Minecraft Legends, análisis. Estrategia que convence

Minecraft supera con éxito su examen más esperado. Tras aprobar raspado su andadura por el ARPG, Blackbird Interactive traslada la licencia un horizonte que funciona a los mandos. La estrategia en tiempo real nos permite disfrutar de un nuevo punto de la vista en la franquicia, que adapta sus mecánicas y particularidades a un género tan diferente respecto al survival. ¿Hasta dónde llega? Te lo contamos a continuación.

¿Cómo se juega a Minecraft Legends?

Si has jugado a la versión original de Minecraft te servirán algunos de los conocimientos que obtienes durante el juego. Nos referimos especialmente a los materiales y de qué manera la exploración influye en la recolección de recursos. Pero hasta ahí. Las similitudes jugables entre los dos son pocas, y es que estamos ante un juego directo, donde prima la acción por encima de todo lo demás.

Tu personaje, el gran héroe de la aventura, siempre va a lomos de un animal que confiere diversas bonificaciones en la navegación. No podremos desmontarnos de él. Entonces, ¿cómo funciona la obtención de suministros? Muy sencillo: con los recolectores. Estos pequeños personajes aparecen tras depositar un cubo de recolección, quienes se encargarán de hacerse con todos los materiales a su alrededor del tipo que hayas indicado.

Como Minecraft, con esos materiales podremos fabricar numerosos utensilios con los que ampliar tus herramientas. La diferencia entre el original y Legends es que buena parte de esos recursos están dirigidos hacia la mejora de las capacidades ofensivas. La piedra, por ejemplo, sirve sobre todo para crear diminutos golems de piedra y sus puntos de reaparición.

Al no haber picos ni hachas, tampoco encontrarás espadas y armaduras. Sí, tienes una espada básica que sirve para asestar golpes de corte alcance, pero a lo que nos referimos es que el peso del combate se decanta hacia el lado de tus aliados: los mobs. Durante buena parte del modo campaña puedes llevar a 20 simultáneos, por lo que debes elegir bien el equilibrio de tu ejército. Cada tipo de mob está especializado en un rol concreto. Encontrarás algunos centrados en curar, otros en el derribo de torres, versiones potenciadas como los esqueletos arqueros y más habituales del bestiario de Minecraft.

La acción se traduce en el mando de la siguiente manera. Pulsando el botón X desplegarás la bandera de reunión, que hará que todo mob a tu alrededor comience a seguirte. Una vez en esta posición tus aliados estarán listos para lanzarse a la guerra. Si aprieta el botón Y los mandarás hacia delante, donde entablarán combate con todo enemigo o estructura rival que encuentren. Tan fácil como eso. Si quieres intervenir, apretando el botón B asestarás espadazos, como decíamos anteriormente. No haces mucho daño de esta forma. Se encuentra equilibrado para que la voz cantante la lleven quienes te acompañan.

Lo mismo ocurre con la fabricación. Manteniendo el gatillo izquierdo puedes ver en tiempo real la forma final de lo que vayas fabricar, que elegirás en los menús distribuidos con la cruceta y las opciones con los botones superiores. Tendrás varios tipos a tu disposición, desde algunas de cariz defensivo (las que más utilizarás), otras dedicadas a mejoras de la base, a crear los puntos de reaparición y otras que te ayudan a navegar por el escenario, como rampas que te permiten salvar grandes caídas. Como la fabricación interviene de diferentes maneras según el modo de juego, profundizaremos en ello en cada vertiente.

Campaña: el aprendizaje de tus herramientas

Durante nuestro avance decíamos que teníamos la sensación de que la posición de la campaña era meramente de tutorial. Lo cierto es que tras completarla las sensaciones se confirman. Nos encontramos ante un campo de pruebas en el que se te introduce a todas las mecánicas que tendrás que dominar en las partidas multijugador. Sin embargo, hay momentos que animan la experiencia más allá de una lección tras otra.

La premisa parte de que los goblins están llegando al mundo exterior, lo que pone en jaque la paz y la armonía de las criaturas ya conocidas que habitan el escenario. El Inframundo ha abierto numerosos portales por los que salen innumerables goblins de ellos. Conocimiento, como se llama uno de los personajes principales, nos guía por los elementos necesarios para poder emprender el viaje por derrotarlos.

La estructura de la campaña se basa en un pequeño mundo abierto que reparte las actividades por los biomas típicos de Minecraft. Una vez pasas el punto en el que se abren todas las oportunidades, que ocurre en la primera hora de juega, estará en tu mano de qué manera quieres abarcar la experiencia. Cada amanecer las tropas de los goblins intentarán asaltar los pueblos de los aldeanos, aliados relevantes que te preparan cofres con suministros. Crear defensas a su alrededor es el primer paso para no tener que acudir siempre en su auxilio.

