Amy
En una generación parca en buenos juegos de terror, la llegada de Amy parece que paliará en parte la sed de buenos survival horrors. Cojamos de la mano a la pequeña Amy mientras rezamos para que el virus en nuestro interior no nos mate aún.
En una generación parca en buenos juegos de terror, la llegada de Amy parece que paliará en parte la sed de buenos survival horrors. Cojamos de la mano a la pequeña Amy mientras rezamos para que el virus en nuestro interior no nos mate aún.
Project Zero, Kuon, Rule of Rose, Haunting Ground, Silent Hill, Obscure, Forbidden Siren. La pasada generación fue toda una demostración de que el género del Terror y el Survival Horror se encontraban más no-muertos que nunca. Pero algo pasó en el cambio generacional. PlayStation 3 y Xbox 360 parecen exorcizadas en su catálogo de buenos títulos que de verdad nos pongan el corazón en un puño. En general, el survival parece que camina por su camposanto particular en esta Gen a pesar de que aisladas muestras aquí y allá como el escalofriante Amnesia, Dead Space o Silent Hill: Homecoming intenten mantenerlo fuera de su tumba.
Aunque un solo juego no conseguirá levantar todo un género que anda un poco perdido entre tanta sangre y acción -y en el que el terror visceral de Project Zero 2 o el psicológico de Silent Hill 3 apenas se ven en los títulos recientes-, Amy, un survival horror desarrollado por los franceses Lexis Numérique y dirigido por Paul Cuisset (creador de joyas como Flashback de Mega Drive) puede suponer ese soplo de aire helado que nos paraliza el cuerpo, nos eriza la piel, nos acelera las pulsaciones, nos agudiza el oido y hace que volvamos a disfrutar de la sensación plena de ser asustados por lo que vemos en la pantalla.
El año es el 2035. Un virus ha convertido a toda una ciudad en zombies e infectados de varios tipos. Lana, nuestro personaje, es uno de ellos. Y nuestro deber consiste en atravesar una ciudad de camino a un hospital donde los supervivientes se han refugiado -el estudio no desea desvelar más detalles del argumento-. Una ciudad que quiere devorarnos tanto física como mentalmente mientras escoltamos a una pequeña niña, de nombre Amy, a la que debemos proteger a toda costa. El peor enemigo al que haremos frente no saldrá de repente por una esquina o correrá hacia nosotros salivando con las fauces abiertas, no. El peor enemigo que tendremos radica en nosotros mismos. La infección que llevamos dentro se extiende lentamente por nuestro cuerpo, apreciable a simple vista. La piel se volverá pálida, llena de venas, comenzaremos a ver el entorno cada vez más borroso, a oir voces, hasta que, si no ponemos remedio, moriremos sin más, por lo que el juego siempre tendrá un componente de premura en su mecánica jugable básica.
Cuidarnos a nosotros mismos y cuidar a Amy serán los dos mayores objetivos que tendremos que llevar a cabo. Y tendremos que hacerlo siempre, de forma constante, a lo largo de todo el desarrollo. Por causas que el estudio desea mantener en secreto de momento, el estar al lado de Amy nos curará de forma temporal, regresando a un aspecto más humano, lo que nos permitirá avanzar de forma menos dificultosa al no tener las visiones del escenario tiñéndose de rojo. Otra forma de retrasar temporalmente la infección en nosotros será la de inyectarnos con jeringuillas o respirar por máscaras de gas que debemos encontrar, buscando por el escenario o los cadáveres que vayamos encontrando. En algunos escenarios, la intensidad del virus será tan fuerte que acelerará el proceso vírico que nos afecta.
Al igual que en otros títulos como Clock Tower 3 o el mencionado Haunting Ground, ni Lana -una científica que se ha visto atrapada en el caos- ni Amy -una niña pequeña autista- han sido entrenadas para luchar, por lo que nuestra primera opción ante un enemigo es la de evitar el enfrentamiento directo a toda costa, sobre todo en caso de algunos como los soldados, equipados con armas. Para protegernos ante los enemigos, el juego nos brindará la posibilidad de usar partes del escenario para ocultarnos. Podremos esconder a Amy dentro de una taquilla para seguir solos y explorar que no haya peligro, o escondernos las dos debajo de una mesa, activándose una vista en primera persona que nos mostrará a nuestros perseguidores buscándonos.
