Análisis de Madden NFL 25, un primer down por pulgadas

La NFL tiene fama de imprevisible, pero en los últimos 20 años siempre hay un elemento comun: dos tíos dominando la liga. Primer Tom Brady, y ahora Patrick Mahomes, han hecho de la liga del deporte rey en EEUU -con permiso del béisbol- su cortijo particular, y así seguirá siendo mientras el quaterback de los Kansas City Chiefs no sufra de alguna lesión importante. Lo que no es imprevisible es la llegada cada temporada de la nueva entrega de la saga deportiva más longeva de la actualidad -desde 1988 en liza-, y que de nuevo, nos ofrece un título solvente. Madden NFL 25 no es la excepción.

Cada temporada la saga -y todas las deportivas, realmente- hace gala de expresiones rimbombantes que pueden significar un cambio a mayor o menor escala. Unos años era FieldSense, esta vez toca Boom Tech, que viene a ofrecernos un sistema de animaciones y colisiones sobre el césped más realista, teniendo en cuenta parámetros del atacante y el defensa como ball carrying o tackling, respectivamente. Esto tiene repercusión en todas las situaciones en juego, haciendo que estas características tengan una mayor importancia que en otras temporadas, dejando menos lugar para acciones un tanto aleatorias que se podían dar, tales como intercepciones completamente inverosímiles.

La franquicia lleva ya años trabajando a buen nivel desde el punto de vista de las animaciones, y ya el año pasado se vio un progreso importante en cuanto a la ausencia de los clásicos bugs en los que, con varios jugadores en el suelo, veíamos extremidades traspasando el cuerpo de algún rival o compañero. Lejos de eso, y aunque gran parte del trabajo en este sentido se recicla, seremos testigos de placajes aún más realistas, pudiendo ver algunos a la altura de la cintura totalmente espectaculares, dignos de una spear de Roman Reigns.

Hay más mejoras sobre el verde, y una de las más importantes encantará a los estrategas antes de snap, con muchas más opciones pre-snap. Después de ver una suerte de “vista previa” de la jugada, con los bloqueos si es carrera, o rutas si es pase, ahora podemos hacer mucho más que cambiar de lado en la carrera, o cambiar la forma de la ruta si vislumbramos un punto débil en la defensa. En esta ocasión, es posible incluso decidir la profundidad específica de la ruta del receptor, pudiendo hacer un cut -ruta en forma de garfio- más corto que el que marca por defecto la jugada, si por ejemplo solo queremos ganar unas pocas yardas para asegurar el primer down, en lugar de ir a por más y arriesgar innecesariamente.

Mención aparte cabe hacer al apartado visual. Seguimos hablando de una saga que continúa siendo intergeneracional, con lo que el verdadero salto se resiste, pero qué duda cabe que técnicamente está a un nivel fantástico. Madden NFL 25 presume, de nuevo, de tener la mejor presentación del género, desde la entrada de los jugadores al césped hasta los elementos televisivos, todo juega en pos de la espectacularidad, algo que una vez más, es absolutamente irreprochable.

Un fumble fuera del estadio

Hay que agradecer a EA que haya trabajado, y mejorado, los terribles menús de Madden NFL 24, y no solo porque fueran poco intuitivos, que también, sino porque tenían un lag completamente insufrible. Quienes jugaran aquel sabrán que no es una mejora baladí. Lamentablemente, pocos cambios a mejor más podemos mencionar en cuanto al contenido, y de nuevo, nos encontramos con una fotocopia de lo que viene siendo Madden en los últimos años, para bien, y para mal.

Hay que hablar especialmente de dos modos de juego. Uno de ellos es, cómo no, Ultimate Team, la gallina de los huevos de oro de EA también en EA Sports FC, y de cualquier saga deportiva, y es que el coleccionismo de cartas sigue dando pingües beneficios. No sabemos hasta cuándo aguantarán los jugadores -los de de EA Sports FC, antes FIFA, se quejan mucho pero siguen tragando temporada tras temporada-, pero este tipo de modo tiene muchos problemas. O dos, básicamente, pero muy importantes. Uno de ellos es, por supuesto, la presencia de micropagos en un juego de precio completo, y es que seguir viendo mecánicas de gacha en un juego de 80 euros sigue siendo desolador, aunque hay que dejar claro que esto, ni es exclusivo de Madden, ni de EA: también lo vemos en sagas como NBA 2K o MLB The Show. Géneros como el shooter, en juegos como Star Wars Battlefront II u Overwatch, han sabido reinventarse y adoptar nuevos modelos de negocio, pero del deportivo está totalmente estancado en la apertura de sobres con contenido aleatorio.

El otro problema que hay que plantearse es el farmeo necesario para conseguir buenas recompensas, y es que una vez más, si queremos mejorar nuestro equipo de manera notable, hay que jugar. MUCHO. Los desafíos que se nos proponen son un arma de doble filo, ya que es cierto que muchas veces nos animan a jugar de manera diferente a como estamos acostumbrados, pero por el otro, en ocasiones nos vemos obligados a llevar a cabo un proceso de farmeo que ni siquiera es divertido.

Por suerte, ahí está una vez más Franchise, el modo favorito de los fans, para regalarnos centenares de horas de football durante toda una temporada. A pesar de haber pasado unos cuantos años de importante estancamiento, aunque en Madden NFL 22 se le dio un lavado de cara importantísimo para ofrecer muchas más opciones, hasta el punto de que en este momento, es dificilmente mejorable. En Madden NFL 25 lo que descubrimos es una presentación en la ceremonia del Draft más trabajada, en la que Roger Goddell, comisionado de la liga, hace acto de presencia para presentar a las 10 primeras elecciones, mientras que para las restantes, vemos las habituales celebraciones en familia, cada uno en su casa rodeado de bebidas y canapés. No es una mejora game changer, pero insistimos, seguramente se trate del mejor modo Franquicia de todo el género deportivo y cuenta con poco margen.

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