Poco a poco tendrás que ir mejorando tus capacidades de diversas formas. Dejamos a un lado los típicos árboles de habilidades para dar paso a tu rendimiento en la batalla. Por ejemplo, para desbloquear nuevos tipos de mobs tan solo debes ayudarlos a resistir la opresión de su pueblo. Consiste en pequeñas misiones donde deberás cerrar el portal de turno, liberarles de sus jaulas o acabar con un número determinado de oleadas que sacuden su estabilidad.

El principal reto consiste en acabar con la influencia de tres señores de la guerra. Sus zonas de acción establecen tres bases especialmente fortificadas que se dividen según el nivel de desafío. Acabar con ellas y algunos puestos a su alrededor nos confiere el acceso a nuevas torres de mejora que colocar en la fuente principal, la base del héroe. Si queremos poder recolectar oro, tenemos que destruir la fortificación relacionada y luego construir la mejora en nuestra base, lo que permitirá a nuestros recolectores poder hacerse con ella en cada punto en el que la localicemos.

Tampoco conviene pasar por alto la exploración por el escenario. Algunas veces podremos encontrar cofres con los que ampliar el número de recolectores simultáneos y otras mejoras que aumentan nuestro poder. Completar la campaña nos ha llevado alrededor de 12 horas, dependiendo de lo que bien que sepas encajar tus piezas. Está disponible el cooperativo para que hasta cuatro jugadores puedan participar en la misma sesión de campaña. En solitario es una buena introducción a las mecánicas sin dejar a un lado lo divertidos que resultan los objetivos. Resolver los problemas a la hora de abordar el asalto a las bases es como jugar a Age of Empires en versión Minecraft, salvando las distancias. Y con el punto extra de rejugabilidad al ayudar a otros, ya que el mapa de la campaña se genera cada vez que se inicia una partida nueva.

Visualmente el juego convierte la estética clásica de Minecraft a un estilo mucho más estilizado, cercano al cartoon. Los assets son nuevos, incluso animaciones de los mobs y enemigos son nuevas respecto al juego en el que se basa. En Xbox Series X el juego se ejecuta a 60 imágenes por segundo sin ningún tipo de caída. Se ve nítido; es muy agradable a la vista. Por otro lado, el juego se encuentra localizado al castellano, tanto en voces como texto.

Multijugador, de asalto en asalto

Si la campaña supone el 50% de la experiencia, el multijugador competitivo ocupa la segunda mitad. Como decíamos en nuestra primera toma de contacto, Minecraft Legends es un “sorprendente Age of Empires en miniatura”. Aunque en el modo campaña ya se ve algún destello, no es hasta que te asomas al PvP cuando descubres su verdadero potencial.

El competitivo aglutina todos los conceptos de diseño que ofrece en el resto de su oferta, desde la defensa hasta el ataque. Las partidas cuatro contra cuatro enfrentan a dos equipos que tienen como objetivo destruir la base del rival, mientras que se aseguran de que la suya permanece lo más intacta posible. Este tira y afloja constante engancha rápido. La parte inicial de la partida se centra en ir desbloqueando nuevos recursos que utilizar para la fabricación, como el diamante, el oro y el tan deseado redstone.

Para que la partida sea algo más dinámica, en el centro del mapa se sitúa una fortaleza Pilgrim que genera constantemente oleadas de enemigos hacia las dos bases. Digamos que cumple la función de minijungla, ya que conviene atacarles para poder obtener prismarina y poder generar más aliados. Esta fase la harás durante aproximadamente diez o quince minutos. Es en el late game cuando la balanza comienza a decantarse hacia uno de los dos lados.

¿Por qué es deseado el redstone? Porque es el recurso que activa las herramientas más importantes de ataque, incluido el cañón de redstone. Su fabricación requiere bastantes recursos, pero una vez la completes realizarás bastante daño a la fuente (base) rival. El mapa no está limitado a cada base. Por ejemplo, al necesitar estar cerca del rival para poder utilizar el cañón, lo habitual es construir una nueva fortificación que gire alrededor de esta arma. Las herramientas son flexibles. Construir una muralla completa, un par de torres de arqueros y puntos de regeneración supone un esfuerzo colectivo fruto de la coordinación del equipo.

Es bastante divertido el multijugador, aunque tenemos la sensación de que las partidas se extienden demasiado. Durante esa fase final de la partida hay pocos elementos que decanten la balanza. El cañón de redstone no es suficiente; a menos que el equipo ataque a la vez con los mejores aliados generados, pocos elementos agitan el avispero lo suficiente.