El increíble animal que puede pasar casi un año sin tocar el suelo: come, duerme e incluso copula en pleno vuelo

El reino animal está repleto de criaturas que cumplen distintos roles dentro de los ecosistemas, aunque muy pocos están tan hiperespecializados como el animal que tenemos entre manos: el vencejo. Se trata de un tipo de ave extraordinariamente adaptada al medio aéreo. Tanto, que es el único animal de su categoría capaz de permanecer durante largas temporadas en el aire, alimentándose de insectos que captura en pleno vuelo, y llegando incluso a dormir y copular mientras vuela.

Los vencejos son los únicos animales capaces de vivir varios meses en el aire sin aterrizar

Los vencejos (nombre científico: Apus) son un grupo de aves insectívoras de la familia Apodidae, famosas por su vida casi íntegramente aérea. Son reconocibles por sus alas largas en forma de hoz o “cuchillas”, sus chillidos, y su vuelo vertiginoso. Estas aves han llevado la adaptación al medio aéreo al extremo: cazan, beben, duermen e incluso se aparean en pleno vuelo, y solo se posan para anidar en paredes, acantilados, huecos de edificios u otras oquedades que encuentren en superficies verticales. Se distribuyen principalmente por Europa, Asia y África, y cumplen un papel ecológico clave como controladores de plagas.

En la península Ibérica, las dos subespecies más comunes son el vencejo común (Apus apus) y el vencejo pálido (Apus pallidus). Se distribuyen a lo largo y ancho del país durante los meses estivales, ya que son una especie migratoria que siempre va en busca de un clima apropiado para su reproducción y la búsqueda de alimento. A este último respecto, se estima que cada ejemplar de vencejo común adulto puede ingerir más de 20.000 insectos al día, motivo por el cual son unos controladores de plagas natos.

No obstante, lo más impresionante de estos animales es su capacidad para vivir durante muchos meses en el aire. Estas aves poseen un sentido de la orientación inusual, y la morfología óptima para aprovechar las corrientes de aire en su beneficio, lo que les permite pasar largas temporadas sin tener que tocar el suelo. La única tarea que no pueden realizar en pleno vuelo, por razones obvias, es la crianza de su prole, por lo que es su única motivación para hacer vida en tierra unos pocos meses al año.

Se han llegado a registrar períodos de vuelo de hasta diez meses seguidos en algunos ejemplares de vencejo común, lo cual supera por mucho a otros animales “casi aéreos” como los albatros, que, si bien es cierto que pueden volar días o semanas sobre el océano, necesitan descansar en el agua o en nidos con mayor frecuencia que los vencejos. En otras palabras: los vencejos están ampliamente considerados como el animal mejor adaptado al medio aéreo de todo el planeta.

Sin embargo, incluso estos maestros del cielo tienen su propio “punto débil”. La mayor fortaleza de los vencejos es, a la vez, su talón de Aquiles: estos animales tienen unas patas adaptadas para encaramarse a las superficies verticales, con una gran fuerza en las garras, pero con una movilidad muy limitada. Por esta razón, si uno de ellos cae al suelo, lo tendrá muy difícil para sobrevivir al no poder usar las patas para impulsarse, lo que le dificulta remontar el vuelo con respecto a hacerlo desde cierta altura.

En definitiva, contemplar a las bandadas de vencejos surcando los cielos durante los meses de verano es, en cierto modo, asomarse a la libertad en su estado más puro. Mientras que la mayoría de seres vivos de nuestro planeta —incluyendo los seres humanos— estamos “atados” a la tierra, estas aves pasan casi toda su existencia flotando entre corrientes de aire y migrando entre distintos continentes mientras limpian el ambiente de insectos. Su mera existencia parece, por momentos, un desafío a la lógica misma y a las propias leyes de la naturaleza.