El pájaro que se convirtió en un disco duro viviente: ha conseguido almacenar una imagen PNG en su canto
Un divulgador científico ha demostrado que los estorninos pueden servir de “discos duros vivientes”, almacenando información y reproduciéndola gracias a su canto.


El reino animal es absolutamente fascinante, y puede que nunca lleguemos a comprenderlo del todo. Dentro del mundo de las aves, hay varias especies que destacan por su pericia e inteligencia, como el cuervo de Nueva Caledonia o, como en el caso que nos ocupa, el estornino. Un experimento reciente ha demostrado que un ejemplar de estornino europeo ha conseguido almacenar y reproducir una imagen en formato PNG gracias a su peculiar canto, lo que desafía abiertamente todo lo que creíamos saber sobre ellos.
Ni fantasía ni ficción: los estorninos pueden guardar y reproducir información gracias a su canto
Los estorninos son aves que poseen una habilidad inusual: pueden imitar con una precisión sobrecogedora los sonidos que perciben en su entorno cercano. Son muchos los vídeos de redes sociales en los que animales de esta especie replican tanto las voces de personas como de máquinas de manera tan minuciosa como inquietante. Aprovechando esta pericia, Benn Jordan, un músico y divulgador científico, quiso llevar hasta el extremo este atributo del animal.
A grandes rasgos, el experimento consistió en convertir una imagen de un pájaro en formato PNG a sonido mediante un sintetizador de longitud de onda. En términos estrictamente científicos, sigue siendo el mismo conjunto de datos: si este sonido se vuelve a pasar a imagen usando el proceso inverso, el resultado será la ilustración original del pájaro. Jordan reprodujo este sonido cerca de un estornino europeo que tiene como mascota, quien lo aprendió de memoria y pudo replicarlo con éxito con una fidelidad pasmosa: este proceso inverso dejó patente que las dos imágenes son prácticamente idénticas.
En otras palabras: este estudio tan singular ha demostrado que, efectivamente, los estorninos tienen una capacidad inaudita para almacenar y reproducir información gracias a su canto, lo cual los convierte en pequeños discos duros o unidades de almacenamiento vivientes. “Este pequeño pájaro ha aprendido e imitado con éxito el sonido en el mismo rango de frecuencia en el que lo escuchó, transmitiendo de forma eficaz alrededor de 176 kilobytes de información sin comprimir”, comentaba un asombrado Jordan.

El secreto de los estorninos está en su siringe: un aparato de fonación que poseen las aves donde la tráquea se bifurca, y que está especialmente desarrollada en las aves cantoras. Gracias a su anatomía tan hiperespecializada, estos pájaros pueden replicar prácticamente cualquier sonido que se propongan. A este respecto, superan en versatilidad a aves como los loros, situados erróneamente en la cultura popular como los grandes imitadores por excelencia. Mientras que los loros pueden imitar con gran solvencia las voces humanas, los estorninos son capaces de esto y más: también reproducen sonidos ambientales complejos, como el croar de ranas, golpes, bocinas y parloteos humanos.
Otro aspecto clave que ha posibilitado el resultado obtenido es el hecho de que el ejemplar de estornino en cuestión fue abandonado por sus progenitores y fue rescatado por Jordan, por lo que fue criado por él y comenzó a vivir con su familia. Al igual que muchas otras especies de animales, estas aves completan su desarrollo aprendiendo por imitación. No obstante, al no tener padres o congéneres de los que aprender a desarrollar su canto natural, en su lugar, comenzó a replicar sonidos propios de personas, como conversaciones lejanas —llegando al extremo incluso de imitar la reverberación—, los arrumacos que le hacen, o el obturador de la cámara del móvil.

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En resumen: el asombroso resultado de este experimento ha sido posibilitado por dos factores fundamentales. Por un lado, está la propia fisiología de los estorninos, que los convierte en unas aves cantoras extremadamente dedicadas a esta función. Por otra parte, este ejemplar concreto creció acompañado de seres humanos, de manera que se especializó en imitar sonidos impropios de su especie, lo que facilitó que pudiese aprender y devolver la imagen PNG en formato audio.
Así que ya sabes: si alguna vez caminas por el monte y oyes algo que no debería estar ahí por pura lógica: no te apures. No te estás volviendo loco, ni estás ante una presencia sobrenatural; es perfectamente posible que haya cerca algún estornino bromista, o que simplemente quiere llamar tu atención. Quién sabe; en el futuro, es posible que utilicemos a los estorninos como unidades de almacenamiento biológicas para algo más que transmitir imágenes PNG, convirtiendo en meras reliquias del pasado a las palomas mensajeras.
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