Gran Turismo 7 VR, impresiones: el juego que te hará creer en las PS VR2

Actualización descargada, inicio de juego… Y todo se ve como siempre. El arranque de Gran Turismo 7 con su último parche gratuito, ya adaptado a la realidad virtual, se ve en modo cinemático en las PS VR2. Navegamos por los menús, miramos si hay alguna opción que no hayamos activado y como no damos con la tecla, empezamos una carrera: cámara exterior, piloto automático, cuenta atrás. Y cuando arranca la prueba, estamos dentro del coche. Ahora sí. Qué impresión. Qué sorpresa. Esto promete.

Durante tres horas estamos jugando en Realidad Virtual a uno de los grandes juegos de conducción de los últimos años en consola y al que es sin duda el referente en PS5. El que suscribe estas líneas no sabe si le pasa a todo el mundo, pero a diferencia de otros juegos de consola, Gran Turismo 7 gana muchos enteros con cámara interior, así que las horas destinadas al título hasta el momento eran desde esta perspectiva. Uno podría pensar que el salto sería menos sorprendente que si estás acostumbrado a jugar con cámara exterior. Para nada. Las PS VR2 aportan una inmersión enorme a una experiencia que dábamos por buena.

Es, sobre todo, cuestión de detalles. Con un vistazo rápido vemos el interior de los vehículos y el cuerpo del piloto con total claridad, pero también nos damos cuenta que hacemos lo que se hace en la vida real: miramos a un lado para ver quién hay a través del retrovisor, levantamos la cabeza para ver quién va por detrás e incluso, si adelantamos a un vehículo, lo vemos pasar por la ventana. Todo se vuelve mucho más natural y orgánico, y esa sensación que a veces uno tiene de espacio sobrecargado en el interior se convierte en un lugar habitado por nosotros.

Todo es mucho más realista e inmersivo, de eso no hay duda. Mientras cambiamos de marcha, nuestro piloto lo hace. Cuando giramos a un lado, los brazos responden con el mismo movimiento. Pero lo mejor es todo lo que sucede en carretera y que tiene una implicación más directa en nuestra conducción. Por ejemplo, en un par de carreras nocturnas que realizamos, los focos de los vehículos que vemos por el retrovisor molestan: no es algo exagerado pero se nota. Si estamos conduciendo por uno de los circuitos en medio del desierto en Estados Unidos, con el sol al fondo medio cayendo ya, tanto su reflejo como su afectación en la pista son mucho más acusados que en el juego base. Pero hay más.

Seguro que conocéis el sacacorchos de Laguna Seca. Es una de las curvas más míticas de los circuitos de conducción, a la que llegas a toda velocidad, y donde hay una enorme pendiente que se traza en bajada y bajando sin ver nada de lo que tienes delante. Pues bien, la sensación de abordar esta chicane en realidad virtual es una grata sorpresa, porque tienes esa sensación en el cuerpo de cambio de rasante inmediato -un poco a lo montaña rusa si vas a toda velocidad- mientras no ves lo que va justo delante. Nos ha pasado aquí y en otros cambios de rasante pronunciados aunque no tan extremos como este.

Lo mejor de jugar con PS VR2 a Gran Turismo 7 está en la inmersión que te transmite: girar la cabeza porque entran luces por la ventana y ver que son fuegos artificiales en medio de una prueba (norteamericana, naturalmente), sentir que te pegas al coche de delante como nunca antes o ver cómo se te escapa el control del vehículo en circuitos de arena. Porque la sensación de velocidad es elevada, más que con el juego tradicional, y eso también se agradece y se nota desde un primer momento.

La experiencia tiene algunas concesiones evidentes respecto a la calidad general del juego sin Realidad Virtual. A nivel visual, aunque se mantiene el tipo, es verdad que se pierde algo de detalle tanto en lo que vemos a larga distancia, algo más borroso, como en detalles de efectos como puede ser la lluvia, poco convicente cuando lo hemos jugado. De cerca, los vehículos aguantan el envite y el interior del vehículo está muy conseguido. Tal vez tenemos la sensación de “poco peso” en ciertos modelos o carreteras fuera de asfalto, donde parece que todos sean más ligeros de lo que debería. Pero en términos generales, es una experiencia de las que te hace entender lo que puede hacer la Realidad Virtual.

Y aquí estamos, tras muchas pruebas diferentes, con muchos coches probados a la vez y con ganas de ponernos todavía más serios. Porque ahora tocará competir con Sophy, la IA avanzada presente en esta actualización, con el Logitech Pro Wheel que nos ha cedido la casa para tener la experiencia definitiva y con muchas más pruebas y desafíos pendientes de ver cómo funciona. Y de todo ello hablaremos la semana que viene más en profundidad. Pero Gran Turismo 7 es un imprescindible para el debut de PS VR2, de eso no tenemos dudas.