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Pizza Tower

Pizza Tower

Análisis

Pizza Tower, análisis: la nueva revolución indie

Nos sumergimos en uno de los mejores plataformas puros de los últimos tiempos. Una joya independiente que estará a buen seguro entre los destacados de este 2023.

Actualizado a

Nintendo es una compañía con muchas criaturas en su prole. Durante ese periodo seminal de sus primeras consolas se crearon tantas franquicias que a día de hoy aún con una decena de buenos lanzamientos al año cuesta cubrirlas todas. Nintendo, a veces, se olvida de su propia descendencia. Esto pasó con Samus hace no mucho tiempo, aunque con Metroid Dread y el reciente Metroid Prime: Remastered ya queda prácticamente olvidado. Nintendo parece que se ha acordado de su cazarrecompensas favorita.

Mientras, un rotundo hombre italiano cuyo aliento apesta a ajo languidece en la siesta más larga. Wario ha quedado olvidado, limitado a su saga “spin-off” de minijuegos, la época de Wario Land completamente olvidada. Quien en su día fue un digno rival a Mario, una alternativa más picante a la receta del fontanero italiano, queda relegado hoy a la indiferencia. Pero no todos hemos olvidado y afortunadamente un tal McPig recuerda mejor que la mayoría. Hace cinco años, McPig decidió hacer un homenaje a una de sus franquicias de Nintendo favoritas. El resultado es Pizza Tower, huele a ajo, orégano y hoy tenemos el placer de analizarlo.

El salami mágico

Hubo un periodo, allá por la década que comenzaba en 2010, en el que el juego indie 2D era algo novedoso. Llevábamos años sumidos en el desierto de los juegos de acción en tercera persona, donde todo eran paisajes áridos, personajes secos y una búsqueda constante de cobertura para protegernos del sol y los disparos enemigos. De repente, como si fuera parte de un plan divino, comienzan a aparecer auténticas joyas en Xbox Live Arcade, la por aquel entonces revolucionaria plataforma de Microsoft para descargar juegos independientes en Xbox 360.

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Entre 2008 y 2011 recibimos juegos como Castle Crashers, Super Meat Boy, Braid, Shadow Complex o Spelunky. El 2D había vuelto para quedarse, con tanta diversidad de juegos como faltaba en sus puntuaciones críticas, casi todas sobresalientes. Estos lanzamientos eran un soplo de aire fresco constante, recordándonos lo que nos había gustado tanto de jugar hasta entonces. Por desgracia, tras más de una década de juegos independientes bidimensionales se han establecido unas pautas que siguen la mayoría de los desarrolladores y la creatividad y calidad media han dado un bajón importante.

Pizza Tower no se ha enterado de estas nuevas directrices y ha decidido impresionar. La inspiración es clara, Wario Land, más concretamente la segunda y cuarta entrega de la saga. En lugar de Wario encarnamos a Peppino Spaghetti, un “sorprendentemente agil y poderoso italiano con calvicie incipiente” como dice la descripción del juego. Su pizzería está en peligro y hará cualquier cosa para salvarla de una gran corporación. En este caso, salvarla requerirá infiltrarnos en la titular Torre de Pizza y aniquilar a toda la oposición.

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Poco más del tutorial es lo que tarda este juego en demostrar que tiene algo especial. Movernos de izquierda a derecha es como deslizar una salchicha mojada en aceite a lo largo de una mesa de granito pero de alguna forma la podemos parar a voluntad. Basta movernos en una dirección durante unos segundos para empezar a ganar velocidad, pero si cambiamos rápido de direcciones podemos hacerlo en un espacio pequeño. Si vamos suficientemente rápido, romperemos obstáculos, sino nos chocaremos y perderemos toda nuestra velocidad. Si saltamos y apretamos la tecla de abajo se precipita hacia el suelo a toda velocidad, pero también podemos hacerle desplomarse como si saltará de bomba a la piscina. Si cogemos suficiente velocidad podemos “hacer el muelle” para saltar una distancia vertical impresionante. A partir de cierta velocidad, escalamos paredes y podemos saltar de las mismas.

