OTXO
- PlataformaPCNSW6PS4PS5
- GéneroAcción
- DesarrolladorLateralis Heavy Industries
- Lanzamiento20/04/2023 (PC)28/03/2024 (NSW, PS4, PS5)
- VocesInglés
- EditorSuper Rare Originals
Review
Análisis de Otxo, el hijo ilegítimo de Hotline Miami, Max Payne y The Binding of Isaac
Imagina un roguelike de Hotline Miami con combos y bullet time. Así es Otxo, el nuevo y adictivo arcade de vista cenital que ofrece aún más acción en vena.
Todo el mundo conoce Hotline Miami. Hasta tu padre, ese que no ha tocado un mando en su vida. Puede que tu progenitor no sepa de videojuegos, pero seguro que le gustan las películas de Keanu Reeves, el cine de acción o mejor aún, ambas cosas. Siendo así habrá visto la saga John Wick y su apoteósica cuarta entrega. Recordará ese plano secuencia de vista cenital en el que veíamos al protagonista entrando en una casa y desatando una nueva masacre.
Si le suena ese plano, entonces cuenta como si también conociera Hotline Miami, el juego en el que se basó la escena y de cuyo éxito han nacido decenas de arcades clónicos con un propuesta similar. Y quizás el mejor de todos ellos sea el que hoy nos ocupa, Otxo. Porque hablar de Otxo sin mencionar Hotline Miami es como abordar la Biblia sin pronunciar el nombre de Dios.
Este indie desarrollado por Lateralis Heavy Industries bien podría pasar por un spin off de la saga de Devolver. Tiene el mismo esqueleto, la misma fórmula, y simplemente se dedica a añadir algunas opciones que a todos se nos pasaron por la cabeza al ponernos la máscara de pollo. ¿Y si en vez de morir de un golpe tuviéramos una barra de vida? ¿Y si hubiera un medidor de combos? ¿Qué tal si añadiéramos bullet time y jefes gigantes?
Pero sin duda, el cambio más grande está en el diseño de sus niveles. Las distintas salas que atravesamos no están pensadas al detalle, sino que se generan de manera procedural. Cambian de una partida a otra y sacrifican parte de su calidad a costa de ser infinitas. O dicho de otro modo, Otxo también es un roguelike, como mezclar Hotline Miami con The Binding of Isaac.
A base de sumar todos estos pequeños grandes cambios el juego acaba encontrando su propia personalidad. No es tan prueba y error como aquel en el que se inspira. No se basa en memorizar la coreografía adecuada y repetirla hasta ejecutarla de manera perfecta. Tampoco es tan rápido y difícil ni su respawn tan breve y adictivo. Esos ingredientes están, pero en diferentes cantidades. Mismo aspecto, diferente gameplay.
Aquí la barra de vida y el medidor de combos premian pensar menos y atacar más. No hay tanto ingenio detrás de sus niveles y lo que importa no es tanto la precisión como evitar quedarse quieto. Su bullet time reitera que a ningún juego le sienta mal la cámara lenta y pone en manos de dominarla que nuestra experiencia sea más o menos asequible y más o menos espectacular. Nosotros seguimos prefiriendo la experiencia original, pero al César lo que es del César: Otxo también divierte, engancha y resulta un arcade estupendo.
Si le sumáis una banda sonora de lo más cañera y particular (en perfecta consonancia con lo críptico de su historia y lo macabro de su lore) seguro que entenderéis porque Otxo ha terminado por ser el producto derivado de Hotline Miami más fascinante desde Midnight Animal, aquel mod pseudo oficial que acabó en tragedia. ¡Si es que hasta el mismísimo Spencer Yan ha colaborado en su desarrollo!
Su estética en blanco y negro no nos ha terminado de convencer y confesamos haber tenido nuestros más y nuestros menos con la sensibilidad y el sistema de apuntado, pero el verdadero problema que le encontramos a Otxo es que su apuesta por el género roguelike no es tan solvente como cabría esperar. Apenas notamos variedad entre sus salas y la progresión es nula, pues la mayoría de habilidades pasivas sirven de poco y las runs no dependen de nuestras mejoras sino de de la semilla que toca.
¿De qué sirve tener niveles infinitos cuando en las 5 horas que lleva darle una primera vuelta ya lo habremos visto todo? En The Binding of Isaac por ejemplo siempre había algo nuevo por desbloquear y descubrir. Existían un montón de modificadores que lo ponían todo patas arriba de una partida a otra, por no hablar de la cantidad y calidad de sus builds. Otxo se acaba volviendo repetitivo y su diseño pone en valor el de Hotline Miami, cuyos puzles rebosaban un nivel de ingenio y desafío imposible de alcanzar con fases procedurales.
Conclusión
Otxo es un descendiente de Hotline Miami que los fans de aquel deberían probar aunque sólo sea por la cantidad de ideas que aporta a la fórmula original. Que si bullet time, que si modo roguelike, que si barra de combos y de vida. Engancha, divierte y a nivel jugable se siente distinto a los juegos de Devolver. Aún así no todas sus ideas caen de pie ni tienen el desarrollo suficiente. Su estética, progresión y variedad acaban cansando demasiado pronto para lo que se espera de una propuesta procedural. Por eso es una alternativa estupenda, porque primero os entretendrá durante un par de tardes y después os hará valorar la máscara de pollo y tendréis ganas de volver a ponérosla.
Lo mejor
- Funcionen mejor o peor, prueba muchas ideas en la fórmula original.
- A nivel jugable consigue tener personalidad propia.
- Como arcade engancha, divierte y es una alternativa a Hotline Miami.
- La música.
Lo peor
- La estética.
- Falta dificultad y progresión
- Sensibilidad y modo de apuntado.
- Como roguelike carece de contenidos, se vuelve repetitivo y hace añorar los niveles artesanales.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.