. 2K ha aprendido bien de las decisiones controvertidas de Evolve y parece tener en esta nueva producción, ante todo, cantidad además de calidad. Gearbox hace una apuesta por la diversión directa con profundidad del largo plazo, justo la tecla acertada para tener mucho que decir en un entorno tan reñido como el que está empezando a darse con tanto FPS innovador, y a partir de esta Navidad va a ir mucho más lejos con los nuevos contendientes, Battleborn, Overwatch y SW Battlefront.
Más allá del peliagudo y a veces sorprendente escenario de los e-Sports, todo el mundo parece ansiar un trozo del pastel de la competición online. Randy Pitchford, CEO de Gearbox, ha comentado varias veces que Battleborn no está concebido ni programado con un sueño húmedo permanente de colarse junto CoD y CS:GO en las competiciones de FPS de premios millonarios y retransimisiones de infarto. Pero que tampoco se ha descartado jamás todo esto y que, si la comunidad así lo busca y considera, desde luego será un título 5v5 armado con todas las facilidades parar entrar en la escena. Tener una obsesión a veces nubla o entorpece el camino a la grandeza. En el estudio tejano no querían que les pasara esto, decisión totalmente elogiable y tenaz.
Así, con estos magníficos puntos de partida que normalmente no se oyen a los máximos responsables de videojuegos, Battleborn aspira a llegar para quedarse y ser una IP ampliada poco a poco y capaz de cautivar a los amantes de la competición estratégica sin dar de lado a los acérrimos a las campañas cooperativas (o singleplayer) frenéticas. Ambas modalidades nos permiten compartir progresión y estadísticas mejorables para cada uno de los personajes, de momento 11 mostrados pero que llegarán hasta un plantel inicial de 25. Los nacidos para la batalla son bien distintos entre sí, con una particular mezcla de armas de fuego y magia futurista que sumerge de lleno en un divertido, vasto y variado mundo de lucha de facciones, astucia y coordinación belicosa. Todo ello bañado de un lore y mitología más que llamativos, aderezados del pincel de Scott Kester que vuelve a estar al cargo de los fenomenales diseños y sugerentes entornos.
Juego de poder en Solus
Solus, estrella codiciada y último vastión de esperanza en el universo tras quedar el resto reducidos a cenizas con combustión inevitable, es un territorio disputado por las cinco facciones de Héroes -razas- que tienen opciones de supremacía y persistencia. Los Peacekeepers, guardianes de Solus que velan por ella; los Eldrid, más "ecologistas" buscadores del orden universal; los Rogue, egoistas pícaros en busca de su única supervivencia; el organismo Last Light Consortium (LLC) que aglutina a avariciosos mercenarios y beneficiarios de toda esta guerra y el daño de los demás; y el Imperio de los Jennerit, la fuerza sublevada del orden que ansía poder a toda costa. En este marco de ambiciones y hostilidad, el conflicto armado está servido en cada esquina, creando una interesante arena de combate donde la astucia tiene tanto o más peso como la puntería y las habilidades sobrenaturales de todas las razas.
En cuanto a los Battleborn, de tipo arquero, melee, pistoleros, tanques, magos... hemos conocido y jugado con los 10 primeros y hay información de un undécimo, aunque en los próximos meses se desvelarán más nombres y estilos. Todos presentan un árbol de habilidades tipo Borderlands, es decir, con destrezas y atributos que moldear de acuerdo a los gustos del jugador y las exigencias u objetivos cambiantes de la batalla. Ya desde el principio de la partida tenemos que elegir algunos gastos de puntos de habilidad y podremos conocer la habilidad Ultimate de cada uno de los héroes, bien diferenciados entre sí y con diseños característicos e impresionantes:
Montana es el tanque de los Peacekeepers en lo mostrado hasta el momento, un simpático líder de bando cargado con ametralladora, buenas protecciones para estar en primera línea de fuego y aerosoles elementales capaces de generar daños de hielo o fuego. Otro enfoque para esta clase está en Oscar Mike, un clon maestro del Rifle de Asalto UPR-AR7 y la útil armadura sigilosa UPR-MkII Battle Augmented Deflective Armor Stealth Suit. También las distintas granadas marcan su jugabilidad.