Al añadir enemigos el repertorio aumenta. Cuando Peppino galopa, ningún enemigo será capaz de pararnos (aunque algún obstáculo sí lo consigue), convirtiéndose en picadillo instantáneo a nuestro paso. Pero también podemos cogerlos como un luchador para estrellar su cabeza contra el suelo, lanzarlos contra otros enemigos o incluso usar nuestra provocación para parar su ataques o reventarles contra la pared. La cantidad de movimientos básicos con los que cuenta Peppino es abrumadora y pronto vamos viendo formas fluidas de encadenarlos.

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Todos los quesos

Este concepto de fluidez será imposible de eludir para cualquiera que hable de Pizza Tower. Sencillamente, cada acción del juego conecta perfectamente con la anterior. No solo en sus maravillosas animaciones, de las que hablaremos pronto, sino también en su ejecución y como nos permiten enlazar unas con otras para movernos por los niveles con precisión y velocidad a partes iguales. Otros juegos en los que nos movemos a toda velocidad, como Sonic o Freedom Force Planet basan el rango del jugador principalmente en su velocidad. No así en Pizza Tower, donde tenemos un medidor de combo.

Cada seis coma siete segundos. Esa es la frecuencia con que debemos eliminar a enemigos si queremos mantener nuestro combo en Pizza Tower. Coger objetos nos dará un segundo extra y si nos da un enemigo perdemos dos segundos y medio. Para conseguir la máxima condecoración de rango P en un nivel, deberemos mantener el combo desde el primer momento hasta el último mientras obtenemos todos los secretos, acabamos con todos los enemigos y completamos todos los desafíos de cada nivel. Se trata de gestas absolutamente demenciales que en cualquier otro juego resultarían tediosas. Pero esto es Pizza Tower y aquí se trata de retos extraordinarios donde deberemos amaestrar completa y absolutamente cada nivel para obtener la ansiada “P”. Aprender un nivel de tal manera que parece una coreografía experta, donde ni un solo movimiento está malgastado y frenar un poco antes de tiempo supone el reinicio. Es aquí donde se encuentra realmente la salsa mágica del título, aunque ello no quita de la primera experiencia exploratoria.

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Por supuesto, da igual el sistema de movimiento si el diseño de niveles no está a la altura, pero vaya si lo está. Cada uno de los veinte niveles de Pizza Tower es único y no lo decimos por ser redundantes. Todos siguen una estructura similar, donde debemos completar el nivel en una dirección para luego volver en dirección contraria, a toda velocidad, esta vez contrarreloj.Una premisa sencilla pero genial que nos permite explorar el nivel a nuestro antojo la primera vuelta, buscando secretos y disfrutando de las excelentes animaciones y mecánicas únicas de cada nivel. Cuando llegamos al final, se activa la cuenta atrás y debemos poner en práctica el recorrido aprendido para completarlo a toda velocidad o tener que volver a empezar desde el principio.

Dentro de este esquema básico, McPig siempre experimenta. Cada nivel cuenta con una transformación o herramienta única, desde hacernos echar fuego por la boca o convertirnos en caballero con armadura, entre otras muchas que no queremos revelar. Pero no es que simplemente nos transformemos en caballero andante. Peppino se acerca a una espada en una roca, la saca, un rayo impacta sobre él y al reaparecer está enfundado en su armadura y una espada. Al tropezar rebotaremos de forma cómica protegidos por la armadura, al atacar usaremos la espada como si fuera el bastón del Tio Gilito en Duck Tales, al deslizarnos la armadura se comprime como en los mejores dibujos animados… No solo ello sino que en ocasiones encarnaremos al adorable Gustavo que, montado sobre su querida rata, ratalgará por los niveles. Cada una de las transformaciones y personajes disponibles cuenta con sus propios movimientos, siempre fluidamente encadenables, y animaciones. Ninguna de estas transformaciones se ha creado sin claro y conciso pensamiento del desarrollador, a pesar de que todas parecen una idea absurda que debería haber sido retirada durante el planteamiento del juego.

