Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon, análisis. Platinum fuera de su zona de confort

Algunas veces apetece salir de tu zona de confort. Con Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon, dejamos atrás el hack and slash adrenalínico de la trilogía principal para dar el salto a una experiencia radicalmente opuesta. De los demonios y el infierno pasamos a un auténtico cuento de hadas. Y es que Platinum Games nos demuestra su saber hacer cuando las circunstancias cambian.

Nuestro paso por esta precuela es positivo. Nos convence. En el contacto cercano se desprende de la etiqueta de un juego para fans. Es una aventura ligera y agradable, que aporta en algunos momentos destellos de un potencial palpable. Hay buenas ideas que no se desarrollan lo suficiente como para dar el salto a un notable alto, pero que están ahí para elaborarlas en caso de una hipotética secuela.

Entre viñetas interactivas

Quienes hayan podido echar un vistazo al material promocional conocerán de sobra el atractivo visual de esta entrega. Rebosa identidad. Platinum Games traslada a la Bruja de Umbra a sus inicios desde niña. Este cambio de rasante respecto a su versión adulta también se transmite en presentación, estructura y estilo jugable. Cereza es una niña frágil, carente de la experiencia por la que es conocida de adulta. Su incursión en el bosque de las hadas le llevará a conocer su verdadero potencial en las artes mágicas.

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De una aventura en 3D de cámara libre pasamos a una de perspectiva cenital con cámaras fijas. La amplia gama de colores que desprenden lo que te rodea se utiliza en un estilo de acuarela, como si los escenarios se pintaran sobre el lienzo en blanco de un libro por escribir. Nuestro análisis se ha realizado en el modelo OLED de Nintendo Switch, por lo que podéis imaginar de qué manera ayuda el panel a crear vida por los escenarios. Parece querer desbordar por los marcos de la pantalla.

No tenemos dudas al calificarlo como uno de los exclusivos de la consola de Nintendo que mejor lucen en portátil. En modo dock pierde por la evidente caída de la resolución, especialmente en televisores de grandes dimensiones. Pero el framerate se mantiene sólido en ambos modos. Sea cual sea la que elijas, la ejecución es buena. De hecho, las escenas de vídeo hacen el efecto de colorearse en tiempo real sobre los dibujos, que son los protagonistas.

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Las decisiones en el plano audiovisual son excelentes. Sí, lo extendemos al plano sonoro. Muchas de las acciones que realizamos vienen acompañadas por leves tonos de un solitario piano. Ese tipo de acompañamiento ambiental nos recuerda inevitablemente al estilo que pone en práctica The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Sin embargo, en momentos de acción la orquesta se rompe entre instrumentos de cuerda para elevar la épica. Os recomendamos que no dejéis de lado la banda sonora: os perderéis grandes temas que sorprenden para el tono utilizado durante el grueso de la aventura.

Una aventura a dos sticks

Ya durante el avance que compartíamos a finales del mes de febrero incidíamos en la mecánica predominante del juego. Cereza casi siempre va acompañada de su inseparable Cheshire, el primer demonio invocado por la bruja que sin quererlo adopta la forma de su muñeco de trapo. Esta unión da sentido a la estructura jugable tanto dentro como fuera del combate.

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Cuando al inicio hablábamos de una aventura ligera no lo decíamos sin motivo. La aventura se desarrolla en niveles interconectados que ofrecen algunas rutas alternativas a medida que desarrollamos los poderes de Cheshire. No llega al punto de convertirse en un metroidvania puro, pero tiene trazas que invitan a los jugadores a revisitar escenarios y poder obtener una recompensa por ello, que habitualmente es necesario para poder conseguir las mejores habilidades. No demanda demasiado de ti, aunque abre una ventana para que si quieres, explores.