En el bando de los Jennerit, las distancias cortas y la contundencia son gestionadas por Caldarius, un veterano del Imperio que se ganó a pulso su armadura J-HTX Assault Frame, venida directamente de la élite de las tropas Jennerit Shock. Le acompaña Verod Rath, una especie de vampiro muy rápido y diestro con armas blancas como hojas triples y espadas. Él también se ganó gracias a su manejo y gestión de las energías sus condecoraciones dentro los Keepers of the Blade, la organización Jennerit a cargo de la Emperatriz Lenore. El caos se desata con Orendi, la bruja imprevisible, temida por los miembros de su propia facción y capaz de manejar una gama de hechizos de distinta índole y una impresionante magia de Ultimate devastadora.
La naturaleza de los Eldrid va por otros derroteros. Thorn es la "espina" de su bando con su mal genio pero penetrante capacidad para dañar. Es el último superviviente de su especie antes del ataque de Valresi, autóctono capaz de correr como nadie por las frondosas junglas de Ekkunar dejando víctimas con su arco Kreshek y magia pura de clase Eldrid. Junto a él otro vestigio botánico de una época salvaje, Miko, un hongo sanador capaz de curar todo lo que le rodea y lanzar kunais o nubes de esporas para dañar lo que no le interesa sanar. Y luego está Boldur el Insoportable, mote ganado por su personalidad ruda y estilo combativo directo, sin florituras, hacha y escudo en mano ante cualquiera que ose molestar su apacible vida naturista.
Fascinada por la magia de los Eldrid pero de un mundo radicalmente opuesto al de ellos, está Phoebe, uno de nuestros favoritos de momento y miembro activo de los Last Light Consortium que basa su potencial en los inventos mecánicos y su incansable espíritu aventurero. Es heredera de una de las fortunas más sustanciales de su clan y ello le permitió dar forma al Addonexus, un florete cargado de magia tecnológica que soporta otras 4 espadas flotando a su alrededor y que ha hecho a sus amigos llamarla Mageblade. El diseño es magnífico y hemos jugado con su teleport, el picoteo de las espadas, la habilidad Ultimate... Junto a ella y más desde la distancia, el Marquis d'Caliber, un sociópata de la alta sociedad capaz de causar estragos en las oleadas rivales con su bastón de francotirador Bindlebane y su "lechuza mecánica explosivamente temperamental", Hoodini. Diversos estilos y posiciones en busca del daño inmediato y la ofensiva total.
Los miembros de los Rogue, por su parte, tienen la suerte de contar con Reyna comolíder, que con su guante controlador y su pistola intercala una seriede tácticas defensivas y ofensivas muy interesantes y con posibilidadesincluso de teletransporte o soporte principal para otros personajes. Todo este elenco más los que están por anunciarse contará su historia pormenorizada en las misiones de la campaña, cooperativa con hasta 5 jugadores o singleplayer e incluso con modalidad a pantalla partida en un mismo televisor. Uno de los actos, Bliss Giant Frozen Moon, nos llevaba hasta un portal que se ha abierto. Hay que aterrizar, abrirse camino al portal y destruirlo.
Se buscará variedad de situaciones y formas de afrontarlas, además de los Mission Challenges, eventos dinámicos que se activan y tienen un límite de tiempo para completarlos, que también están en otros modos. Podremos llevar a cada uno de los personajes a su máximo nivel para luego lanzarlos de lleno a la arena competitiva, lo que supone una acertada fusión de modalidad multijugador enfrentado con toda la trama de desafíos y acontecimientos contra la CPU. El rango del jugador (Command Rank) será otro atributo que permanezca estable en ambos formatos de juego, algo que ya hemos visto que funciona de maravilla en otros como Destiny o Evolve, y que aquí vendrá favorecido por las horas de juego, el looteo, las victorias, los desafíos temporales...
Hélice de géneros competitivos
No obstante, el sistema de evolución de cada héroe se mide en Battleborn como en los MOBA (Heroes of the Storm, League of Legends...). La partida online o la misión concreta coloca a nivel cero a todos los combatientes, dejándoles subir y mejorar a medida que transcurren encuentros que prometen no ser superiores a 45 minutos. Esta evolución ensimismada asegura que cada partida sea distinta y deje al jugador escoger su inversión de puntos XP en las habilidades concretas que mejor se adecúen al transcurso de esta batalla determinada. Los núcleos del bando rival que asolar para la victoria, las torretas y barreras protectoras por equipos, los minions que se generan en cada base y ayudan al avance, o los mapas equitativos pero de esquema relativamente asimétrico son otros elementos títpicamente MOBA que Battleborn incorpora con garra.
