Cómic

‘Elon Musk, retrato de un oligarca’: el cómic que nadie se atrevía a publicar en EE. UU.

Darryl Cunningham, escritor y especialista en periodismo gráfico, ofrece una visión sin concesiones de uno de los hombres más poderosos del mundo.

Elon Musk, retrato de un oligarca

El británico Darryl Cunningham, al igual que Joe Sacco, ha encontrado en el cómic un vehículo ideal para mostrar reportajes en profundidad que en medios más tradicionales pueden resultar incómodos. Cunningham ha dado visibilidad a enfermedades como la depresión a través de su experiencia personal, ha desmontado teorías conspirativas y ha sacado a la luz el lado más oscuro de Putin.

Ahora ha puesto el foco en Elon Musk, en una novela gráfica que tuvo dificultades para publicarse en Estados Unidos y Reino Unido, donde ninguna editorial se atrevía durante un año a incomodar al magnate tecnológico. Tuvo que ser Francia quien diera el primer paso, y posteriormente una editorial independiente estadounidense publicó el último trabajo de Cunningham.

El estilo gráfico del autor británico es minimalista y descriptivo, centrándose más en lo que quiere contar que en el cómo.

Musk siempre ha vendido la imagen de hombre hecho a sí mismo, pero lo cierto es que pertenece a una familia adinerada de Sudáfrica que le proporcionó privilegios educativos que favorecieron su ascenso. El autor pone énfasis en dos aspectos de su infancia: su educación en un sistema racista institucional y la fuerte personalidad de su abuelo, un tecnócrata que durante años defendió que los más capacitados debían dirigir las instituciones del Estado.

Si en lo profesional la vida de Musk es un carrusel de éxitos (los más) y fracasos (los menos), lo cierto es que el balance de su vida afectiva es bastante más negativo. Su padre, un maltratador, desapareció pronto de su vida, y su madre tuvo que sacar adelante sola a Elon y sus dos hermanos.

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Inicios duros como emigrante

Elon emigró a Estados Unidos solo y tuvo que hacer trabajos físicos para ganar sus primeros dólares: granjero, leñador y limpiador de calderas. Nada más matricularse en la universidad, dio muestras de su enorme talento y competitividad, montando en la residencia de estudiantes su primera empresa.

Trabajó como becario en 1994 en dos empresas tecnológicas de Silicon Valley. Aunque era fan de los videojuegos, pronto vio que su futuro estaba en Internet, así que intentó entrar en Netscape. Junto a su hermano Kimbal creó Zip2, un buscador de empresas. En 1996, una empresa de capital riesgo invirtió 3 millones de dólares; el negocio se profesionalizó, pero Musk perdió el control. En 1999, Compaq compró la empresa y los hermanos Musk se embolsaron 72 millones por su parte.

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x.com

Musk invirtió 12 millones de esas ganancias en su siguiente empresa, X.com, que permitía enviar dinero por correo electrónico. Poco después, otros dos emprendedores, Max Levchin y Peter Thiel, trabajaban en una idea similar: su empresa se llamaba Confinity, que luego se convertiría en PayPal. En paralelo, Pierre Omidyar fundaba eBay. Las dos primeras se fusionaron y las cotizaciones tecnológicas se dispararon, hasta que estalló la burbuja de las .com en 2000.

Ese mismo año se casó con Justine Wilson y, mientras estaba de luna de miel, fue destituido como consejero delegado. Al año siguiente, eBay compró PayPal y Musk se embolsó 250 millones. Poco después, estuvo a punto de morir por una malaria mal diagnosticada, de la que tardó cinco meses en recuperarse.

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Tesla y SpaceX

A los 30 años se mudó a Los Ángeles y comenzó a cumplir su sueño de niño: la conquista del espacio. Fundó SpaceX con el objetivo de llevar cargas al espacio a un precio significativamente menor. En mitad de esta carrera, su hijo recién nacido murió, y él se centró obsesivamente en un nuevo proyecto: el coche eléctrico. Invirtió 6,3 millones en una pequeña empresa de dos ingenieros llamada Tesla.

En 2004 Justine tuvo gemelos y en 2006 trillizos, pero no estaba dispuesta a ser la “mujer florero” que Elon requería, así que en 2008 se divorciaron.

Mientras tanto, la NASA le concedió un contrato de 278 millones para entregar mercancías a la Estación Espacial Internacional.

