Hogwarts Legacy
- PlataformaPS58.5XBS8.5PS48.5XBONSWPC8.5
- GéneroAcción, RPG
- DesarrolladorAvalanche
- Lanzamiento10/02/2023 (PS5, XBS, PC)05/05/2023 (PS4, XBO)14/11/2023 (NSW)
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorWarner Bros. Interactive Entertainment
Análisis
Hogwarts Legacy, análisis. Un juego mágico que nos atrapa en su hechizo
Nos adentramos en esta historia original ambientada en el universo de Harry Potter, un RPG de mundo abierto en el que perderse.
A los once años, Harry Potter se encontraba en la casa de sus odiosos tíos cuando recibió la carta. Sí, la carta en singular, porque es la misiva que cambió su vida para siempre. Como él, cientos de niños con aptitudes mágicas la han recibido a lo largo de los siglos, siempre a la misma edad... con excepciones. En Hogwarts Legacy, lo nuevo de Warner Bros. Avalanche, el protagonista accede al Colegio Hogwarts de Magia Hechicería en el quinto curso, es decir, a los quince años. Junto a él, el mundo mágico cobra vida y despliega su hechizo.
Avalanche Studios ha construido un RPG de mundo abierto con toques de aventura, que permite encarnar a un estudiante de la famosa escuela. Dentro de la peculiaridad que supone controlar a un aspirante a mago o bruja, la cotidianidad del día a día se plasma en las actividades de la escuela, los minijuegos, las tareas y las obligaciones, que de alguna manera nos recuerdan a nuestra realidad. Se aleja de esa rutina y abraza la extravagancia que le confieren los poderes arcanos.
Hogwarts Legacy narra una historia original ambientada en el mundo mágico, una aventura que no forma parte del canon, ya que J.K. Rowling, la controvertida autora de las novelas, no ha participado en el proceso creativo. Sin esas constricciones, el equipo ha podido realizar su propia interpretación desde el respeto a la obra original. Una precuela de Harry Potter sin Harry Potter, pero preñada de elementos de la saga.
Retumba el mundo mágico y un mago oscuro se alza
Nos situamos cronológicamente a finales del siglo XIX, en la Inglaterra victoriana. Todavía tendrán que pasar al menos cien años para el nacimiento del niño que sobrevivió. Antes de que Lord Voldemort sembrara las calles de cadáveres, antes de que Albus Dumbledore se convirtiera en director de Hogwarts, antes de que Newt Scamander escribiera el libro Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos... mucho antes de que todo eso ocurriera hubo otra historia no contada hasta la fecha.
Azuzados por la ambición del mago oscuro Victor Rockwood, comienza a gestarse una revolución violenta. Este individuo forja una delicada y frágil alianza con Ranrok, duende que como otros de la especie no profesa ningún cariño a los humanos. Por ello, el acuerdo entre ambos es endeble y volátil. Las noticias sobre la Rebelión de los Duendes han llegado y la comunidad mágica está preocupada por las repercusiones.
El protagonista de Hogwarts Legacy se adentra en este maravilloso universo de hechicería, pociones y criaturas mágicas, que al mismo tiempo cae sobre la otra cara de la moneda, la de la mezquindad, la violencia y el mal. No va a ser un año tranquilo para el personaje —llamémosle Gaius Retton en nuestro caso—, pues su don para la magia antigua lo llevará a ser elegido para hacer frente a la amenaza de Victor Rockwood. El argumento encaja como historia independiente, nos embarca en un periplo épico hacia la oscuridad, sin olvidar lo que supone la experiencia de ser un estudiante de Hogwarts.
Un personaje a medida: así funciona el editor y la selección de las Casas
Los desarrolladores han optado por no diseñar al protagonista. En juegos como Mass Effect, cabe la posibilidad de utilizar a un personaje prefijado, un héroe que todo el mundo reconoce. Ya sea la versión masculina o femenina, la gente se acuerda del rostro “oficial”, por así decirlo, aunque también se pueda crear y modificar al gusto de cada uno. En el caso de este título, resulta más complicado acordarse del personaje genérico porque se ha concebido para que el usuario viva en sus propias carnes la experiencia de Hogwarts.