Tres modos de juego competitivo 5 contra 5 son los desvelados hasta el momento: Incursion, Devastation y Meltdown. El primero -central- basa su formato en la guerra de bases y el control y aprovechamiento de minions para llegar hasta ese núcleo rival. Saber respaldarse tras los esbirros que generan nuestras fuentes y elegir el mejor camino hasta la meta del adversario sin descuidar la nuestra son claves en esta modalidad que llena de luchadores el campo de batalla y exige coordinación entre los miembros de cada bando. Los mapas, como no podía ser de otra forma, presentan una planta que promueve la creación de puntos calientes donde se intensifica el fuego cruzado, áreas centrales normalmente o de tránsito de cada ejército. Muy intenso, táctico y diferente en cada partida.
Devastation, en cambio, propone una modalidad más concentrada en la toma y mantenimiento de zonas repartidas por todo el mapa, una evolución del clásico Dominio que en un planteamiento como el de Battleborn gana una nueva dimensión gracias a las subidas de nivel de los héroes, los súper poderes o la importancia del movimiento y la astucia además del gfatillo certero. Por último, Meltdown dispone un divertido formato de partidas donde los dos equipos pelean por llevar el máximo número de minions propios al incinerador central, creándose una encarnizada contienda entre bandos donde prima tanto la velocidad como la presión para aniquilar esbirros y héroes del ejército contrario. Se suman trampas en la llegada al incinerador, emboscadas, caminos alternativos, habilidades que explotar en el momento justo...
Precisamente sobre el "momentum" Gearbox ha hecho un excelente trabajo para perseguir un gameplay donde es importantísimo saber colar determinados ataques y habilidades justo en un instante y con posibilidad de combo, como ocurre en los juegos de pelea, donde el timing lo es todo y cambia radicalmente un éxito o un fracaso además de las cadenas de movimientos. La jugabilidad de Battleborn manifiesta este enfoque por los cuatro costados, con opciones muy diversas que el jugador debe pensar y ejecutar con destreza rápido, con un gunplay que se percibe muy sólido y digno de lo que Gearbox sabe lograr y con una importancia atroz para las habilidades sobrenaturales de cada personaje, divididas en tres árboles hasta el nivel 30 y capaces de enfrentar a unos y otros con fortalezas y debilidades ante el resto del plantel. Se nota ya el balanceo esforzado y el trabajo empleado en lograr un buen equilibrio para que todos sean atractivos.
También de Borderlands se han recogido cosas, como el estilo gráfico súper colorista, los puntos de daño infligidos marcados en número sobre la cabeza del objetivo o cierto aire de la interfaz y efectos visuales de partida. La rapidez y frenesí se llevan un poco más lejos, así como la variedad de unidades minion como las distintas concepciones arquitectónicas para los escenarios, mezcla de la más frondosa naturaleza virgen con el sci-fi metalizado de naves y robots. Sin duda, el apartado gráfico y artístico es llamativo desde el principio, especialmente en el tratamiento lumínico -más avanzado que en Borderlands- o en la cantidad de elementos y personajes en pantalla, todos ellos con mucho carisma. Se buscará que en las versiones de consola el framerate tampoco parpadee.
Alquimista de buenas conceptos
La suma de tantas ideas acertadas, de estética tan marcada y particular, de géneros aparentemente inmezclabes, y de un sistema que prima tanto la estrategia como el shooter puro, da un resultado superior a la enumeración de sus elementos. Es curioso cómo Gearbox se vuelca sin temor alguno con una apuesta aparentemente incongruente y la hace funcionar tan bien mando en mano. Battleborn es una delicia jugable y un nuevo chorro de frescura hacia el formato más trillado de los últimos años. Tiene competencia, por supuesto, pero que a sus creadores esta pugna en los FPS les parezca interesante y una oportunidad más que una amenaza nos hace confiar en que algo grande va a pasar con esta nueva superproducción de 2K Games, título divertidísimo y satisfactorio desde el primer minuto que a la larga guarda un arrollador potencial. Va a dar mucho juego y que hablar.
- Acción
Battleborn, desarrollado por Gearbox y distribuido por 2K Games para PC, PlayStation 4 y Xbox One, es un shooter en primer persona ambientado en un futuro lejano, en el que podremos participar en animadas batallas multijugador de cinco contra cinco.