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La masa secreta

El estilo artístico de Pizza Tower quizás sea su aspecto más controvertido. A primera vista se nota que no es un estilo “limpio”, dando la impresión de que se ha dibujado todo con prisa y sin poner cuidado en los detalles. Nada más lejos de la verdad. El estilo de Pizza Tower es consistente de principio a fin y eso implica intencionalidad. Desde la primera animación al empezar el juego hasta los créditos todo es igualmente cutre y eso extrañamente eleva la cutrez hasta ser algo más, probablemente arte. Los distintos personajes que encontramos en las zonas de selección de niveles son todos extraños a su manera pero ninguno de sus diseños carece de imaginación. Lo mismo con los enemigos, que recuerdan a aquella saga que Nintendo abandonó, con sus formas que recuerdan a enemigos de Mario caricaturizados. Echamos de menos algún diseño más de enemigos pero no podemos quejarnos de la variedad presente y todos cumplen bien su labor como obstáculo y refresco de combo.

Luego está Peppino Spaghetti. Estos días, la mayoría de juegos bidimensionales cuentan con una animación minimalista, a veces ignorando incluso las caras de los personajes. Peppino es expresivo hasta el límite y cada acción tiene una, graciosa, reacción en su animación. Sus ojos se harán gigantescos y saldrán de sus cuencas, su boca echará llamas, sus suplex son gráciles como los de Rey Misterio, al correr sus pies se vuelven un remolino como si fuera el correcaminos… No hay un solo fotograma de Peppino desperdiciado y poco a poco se va convirtiendo en una presencia en nuestra mente. Pensar en pizza es pensar en Peppino.

Dignas de mención como colofón de la animación del juego los niveles de batalla contra jefes finales. Todos ellos comienzan con una animación “hiperrealista” de Peppino y su rival y van progresando a medida que avanzan como si de un nivel de Cuphead se trataran. Los jefes están tan fidedignamente animados como Peppino y, aunque no queremos hablar en detalle de ellos por mantener la sorpresa, basta decir que habrá más de una sorpresa durante estos encontronazos. Su dificultad es adecuada, llevándonos unos intentos pero no llegando a favorecer la alopecia nerviosa y cumplen una buena función para aumentar aun más la variedad en la experiencia de juego.

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Los decorados quizás podían contar con algo más de detalle. Al final, la mayoría de niveles no deja de ser una serie de bloques que delinean el propio nivel pero estos bloques son simples, a veces con un solo color. Estimamos que esto es una decisión tomada más por mantener la jugabilidad lo más legible posible, algo imprescindible en un juego donde la velocidad media del protagonista es de tres pantallas por segundo.

Por último no podemos cerrar este texto sin dedicar un espacio a la banda sonora. Se trata de la primera gran creación de Roman de Castel, alias “Mr. Sauceman” y menudo gran debut. Desde que jugamos el juego la canción que suena al final de cada nivel, mientras corremos hacia el principio a contrarreloj, aparece cada poco tiempo por nuestra cabeza sin avisar, molestándonos con su presencia. La música se asemeja al estilo gráfico en que comienza con lo que parecen notas sin ton ni son, pronto te mete un “riff” de guitarra y siete capas más y te encuentras parando un nivel para disfrutar más de una canción. Algunas de las canciones del juego ya se han propagado por la cultura videojueguil quizás más rápido que el propio juego. Merecido y esperamos la siguiente banda sonora de Mr Sauceman tanto como el siguiente juego de McPig.

Conclusión

Pizza Tower es un clásico instantáneo, un diamante que lleva cinco años bajo presión y por fin ha salido a la luz. Raro es el juego hoy en día que nos hace disfrutar de principio a fin sin una sola parte que pudiéramos eliminar, pero desde que cogimos inicialmente los mandos hasta el último momento se mantuvo una sonrisilla en nuestros labios, esa sonrisilla que viene de saber que estás jugando por primera vez un juego que estará instalado en tu sistema de por vida. Este es el año de los grandes remakes, de volver al pasado y perfeccionar lo que estaba ahí. De alguna manera, Pizza Tower hace eso con la saga Wario Land. Pero a pesar de, o quizás gracias a no tener los derechos de la saga homenajeada ha habido que crear, que imaginar. El resultado es un juego con su propia personalidad, capaz no solo de estar cómodo junto a su inspiración sino sobre ella. ¿A alguien más le ha empezado a apetecer una pizza?

Lo mejor

  • Estilo gráfico único
  • Un sistema de movimiento immejorable
  • Buena diversidad y cantidad de niveles
  • Perfecto para rejugar
  • Su banda sonora

Lo peor

  • Los decorados, muy simples
  • Echamos de menos algun diseño más para enemigos
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.