Alan Wake Remastered, análisis. El escritor vuelve a Bright Falls

En 2010 la compañía Remedy lanzó al mercado de Xbox 360 un videojuego que con el tiempo pasó a considerarse de culto. Al menos para muchos usuarios que se hicieron con él en su momento. Amado u odiado a partes iguales, y dos generaciones más tarde, Remedy lanza Alan Wake Remastered para PC, Xbox One, Xbox Series X|S, PS4 y PS5, la oportunidad perfecta para descubrirlo o de rejugarlo.

En este análisis vamos a comentaros cómo le ha sentado el paso del tiempo a uno de los títulos más queridos de la compañía y refrescar un poco cómo era el original, algo que vendrá fantásticamente bien para prepararnos para su segunda parte, ya anunciada para 2023.

El juego que todo amante de David Lynch debería amar

Alan Wake es una aventura en tercera persona que se nutre de la exploración, los momentos de tensión y el misterio para dar vida al título. El protagonista, un escritor de éxito de mismo nombre que el videojuego, es arrastrado por Alice, su esposa, a disfrutar de unas vacaciones en un pequeño y misterioso pueblo llamado Bright Falls. Lo que iba a ser un merecido descanso, resulta ser un plan de Alice para que Alan, que atraviesa un momento de bloqueo mental, vuelva a encontrar la inspiración y seguir escribiendo.

Alan Wake cuenta con un gran número de puntos muy bien resueltos. El primero, por ejemplo, podemos verlo en su formato episódico, que emula a las series televisivas. Otro es su guión, que toma multitud de referencias de autores como Stephen King —el que más— o Neil Gaiman entre otros. Si a todo esto, además, le añades una fuerte inspiración por el trabajo de David Lynch y de uno de sus éxitos más aclamados en la televisión como Twin Peaks, el éxito está asegurado. Como apunte final es su jugabilidad a base de disparos, efectiva y diferente pero muy criticada en su día por lo repetitiva que podía ser.

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Los enemigos de Alan son seres que se nutren del poder de la oscuridad para dar caza al autor, por lo que la única forma de derrotarlos es con la ayuda de la luz, ya sea de algún cartel luminoso o farola, o de nuestra linterna. Para poder abatirlos es necesario quitarles su mitad oscura y después coserlo a tiros. Si bien no es un concepto novedoso pero que funciona bien en Alan Wake, se abusa mucho de ella.

Por el camino tenemos que resolver algunos enigmas, recorrer Bright Falls de arriba a abajo y explorar todo si queremos conseguir ese preciado 100% en el videojuego. Si somos ávidos exploradores podemos encontrar fragmentos del próximo libro del escritor, una mini serie llamada Night Springs y otros coleccionables que tanto gustan a los completistas, aunque por desgracia solo podremos conseguirlo en un modo de dificultad poco cómodo para jugadores menos expertos.

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El título de Remedy además hacía gala de unos gráficos apabullantes. No fueron pocas las noticias que se hicieron sobre su potente motor gráfico, al que comúnmente se llamaba “El motor Alan Wake”. La realidad es que funcionaba sobre Havoc pero con modificaciones hechas por la desarrolladora que permitían iluminaciones espectaculares, escenarios muy detallados y una climatología variable casi real. Las animaciones nos parecían muy reales, aunque a día de hoy y con este Remastered la cosa es muy diferente. No obstante, Alan Wake hizo muy buen uso de la circuitería de Xbox 360 y se convirtió por méritos propios en uno de los videojuegos más potentes de la consola de Microsoft… y en exclusiva.

Lo que ha cambiado en Alan Wake Remastered

Si bien el análisis de Alan Wake Remastered lo hemos hecho bajo una consola Xbox One, los cambios gráficos incluso en una máquina de generación anterior son bastante visibles. Se ha mejorado la iluminación y sombras, la cual ahora reflejan bastante bien a cómo deberían de verse en la realidad. También se ha actualizado el poligonaje tanto en el protagonista como en los personajes secundarios, aunque no tanto en los escenarios, que siguen siendo muy similares —en Xbox One— a los originales. Sin embargo el resultado en este aspecto, el referente a los personajes, puede no gustar debido a pequeñas variaciones en los modelos y su aspecto más realista. Y no solo esto, las animaciones parecen algo más rígidas que en el original, por lo que en este aspecto desluce un poco.

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Las texturas son ahora de mayor calidad y los detalles en ellas son mucho más visibles que antaño. Algunas de ellas han sido reemplazadas por otras más acordes para darle un tono más actual al producto pero el resultado es bastante bueno. También juega mucho a su favor que el videojuego haya subido de resolución de los 544p de Xbox 360 a los 900p en Xbox One, llegando a 4K o más en la versión para ordenadores. Lo que no ha cambiado, al menos en Xbox One, es su velocidad de imágenes por fotograma, que sigue siendo de 30.

El resultado general es que todo se ve más nítido, a mejor calidad y algo más realista, y aunque el trabajo llevado a cabo en este Alan Wake Remastered es bastante bueno, depende del usuario si merece o no la pena gastarse el dinero en esta reedición. El videojuego original era ya un portento visual incluso a 544p, por lo que estas mejoras lo hacen mucho mejor a la vista, pero tampoco llega a igualar a la calidad de los títulos que se lanzan a día de hoy. Eso sí, su reducido precio con respecto a otros remastered inclinan la balanza a favor de su compra.

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Alan Wake Remastered trae también sus dos capítulos descargables; El escritor y La señal. Ambos amplían aún más la aventura de Alan Wake y siguen revelando más detalles sobre el pueblo en el que el escritor intentaba pasar unos agradables días, aunque por desgracia no se ha incluido Alan’s Wake American Nightmare en esta re-edición. Su doblaje íntegro al castellano junto a los textos, su magnífica banda sonora y todo lo que le hizo grande al original —incluido el guión sin alterar de ningún modo— sigue vigente en esta remasterización.