La situación en ambas empresas se volvió crítica: Eberhard, el ingeniero que diseñó el Tesla, fue despedido; construir cada unidad costaba 200.000 dólares. SpaceX sufría fracasos continuos en sus lanzamientos. Tesla se salvó gracias a los créditos ZEV para coches eléctricos, y el sexto y último lanzamiento de su cohete fue exitoso. Así, Musk salvó ambos negocios justo al borde del abismo.

Dos sucesos convergen en el despegue de Tesla: el fichaje de Franz von Holzhausen, diseñador de coches en Europa, que creó el famoso Model S, y la apuesta de Toyota, que entró como accionista a cambio de venderle una de sus fábricas.

En 2010 se casó con la actriz británica Talulah Riley. Dos años más tarde se divorciaron, se volvieron a casar en 2013 y se separaron definitivamente en 2016. En 2013, Tesla entró en beneficios; sus acciones valían ya 5.500 millones, mientras desarrollaban el Model X, el primer SUV eléctrico del mundo, y el software de conducción autónoma. En 2016, un accidente mortal obligó a modificar la programación, haciendo necesaria la atención humana en la conducción.

Neuralink

Fundada en 2016, la empresa busca una interfaz directa entre el cerebro humano y los ordenadores. Tras ensayos con monos, en 2024 Elon anunció que había implantado el dispositivo en un hombre, aunque no se conoce más información.

También es dueño de Starlink, una división de SpaceX que provee de Internet en cualquier punto del mundo mediante un enjambre de satélites.

Otros dos proyectos suyos no salieron tan bien: su Hyperloop, un tren que viaja a la velocidad del sonido, fracasó; y The Boring Company, que proponía unir grandes ciudades mediante túneles de alta velocidad, siguió el mismo camino. Tras una inversión de más de 6.000 millones, el único operativo está en Las Vegas, tiene tres kilómetros y los coches circulan a 60 km/h.

A la vez que sus problemas empresariales se multiplicaban, también dio muestras de una personalidad vengativa y sin escrúpulos. Tuvo un grave incidente con el director de la operación de rescate de unos estudiantes en una cueva de Tailandia, que no usó uno de sus inventos, y al que calificó de pedófilo. También utilizó la red X para inflar el valor de las acciones de Tesla. Todos estos asuntos terminaron en los juzgados, aunque fue declarado inocente.

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El último capítulo

Aquí Cunningham se centra más en lo personal: su meta de convertirse en el hombre más rico del mundo en enero de 2021, con una fortuna de 185.000 millones de dólares; sus parejas más recientes; sus nuevos hijos; y el shock que le supuso el cambio de sexo de su hijo Xavier Alexander, que se convirtió en Jenna Wilson y renunció al apellido de su padre.

Hasta ese momento, Musk había mantenido una postura política centrista, apoyando a Obama y Hillary Clinton, incluso criticando abiertamente a Trump. Pero desde entonces su acercamiento a la derecha ha sido manifiesto. Fue negacionista de las vacunas contra la COVID (aunque finalmente se puso una primera dosis), sostuvo que el virus salió de Wuhan y que el gobierno lo ocultó.

Cunningham explica la pérdida de independencia de Twitter, convertido en un ariete contra la cultura woke, y el desastre económico que esto ha supuesto para la compañía, debido a la pérdida de grandes cuentas de publicidad.

Se señala su consumo de drogas, incluidas microdosis de ketamina como tratamiento para la depresión, su alianza con Trump para mantener sus empresas con fondos públicos y su posicionamiento a favor de partidos de extrema derecha en todo el mundo.

Cierra con un par ideas más optimistas sobre su figura: sigue pendiente su sueño de volver a la Luna y realizar mejoras que beneficien a la humanidad a largo plazo.

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Conclusión

El cómic de Darryl Cunningham es una excelente oportunidad para conocer a una de las figuras más influyentes del mundo actual. Por un lado, ensalza su talento como visionario empresarial, pero cuestiona su genialidad en otros ámbitos, al mostrar cómo Musk se apropia de ideas ajenas y las presenta como propias. Lo retrata como un hombre egocéntrico, poco empático, ambicioso, maquiavélico y vengativo, convencido de estar destinado a marcar el rumbo de la humanidad.

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Ficha

  • Autor: Darryl Cunningham
  • Fecha de publicación: 24 de septiembre de 2025
  • Formato: Rústica con solapas
  • Dimensiones: 17,1 x 24 cm
  • Número de páginas: 208 color
  • ISBN: 979-13-87779-68-9
  • Editorial: Planeta Cómic
  • Precio: 22 €

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