Durante el camino hacia la misión principal o simplemente recorriendo el mundo, se requiere la colaboración de ambos personajes para superar los obstáculos. Estas pequeñas barreras siempre están ligadas a uno de los poderes de Cheshire. No podemos señalar en detalle cuáles son y de qué manera se reflejan en el mundo. Tan solo os podemos compartir al Cheshire Ígneo, la versión del demonio que altera sus habilidades para realizar movimientos de fuego.

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Estos cambios se realizan al vuelo pulsando el botón correspondiente. Siguiendo con el ejemplo, a menudo nos encontraremos con bloques de hielo que ocultan secretos o caminos. Simplemente utilizando un ataque de este poder nos abriremos paso. Lo mismo ocurre en combate, Si un enemigo está rodeado por una barrera gélida, tendremos que utilizar el elemento del que es débil para poder realizar daño. Si con el stick derecho controlamos a Cheshire, con el izquierdo hacemos lo propio con Cereza. El combate se resume en apenas dos botones. La voz cantante la lleva el gatillo derecho, que es el que realiza la mayor parte del daño; en cambio, con el gatillo izquierdo podemos rodear a los enemigos con unas hiedras invocadas por Cereza, lo que les paraliza durante uno segundos.

Potencial y los detalles para fans

Tras completarlo, Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon trasmite la sensación de estar dividido en dos bloques firmes. El primero, que se extiende hasta el capítulo 6, se enfoca durante demasiado tiempo en hacer comprender al jugador las mecánicas básicas del juego. El segundo es todo lo contrario: encontramos la presentación de mecánicas con un ritmo altísimo que apenas da lugar a la pausa. Por un lado está bien. El aprendizaje de esta aventura a dos sticks es necesario para afianzar los momentos que nos demanden un poquito más a los mandos. Sin embargo, la segunda mitad no te permite saborear completamente lo que te introduce.

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Sobre todo nos referimos a algunos poderes de los que no os podemos hablar en detalle. Uno de ellos concretamente crea un efecto interesante en cuanto a la movilidad de ambos protagonistas por el escenario. Pero todo dura el pequeño trámite hasta encadenar el siguiente momento narrativo. Nos gustaría que se tomara algo más de tiempo para desarrollar las ideas que intenta plasmar. Ocurre demasiado en un espacio corto de tiempo.

Lo que se mantiene estable de inicio a fin son las denominadas como Tir na nÓg. Sí, lo hemos escrito bien. En la práctica nos introducen en pequeñas arenas que viran entre situaciones de combates y pruebas de coordinación. Nos gustan mucho sobre todo las segundas. Por ejemplo, una de ellas es un puzle en el que cada personaje está en un camino diferente. Al activar un mecanismo en uno, se abre una puerta en el contrario y viceversa. Todo ello a contrarreloj, pues tras nosotros hay un rodillo gigante que nos aplastará si no somos lo suficientemente hábiles. En esos momentos el juego brilla con luz propia. Es en este tipo de desafíos cuando cobra más sentido que nunca su núcleo jugable. Está realmente bien llevado cuando se trata de poner en práctica los dos sticks.

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El combate, por otro lado, es simplemente cumplidor. Nos hubiera gustado que Cereza tuviese más peso con sus poderes, y es que Cheshire puede absorber todo el daño que quiera, ya que la salud está conectada únicamente con Cereza. El demonio cuenta con una barra mágica que limita sus habilidades cuando las usa de manera continuada. Si lo invocamos con el botón superior izquierdo, lo recargará al convertirse en el peluche que abraza Cereza. En sus brazos está seguro.

Volvemos a otro de los puntos del inicio. Es disfrutable como juego único si nunca habías entrado en el universo de Bayonetta. Su presentación y cómo te introduce al mundo te dan los datos necesarios para que puedas jugarlo sin tener bagaje alguno. Evidentemente si eres fan de la saga sabrás apreciar los datos que se arrojan. Hay momentos que sacarán una sonrisa al entusiasta. Completamos la aventura en 12 horas y media, jugando un poco con las oportunidades secundarias del mapa. Hasta ahí podemos leer.