En un medio como el de videojuego, no es extraño que el héroe sea mudo, puesto que algunos consideran que eso contribuye a la inmersión, a que el jugador se sienta dentro de la piel del avatar. Sin entrar a discutir si esto es así o no —siempre caben los matices—, en esta obra se opta por dotarlo de voz y de personalidad. No se implementan decisiones morales, pero las opciones de diálogo moldean al personaje.
El editor es muy completo y nos permite crear al personaje partiendo de una serie de modelados diferentes, sobre los que a continuación realizaremos las modificaciones pertinentes. Elegiremos la forma de la cara, el color de piel, tipo de peinado, pecas y lunares, cicatrices y marcas, color de ojos, de cejas, sus formas, los complementos (gafas), etc.
Sebastian Croft (Heartstopper) ha grabado la voz que se identifica como masculina, mientras que Amelia Gething (Emily) ha hecho lo propio con la femenina. Sea como fuere, el estudio se ha distanciado de las polémicas declaraciones y ha desvinculado los tipos de cuerpo de la voz, de modo que es posible asignar cualquiera de las dos con independencia de cómo luzca el héroe. El único requisito es elegir si duerme en el dormitorio de brujas o de magos. También deberemos proporcionarle un nombre. Un detalle a tener en cuenta es que han introducido un personaje abiertamente trans.
Todo alumno de Hogwarts que se precie se somete al juicio del Sombrero Seleccionador en el Gran Comedor. Esta ceremonia se lleva a cabo entre los alumnos de primero, pero con nuestro protagonista se hace una excepción. A los quince años tendrá que descubrir si pertenece a Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff o Ravenclaw.
Quizá parezca que la decisión final depende el viejo gorro, pero al final es el propio alumno el que tiene la última palabra, como le ocurrió a Harry. Esta responsabilidad se traslada al jugador, que es el que dará o no el visto bueno. A partir de entonces representará a su Casa durante toda su estancia en el colegio. Se formulan un par de preguntas y El Sombrero sugiere una Casa en función de las respuestas. Si no estás conforme siempre puedes elegir otra.
El mundo mágico como nunca lo habíamos visto en los videojuegos
Videojuegos como Harry Potter y la Cámara Secreta, el Prisionero de Azkaban o la Orden Fénix, los tres editados por Electronic Arts junto a sus respectivas películas, abordaron un diseño jugable más o menos abiertos, pero a una escala completamente diferente a la de Hogwarts Legacy. La evolución tecnológica juega a favor de Warner Bros. Avalanche, además del tiempo de desarrollo, no constreñido por la necesidad comercial de coincidir con ningún otro producto.
El título aspiraba a convertirse en la fantasía definitiva del mundo mágico, un objetivo que logra alcanzar con creces. Este es el juego que los seguidores de otras generaciones hubieran deseado en su infancia, una obra que traslada el universo de Harry Potter al detalle, a través de un mundo abierto que rompe los muros de Hogwarts y se extiende por un sinfín de localizaciones, tanto de las películas como de los libros.
En el debate sobre los mundos abiertos suelen surgir dos modelos antagónicos: el clásico de puntitos y otro tipo de concepción de diseño más orgánica que se basa en la exploración y el descubriento. Da la impresión de que siempre nos movemos en el rango de los absolutos, o algo es así o asá. Pero existe un punto intermedio, como en el caso de este juego.
Uno de los puntos cruciales a la hora de valorar el diseño de los mundos abiertos tiene que ver con el contenido, lo que ofrece al jugador. Aunque no todas las misiones secundarias están igual de inspiradas, los personajes conectan el mundo mágico, amplían y perfuman los detalles con matices de color. En ese sentido, la construcción de mundo es compacta porque todos sus elementos dan cohesión y complementan la historia principal. Por otro lado, la variedad a la hora de obtener los coleccionables se refuerza con mecánicas variadas. Minijuegos, desafíos con la escoba y otras actividades contribuyen a fomentar la exploración del mapa, no tan extenso como el de otras sagas, pero lo suficientemente amplio como para requerir un sistema de transporte y de viaje rápido.
