Análisis Azure Striker Gunvolt 2

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Nintendo 3DS es una consola con cinco años y medio a sus espaldas, y desde que la firma actualmente dirigida por Tatsumi Kimishima no decidió apostar de lleno por la eShop no pudimos darnos de bruces con obras tan inesperadas y sorpresivas como Azure Striker Gunvolt, firmado por Inti Creates.

Dicho título fue una sorpresa de aquellas que te hacen esbozar una sonrisa, pues en una época marcada por la proliferación de juegos plataformeros bidimensionales en la escena independiente, encontrarse con un proyecto tan sólido como éste y con tanto carisma sumado al aderezo de venir de Keiji Inafune, nos hizo no dejar de pensar que estábamos ante un Mega Man Zero más de una década más tarde.

No fue hasta hace unos meses cuando conocimos que su secuela, Azure Striker Gunvolt 2, llegaría finalmente a Europa tras su paso por Japón, y ahora que lo hemos podido completar tenemos sensaciones encontradas: es un gran juego, un más que notable contendiente del catálogo de títulos exclusivos de Nintendo 3DS en la eShop, pero ha pecado de continuista… y le ha salido caro.

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Conformarse puede salir bastante caro

Cuando cogemos Azure Striker Gunvolt 2, lo primero que sentimos es que continuamos prácticamente donde lo dejamos al final de la primera entrega, como cuando retomas un libro después de mucho tiempo. Es todo prácticamente igual, pero insistimos en que eso no es ni necesariamente malo ni, mucho menos, algo positivo. Aquellos que ya hayan completado el original sabrán con lo que se van a encontrar, solo que esta vez tenemos desde el principio la opción de jugar con dos personajes: Gunvolt y Copen. De nuevo, un contexto marcado por el peligro, nuevos enemigos y un secuestro donde Gunvolt es el héroe, el elegido para salvar una situación límite.

Pero como decimos, Copen entra en escena con una presencia mucho más atractiva que la del anterior protagonista, más poderoso y sencillo de manejar. Es precisamente en Copen donde se materializan los cambios producidos en las mecánicas jugables más criticadas por parte de los fans en la primera entrega, por lo que podríamos decir que es realmente la parte donde controlamos a éste donde realmente Azure Striker Gunvolt 2 da pasos en frente. Todo lo contrario sucede con Gunvolt, que se mantiene intacto. Tenemos dos historias divididas entre sí; cada una de ellas nos ha durado exactamente tres horas y media, con sus fases tradicionales y otras finalizando con jefes ineludibles y bastante bien diseñados.

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A pesar de todo, las fases de Copen son más variadas, con un diseño de niveles y música más adecuada para la situación mostrada en pantalla, y esto es algo que nos da una cierta sensación de pasividad a la hora de trabajar con el protagonista original, que aunque cumple no sorprende en absoluto. Es un verdadero problema que no hayamos dejado de sentir que hemos completado un DLC del título visto hace año y medio, por lo que si sois nuevos en la saga vais a disfrutar de lo lindo.

Es de rigor decir que los niveles son ahora más amplios, con más zonas por recorrer y formas de finalizar algunas rutas. Volveremos hacia atrás para recoger potenciadores o intentar mejorar las puntuaciones, además que los jefes finales son más difíciles una vez superamos el ecuador de ambas historias. De nuevo será prioritario aprender los puntos débiles de los enemigos y escoger la mejor de las habilidades disponibles de cara a superar ese jefe en ciernes… y de nuevo la técnica de esquivar nos salva demasiado de ser golpeados, causando un cierto desequilibrio en una curva de dificultad que, por lo demás, está bien medida.

Demasiado fácil para el fan del genero

Los más puristas se sentirán decepcionados por la ausencia de vidas, haciendo que cada vez que encontremos un punto de control volvamos a empezar el nivel justo desde ese punto. La penalización al jugador es mínima, una praxis que no incentiva en absoluto el intento por mejorar en los usuarios, restando así importancia en la elección de las habilidades y técnicas especiales -que son mayores que en la primera entrega-.

Así pues, aunque hayamos notado un intento ferviente por acomplejar las fases y convertir Azure Striker Gunvolt 2 en una obra más completa que el producto original, se queda a medias por el exceso de confianza y conservadurismo en todo lo demás. El resultado es un título con menos carisma, menos memorable. ¿Es menos disfrutable? Para nada, sobre todo si comienzas superando los niveles de Copen, que no deja de ser un descarado alter ego de Zero. Es un rival bien diseñado, más divertido de usar, con mejores niveles para acompañarlo.

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En lo que respecta a la historia no tenemos mucho que destacar, pues es mera escusa para introducir un elemento narrativo que justifique la rivalidad entre los protagonistas o el fin por el que están metiéndose en semejante embrollo. La emotividad, eso sí, es muy difícil de creer, y eso es algo que también ha servido para dar pasos atrás respecto al juego del año pasado. Esperábamos haber visto más madurez en Gunvolt, que la lección aprendida anteriormente permitiese tomar aquí un ser más adulto y preparado; sin embargo, parece que han querido centrarse en una audiencia más joven y accesible.

Había dos opciones: la primera era convertir Azure Striker Gunvolt 2 es un producto más maduro, que convirtiese ese número dos en un reto para el usuario; o abrirse de lleno al gran público y utilizar la fama y prestigio del primer juego para ser un juego más genérico y accesible. Tomaron la segunda de las vías, y desde nuestro punto de vista ha sido una oportunidad perdida.

Mención aparte para todo lo referente al apartado audiovisual y artístico de este episodio, con una gama cromática bien escogida, resultona, brillante. La pantalla de Nintendo 3DS no puede dar más de sí, por lo que no es un disparate decir que se trata de un juego de Game Boy Advance llevado a la consola tridimensional de Nintendo. Y con grandes resultados. Las animaciones y comportamiento de los sprites son una delicia, además de las transformaciones y ataques, que al más puro estilo cómic con herencia tomada del anime nipón, hacen que en términos audiovisuales sea una más que notable propuesta. Además, la banda sonora -que no es tan memorable como en el título original-, consigue acompañar correctamente a todas las pantallas del título. No hemos visto ningún enfrentamiento donde la música no haya servido para aportar la fase en cuestión.

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