Análisis de Another Fisherman’s Tale, una emotiva fábula en realidad virtual

Tras el notable acercamiento de los parisinos InnerspaceVR a la realidad virtual con el aplaudido A Fisherman’s Tale -con un reciente port que analizamos para PS VR 2 hace escasas semanas-, queremos recuperar su último título lanzado la pasada primavera coincidiendo con el ya lejano lanzamiento del dispositivo de realidad virtual de PS5, Another Fisherman’s Tale, videojuego de nuevo diseñado en exclusiva para la VR que, sin embargo, no es secuela directa de su anterior videojuego, sino que recoge el concepto de las marionetas y el pescador para contarnos una nueva historia, tan emotiva como sobrecogedora, esta vez, desde el prisma de una mujer adulta que recuerda su infancia a través de las maquetas de su padre, apiladas en el sótano de un hogar ya marchito. Acompañadnos en este fascinante viaje por los mundos virtuales de un padre y su hija a través de le realidad virtual en nuestro análisis de Another Fisherman’s Tale para PlayStation VR 2.

Otra historia poética de acertijos y emociones

Another Fisherman’s Tale nos cuenta la historia de Bob a través de sus ojos, una marioneta que ha vivido tiempos mejores y cuya obsesión sigue siendo alcanzar la la isla de Libertalia, el paraíso soñado por cualquier marinero que se precie, Sin embargo, el videojuego en realidad nos relata la vida de Nina, cuya infancia está muy atada a las viejas historias de marineros de su padre con un pasado que se encuentra encerrado en multitud de cajas del sótano de su hogar, ahora habitado por su madre ya de avanzada edad. Un contexto que de buenas a primeras se nos planta en la cara y que logra emocionarnos, más aún si el jugador ha vivido de cerca situaciones familiares similares. Pero más allá de su guion, ya de por sí emotivo, donde brilla especialmente Another Fisherman’s Tale es en sus mecánicas y como nos hace partícipes de ellas; incluso un poco más allá que en A Fisherman’s Tale.

Tanto es así, que Another Fisherman’s Tale se nota que ha sido diseñado única y exclusivamente para la realidad virtual, algo que se agradece y que no siempre ocurre con algunas adaptaciones a la VR que no terminan de funcionar como deberían. Como decimos, el juego nos mete en la piel -o madera- de una marioneta y como tal debemos aprender a movernos por nuestro entorno, a la vez que aprovechamos las capacidades que nos ofrece su ágil y, a su vez, frágil cuerpo. Desde lanzar nuestras manos cual gancho para recuperarlas como un yoyó a cambiarlas por otros tipos de manos que nos sirvan para diferentes tareas, como coger cierto tipo de objetos o agarrarnos a salientes de la pared o incluso lanzar nuestra cabeza para lograr un nuevo punto de vista y mover nuestro cuerpo a nuestro antojo en tercera persona. Todo para convencernos de que esta propuesta no podría funcionar en un videojuego que no fuera de realidad virtual.

Las posibilidades son bastante grandes y el contexto de cada desafío -que no rompecabezas como tal- nos propone continuos cambios y estrategias que aplicar para seguir avanzando. Incluso podemos despegar una mano y moverla libremente como si se tratara de Cosa de ‘La Familia Addams’, sí, aquella mano traviesa y asustadiza que en este caso es capaz de colarse por pequeños agujeros o espacios para dar con una solución fuera de nuestro alcance. Como nota discordante, esta mecánica en concreto no ofrece el mejor control con los mandos de movimiento y en algunas ocasiones puede llegar a desesperar. Aun así, las buenas ideas están ahí y su ejecución, en líneas generales, vence y convence. Desde luego, la variedad de situaciones es bastante mayor en comparación con A Fisherman’s Tales, más comedido y centrado en un único espacio en el que se juega constantemente con la perspectiva y la escala.

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Y ya que hablamos de la escala, en Another Fisherman’s Tale también juega un papel destacado, aunque de un modo un tanto diferente. Como marionetas, siempre resulta curioso alzar la vista y ver entremezclados un mundo pirata en mitad de un sótano, para nosotros, colosal. La forma en la que juega con los puntos de vista se antoja brillante, dándonos la sensación real de ser muy pequeños en un mundo de gigantes. Y en no pocas ocasiones nos quedaremos maravillados ante ciertas estampas a pesar de su marcado carácter desenfadado y cartoon en lo artístico.

Otra fábula de pescadores

Tal y como ocurre con las versiones de otras plataformas VR como puedan ser Quest 2, Another Fisherman’s Tale no es un título potente en lo técnico entre el panorama de la realidad virtual, aunque en su versión para PS VR 2 sí ofrece su mejor cara. Además, esta versión aprovecha algunas de las características del dispositivo de Sony, tales como los gatillos adaptativos para interactuar con diferentes objetos del escenario o la vibración del casco para sentir ciertas acciones de forma directa, como cuando lanzamos nuestra cabeza a determinados lugares del entorno. Todo ello para aumentar la sensación de inmersión a niveles inimaginables hace tan solo unos pocos años.

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En ello tiene mucho que decir una narrativa, de nuevo, muy cuidada; tanto es así que nos sentimos totalmente partícipes de lo que se nos relata ante nuestros ojos. Se nota que para InnerspaceVR es un aspecto fundamental en sus experiencias de realidad virtual. Sin embargo, aquí llega uno de los puntos negativos de Another Fisherman’s Tale. Tal y como ocurriera con la entrega anterior -el doblaje al español neutro llegó posteriormente, coincidiendo con el port a PS VR 2-, las voces llegan sin doblaje a nuestro idioma, a pesar de estar fantásticamente interpretadas. Para tratar de paliar esta carencia, se nos ofrecen subtítulos constantes que resultan demasiado intrusivos en pantalla, hasta el punto de tratar de quitarlos con gestos de cabeza para que no tapen la acción.

Por lo demás, la experiencia a sus mandos es más que satisfactoria, solo empañada levemente por algunos desajustes en la forma de movernos por los diferentes espacios. Tenemos varias opciones a nuestro alcance, desde jugar de pie a sentado, con la posibilidad de movernos libremente -siempre y cuando tengamos un espacio real suficiente para no tropezarnos- o dando saltos con el joystick. Una de estas opciones vía pequeños saltos resulta un tanto desconcertante por lo impreciso de su apuntado, aunque llegaremos a acostumbrarnos. Todo para completar la aventura en unas cinco o seis horas avanzando con la suficiente agilidad, ya que tampoco es muy exigente y podremos superar sus constantes desafíos sin demasiados problemas, dejando suficiente espacio para el disfrute y la inmersión narrativa, lo mejor del título.

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