Synapse, análisis PSVR2

La realidad virtual se antoja el ecosistema ideal para trasladar las experiencias shooter en primera persona al terreno del videojuego, todo ello gracias a las bondades que ofrece una perspectiva que nos hace sentir en pleno campo de batalla. Y Synapse, un nuevo exclusivo de PS VR 2 para PS5, puede vanagloriarse de ofrecer una de las fórmulas más exitosas en este campo. Todo ello gracias a la gran apuesta por la VR de sus creadores, nDreams, que en el pasado ya nos trajeron un título similar para las primeras PS VR de PS4 con Fracked y que, en esta ocasión, apuestan por el desarrollo roguelite con Synapse. Veamos en nuestro análisis de este nuevo videojuego especialmente diseñado para la realidad virtual del actual visor de PlayStation 5 si logra posicionarse como el verdadero FPS que los fans del género estaban esperando.

Donde pongo el ojo pongo la bala

Quizás muchos esperaban un desarrollo más clásico en lugar de los bucles del sistema roguelite; nada más lejos de la realidad. Synapse se sube al carro de un género tan de moda en la actualidad -más en plataformas 2D, pero igual o más efectivo bajo el paraguas del shooter- con una aventura que aprovecha muy bien el potencial de PS VR 2, especialmente de una característica tan molona como el eye tracking, o la posibilidad de interactuar con ciertos elementos del videojuego con nuestra mirada, algo que suena a ciencia ficción pero que es muy real. Y además, funciona a las mil maravillas.

Nuestro periplo por el subconsciente de un ricachón atormentado por los pensamientos negativos -sin entrar en más detalles de una historia que se nos irá narrando en cada run o intento- arranca en un colorido aunque misterioso mundo real. Tras unos primeros pasos al más puro estilo walking simulator, pronto nos veremos atrapados en la mente de un huésped que nos pondrá las cosas muy, pero que muy difíciles. Un nuevo entorno volátil y extremadamente sobrio en tonos grisáceos del que tendremos que salir con vida abriéndonos paso a base de tiroteos, explosiones y un uso de la telequinesis que aporta una nueva dimensión a la interacción virtual.

Synapse apuesta por el desarrollo estándar de los roguelite, es decir, debemos adentrarnos en zonas predefinidas, arenas de combate de las que escapar tras eliminar cierto número de enemigos. Si morimos, perdemos el progreso y regresamos al hub del subconsciente de nuestro huésped, donde podremos mejorar habilidades y ventajas a través de un par de árboles de desbloqueo -llamadas revelaciones- mediante puntos logrados en los niveles. Por el momento todo muy convencional, diréis; hasta la entrada de la telequinesis en conjunción con el eye tracking. Será en este punto cuando Synapse explote -nunca mejor dicho- todas sus posibilidades y nos ofrezca una experiencia verdaderamente sorprendente.

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Sí, disparar con los mandos de PS VR 2 para sentirnos como el mismísimo John Wick está genial; ahora bien, una vez desbloqueemos la telequinesis para empezar a mover y lanzar diferentes elementos de los escenarios cual Jedi haciendo uso de la Fuerza, eso ya es harina de otro costal. Aquí es donde Synapse nos atrapa por completo, a pesar de que la aventura en sí no resulte especialmente larga ni variada. Aun así, la conjunción de la telequinesis con el eye tracking ofrece mil y una posibilidades para expandir y mejorar nuestras habilidades a los mandos como en muy pocos videojuegos de realidad virtual se ha visto hasta el momento.

Como decimos, las posibilidades son enormes y gracias a nuestro brazo virtual izquierdo rodeado por un aura violeta, podremos manipular, lanzar o hacer estallar cajas, barriles y otros objetos letales para nuestros enemigos. Asimismo, también tendremos que manipular otros elementos como plataformas para poder acceder a nuevas zonas de los niveles. La interacción virtual con nuestro entorno es sensacional, incluso dándonos la posibilidad de apoyarnos en las coberturas con una mano mientras nos levantamos para abrir fuego y volvemos a agacharnos para esquivar el fuego enemigo. No hace falta decir que para disfrutar al máximo de Synapse es necesaria una sala bastante grande libre de obstáculos y jugar de pie, en la medida de lo posible.

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Las partidas se desarrollan siempre en los mismo escenarios con oleadas de enemigos que eliminar. En este sentido, el título se muestra algo parco en contenido, puesto que los escenarios son muy repetitivos -mantienen siempre el mismo estilo visual- y los enemigos -con solo cinco clases- y las armas no brillan por su variedad. Aun así, las sensaciones a los mandos virtuales son plenamente satisfactorias, con un apuntado ágil y preciso, la posibilidad de cargar o proyectar con un simple gesto un holograma cual radar de Alien para posicionar enemigos y movernos con bastante facilidad con el joystick; eso sí, no es un juego para estómagos sensibles, ya que los movimientos son muy rápidos y podemos marearnos con facilidad, especialmente si caemos de grandes alturas o corremos mirando a nuestro alrededor con movimientos rápidos de cabeza.

La aventura, por su parte, no es especialmente larga, con la posibilidad de completar una primera vuelta en unas tres o cuatro horas si jugamos con la suficiente determinación y maestría. Aunque si queremos desbloquear su historia al completo tendremos que completar hasta tres runs, a cada cual más exigente, alargando así una duración un tanto breve y bastante repetitiva. La apuesta audiovisual, por su parte, juega con la sobriedad de escenarios y enemigos -en tonos grises- con la espectacularidad de las partículas, explosiones y efectos de luz; en este sentido, se aprecia un especial cuidado en el raytracing mediante reflejos más que vistosos. Por su contra, el aspecto sonoro queda bastante relegado a un segundo plano, aún contando con un buen uso del audio 3D si contamos con unos auriculares a la altura.