Sobre la escoba (o sobre una criatura mágica), el estudiante viaja de un lado a otro, pese a que no es posible acceder a todos los lugares. Por ejemplo, si intentas entrar en Hogsmeade o subir a una montaña aparecerá una barrera invisible que te impide entrar, un detalle que nos ha parecido de otra época. Lo mismo que en algunas misiones principales, cuando sale un mensaje en pantalla que indica que debes volver al lugar de la misión antes de que finalice la cuenta atrás.
Un sistema de combate variado, ágil y divertido
El aprendizaje de hechizos es uno de los objetivos de todo estudiante en Hogwarts, pero trasladar la experiencia a un videojuego tiene sus desafíos. Al igual que en los juegos clásicos de Electronic Arts, la mayoría de los encantamiento se aprenden mediante un sencillo minijuego, en el que el jugador debe seguir una ruta concreta y pulsar el botón que se indica en pantalla en el momento preciso.
Todos los hechizos se colocan en una rueda de cuatro encantamientos personalizable, cada uno asignado a uno de los botones. Más adelante se abre la posibilidad de conseguir ruedas adicionales, por lo que resulta más sencillo acomodar los conjuros según los deseos del jugador. En el fragor del combate, cambiar de rueda puede suponer la pérdida de unos milisegundos, lo que tal vez afecte al tiempo de reacción. Por eso es preciso aprender a dominarlo con la mayor rapidez posible.
El sistema de combate es una de las sorpresas de Hogwarts Legacy. Ágil, dinámico y con los ingredientes necesarios para que luchar sea una experiencia divertida. Podemos esquivar, fijar la vista en un enemigo, bloquear, contraatacar, etc. Si un rival activa una barrera Protego, en función del color tendremos que usar un tipo de hechizo concreto para rompela. Como no podía ser de otro modo, los patrones difieren según el tipo de enemigo, también contra los jefes finales.
Más allá de los conjuros, el juego implementa objetos adicionales que se emplean en el combate y que se asignan al botón L1. Por citar un ejemplo, si equipas una Mandrágora y la lanzas contra el enemigo esta empezará a atacarlos durante un período de tiempo concreto.
Unido al sistema de combate, la progresión amplía las opciones y nos brinda la oportunidad de distribuir los puntos de talento en cinco ramas distintas: hechizos, artes oscuras, principales, sigilo y Sala de los Menesteres. Nuevos efectos para los hechizos, mejoras, funcionalidades inéditas como deslizarse rápidamente de un punto a otro, entre otras muchas cosas.
Al igual que en otros RPG, la personalización va más allá de los estético y nos sirve para mejorar las características del personaje. Podemos equipar accesorios de mano, para la cara, para la cabeza, para el cuello, así como túnicas y aspectos. Lo que menos nos ha gustado es que el inventario se llena muy rápido, pese a que al superar los minijuegos de las Pruebas de Merlín podremos ampliar el espacio.
La violencia pura y dura no siempre es la solución más inteligente. En según qué situación vale más la pena estudiar el entorno y utilizar el sigilo. Por desgracia, las mecánicas de este estilo no sobresalen en Hogwarts Legacy. Son simples y no tienen profundidad alguna: basta con acercarse al enemigo por detrás y lanzarse el hechizo Petrificus Totalus.
La Sala de los Menesteres, ¿cómo funciona?
Dicen que a lo largo de la historia de Hogwarts algunos alumnos se dieron de bruces con La Sala de los Menesteres, una habitación especial que solo aparece en caso de extrema necesidad. En este videojuego, el personaje la empleará como una especie de base de operaciones. Allí construimos mesas de pociones, telares y otros instrumentos que nos ayudarán a mejorar objetos del inventario y a craftear. Desde el punto de vista estético, la sala se puede personalizar con distintos elementos, que colocamos según los gustos de cada uno.
La Sala de los Menesteres cuenta hasta con una especie de vivero. Los animales rescatados vivirán en ese entorno natural y de ensueño, sin los peligros que supone el mundo real. No es que las mecánicas sean demasiado elaboradas, pero el personaje tiene la opción de cepillar el pelo, alimentar y mimar a las criaturas mágicas. ¿La recompensa? Recursos para crear pociones, vestimentas y más.