Pero a veces, combatir será la única opción disponible. Y, una vez que la niña esté a salvo, nos aprestaremos a ello. El combate está dividido principalmente en atacar y esquivar, ya que todas nuestras armas serán de ataque cuerpo a cuerpo, como bastones y palancas (nada de pistolas). Un indicador a la izquierda de la interfaz nos mostrará el estado del arma que tengamos, la cual se romperá por el uso. A pesar de que Lana puede empujar a sus rivales, no es recomendable el combatir contra más de uno a la vez. Conforme vayamos avanzando, pasaremos de los simples y lentos zombies a soldados armados y enemigos más grandes y rápidos. Amy jugará un papel fundamental también en esta parte, ya que podrá usar sus poderes para ayudar a Lana, por ejemplo, lanzando a distancia una onda de choque que mande al objetivo por los aires. Otro elemento a usar en los combates es nuestra condición, ya que, controlando la infección que se extiende por nuestro personaje, podemos avanzar entre los infectados mientras somos uno de ellos sin que nos ataquen.
Como se puede apreciar, la colaboración entre los dos personajes se deviene tan esencial como lo visto en títulos como Primal o Ico. De hecho, Amy 'coge prestado' del título de Fumito Ueda la idea de coger al personaje de la mano (y con el botón R1 en PS3). Será en estos momentos cuando, a través de la vibración del pad, sintamos los latidos del corazón de la niña. Un magnífico detalle que sirve para transmitirnos el estado de Amy, además de para indicarnos cuando hay zombies cerca, ya que sus pulsaciones aumentarán. La niña, cuando sienta la presencia de infectados cerca, se detendrá en el acto, negándose a avanzar, cubriéndose la cara con las manos. E incluso, si la dejamos expuesta a ellos mucho tiempo sin esconderla o decirle que se ponga a salvo, Amy saldrá corriendo. Tanto en los combates como en la resolución de puzles, la cooperación entre los dos personajes será fundamental.
A pesar de ser un título descargable, Amy luce un magnífico acabado visual, sobre todo en el modelado y detalles de sus dos protagonistas. El cambio en tiempo real que se va obrando en Lana mientras va surgiendo su condición zombie o cuando esta es revertida al tener a Amy al lado es un efecto realmente muy logrado. Así como el detalle de cogerse de la mano, algo que el estudio reseña que "nos preguntábamos porque nadie lo había hecho [desde ICO], y es debido a que es complicadísimo". Las animaciones en cambio, sobre todo en la mecánica del combate, se antojan quizás demasiado mecánicas en lo visto hasta ahora. Y en cuanto a los escenarios, estos cumplen con su cometido, que es el de transmitir una sensación de opresión, de agobio, de amenaza constante e inseguridad, y también de desolación ante lo que al principio era una ciudad como otra cualquiera, y ahora está en ruinas y llena de cadáveres, algunos muertos y otros no del todo. Todo ello construido con el PhyreEngine, motor multiplataforma (PC, PSP, PS Vita, PS3) gratuito de Sony que ha servido para títulos como Dark Souls, Flower, o los futuros Journey y Gravity Rush.
Pensado en principio como título exclusivo para PlayStation 3 -de hecho, llegó a estar dos horas a la venta, siendo retirado el mismo día ya que fue justo en el momento en que el servicio PSN fue hackeado-, Amy finalmente será lanzado también como descargable para Xbox Live y PC, aunque de momento no cuente con una fecha más allá de algún momento entre los tres primeros meses de 2012. Acercándose como sus creadores manifiestan "más a Silent Hill" -Lana lleva una especie de radio que crepita colgada en el chaleco, todo un guiño a la saga de Konami y a los elementos de esta como la radio y la linterna de bolsillo-, Amy busca ser un survival horror clásico y a la vez diferente del concepto de acción que abunda más en esta 7ª Gen, acercándose a las raíces del género. Y haciéndolo a través de un gameplay de infiltración, puzles, combates y exploración que puede dar mucho juego en base a elementos como los latidos de la niña, el uso de nuestra condición vírica para evitar combates, los poderes de Amy o la posibilidad de ocultarnos. Un juego en el que, sobre todo, Lexis Numérique quiere hacernos sentir tanto el agobio de Lana ante la infección que la está devorando, como el miedo de Amy ante el entorno hostil que la rodea y lo que yace en su propio interior, todo ello a través de las propias mecánicas implementadas en el juego. Un título, sin duda, que los fans de los Survival Horror marcarán ya en sus calendarios para iniciar el 2012 de la forma más terrorífica posible.
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