Un espectáculo audiovisual con algunos problemas
El cuidado que Warner Bros. Avalanche ha puesto en la reproducción del mundo mágico salta a la vista. El castillo, sus pasillos, recovecos y vericuetos nos conducen a la aventura, reaccionan ante los encantamientos, cambian ante nuestros ojos.
La magia estalla en hebras de color al iniciarse el choque de varitas. Frente a frente, el protagonista y los enemigos inundan la pantalla con efectos de luz y sonido.
Pese a todos los esfuerzos, el aspecto técnico es un tanto irregular y depende en gran medida de la configuración gráfica elegida. Los modos Fidelidad y Trazado de Rayos disminuyen la tasa de frames de forma significativa; el modo Rendimiento prioriza el framerate, pero a costa de los gráficos. Los que tengan la oportunidad deberían probar el modo Equilibrio, solo activable en algunas televisiones: mejora la resolución sin dañar el rendimiento. Las mayores tasas de framerate se consiguen en el modo Equilibrio HFR, también pensado para televisiones compatibles.
Se dan ciertas irregulares a nivel gráfico. Las expresiones faciales del protagonista lucen artificiales, al igual que los gestos de muchos personajes secundarios. Otros, en cambio rinden a mejor nivel. El resultado final depende en gran medida del modo gráfico elegido, pero también hemos detectado tironcitos y otros defectos gráficos. El recurso de los fundidos en negro entre secuencias, como en Forspoken, no es elegante y queda un poco cutre.
Desarrollado bajo el motor gráfico Unreal Engine 4, al juego le vendría bien una capa adicional de pulido, bien es cierto que al menos no nos hemos topado con Bugs reseñables.
No concluiremos este análisis sin destacar la banda sonora. El compositor Alexander Horowitz parte de partituras de John Williams y confecciona un universo musical que encaja a la perfección con el mundo mágico. Además, el tema principal de las películas de Harry Potter (Hedwig’s Theme) se escucha durante la aventura, a veces entremezclado, otras de forma más cristalina.
La atmósfera se constituye utilizando un conjunto de distintos elementos que van más allá de los gráficos. El sonido ambiente colorea las estancias de Hogwarts con las voces de los alumnos, el ruido de los pasos, el revolotear de las llaves que sobrevuelan los tejados o el parloteo incesante de los cuadros. En el exterior, los sonidos de la naturaleza cobran protagonismo, las criaturas mágicas rugen, maúllan, cacarean... El resto de sonidos nos recuerdan en todo momento que estamos en un lugar especial, exótico y mágico.
Conclusión
Hogwarts Legacy es el mejor juego ambientado el el universo de Harry Potter. El título desarrollado por Warner Bros Avalanche es un RPG que narra una historia original dentro del mundo mágico, cien años antes de los acontecimientos de las novelas. El juego nos permite crear a nuestro propio estudiante, que tendrá que hacer frente a la Rebelión de los Duendes mientras aprende nuevos hechizos. Dotado de un sistema de combate ágil y variado, podremos luchar contra todo tipo de enemigos, cada uno con sus patrones determinados. La aventura se articula dentro de un mundo abierto de puntitos, pero las historias que se narran dan cohesión al mundo, a los personajes y al propio protagonista. Es cierto que no hay decisiones morales como tal, pero el jugador puede moldear la personalidad de su personaje a través de los diálogos. Le falla el pulido técnico, algo irregular, así como algunas mecánicas como el sigilo o los fundidos en negro. Por lo demás, un producto más que digno lleno de opciones y de aventuras.
Lo mejor
- La mejor aventura ambientada en el mundo de Harry Potter: una recreación maravillosa
- Las misiones secundarias dan contexto y colorean la historia
- El argumento principal tiene entidad propia y funciona como historia independiente
- Un sistema de combate vibrante y divertido
- Variedad de actividades, minijuegos y situaciones
Lo peor
- Gráficamente irregular en algunos puntos
- Cambiar de sets de hechizos en el combate podría ser más ágil.
- Mecánicas como el sigilo, muy simples
- El mundo abierto como tal es bastante convencional
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.