Review
Análisis de Herdling, una experimental aventura de pastoreo en el fin del mundo
Los creadores de la reconocida saga Far vuelven a apostar por un título de corte muy alternativo, aunque en esta ocasión su propuesta no termina de cuajar.
Con la ya lejana explosión del desarrollo independiente del videojuego y las bondades de la distribución digital, se dio la situación ideal para que se publicaran videojuegos de lo más arriesgados, para que cualquier creador pudiera plasmar su sueño sin tener que someterse a los caprichosos designios de las tendencias del mercado ni tener que convencer a ninguna gran editora de que su alocada propuesta es rentable económicamente. Ello nos ha permitido disfrutar en la última década de algunos de los títulos más refrescantes e interesantes del panorama del entretenimiento digital, con lanzamientos que habrían resultado complejos o directamente inviables siguiendo las antiguas directrices del sector del videojuego.
Este paradigma permitió por ejemplo que lo que era un proyecto de doctorado para la Universidad de las artes de Zurich en 2015 se convirtiera en un lanzamiento comercial 3 años después. El responsable de dicho proyecto, Don Schmocker, se alió con un estudiante con el que compartía aula en la citada universidad, Goran Saric, y ambos fundaron la pequeña desarrolladora independiente Suiza Okomotive en febrero de 2017. Con el germen de aquel proyecto de doctorado se publicaría en 2018 FAR: Lone Sails, un muy original videojuego donde hay que avanzar a través de un desértico paisaje postapocalíptico a lo mandos de un curioso vehículo/barco. Un juego fresco y evocador como solo podemos encontrar en el sector independiente, y que tendría su correspondiente continuación en 2022 con Far: Changing Tides.
Herdling, que se publica el 21 de agosto de este 2025 que ya enfila inexorablemente hacia su tercio final, es la nueva propuesta de Okomotive. Nuevamente un título diferente, que busca salirse de los cánones más tradicionales, y si bien aplaudimos la valentía de facturar este tipo de propuestas, lo cierto es que Herdling no nos ha convencido y nos ha parecido un título que carece de la chispa de los mencionados FAR. El nuevo juego de los Suizos nos invita a guiar un rebaño de adorables animales por las mesetas y montañas de un mundo en ruinas, en una aventura sin casi complicación que busca ofrecer una experiencia evocadora de jugabilidad simple, pero en última instancia todo resulta bastante tosco y carente chispa. Disponible en PC y en consolas domésticas actuales.
El pastor del fin del mundo
Herdling es una aventura completamente muda, no hay ningún tipo de diálogo ni texto en todo el juego, más allá de los invasivos tutoriales de función de botones. El protagonista del juego es un joven que despierta en una ciudad en ruinas, y sin mayor explicación va recogiendo unos animales llamados calicornios, con un aire a simpáticos bisontes, para formar un rebaño al que dirigir cara una meta desconocida. Hay una serie de pinturas a lo largo del uego que sugieren un bosquejo de trama, pero todo resulta muy difuso y no llegamos a saber prácticamente nada ni de los personajes ni del universo donde transcurre el juego.
El título busca ser una experiencia ligera, pero no termina de funcionar. La jugabilidad es muy simple, debemos ponernos detrás del rebaño de animales y guiarlos cara al fondo de la pantalla, pulsando un botón que les indicará hacia donde ir. Podemos ralentizar su paso y aceleralo en una suerte de estampida, pero todo resulta algo tosco y no excesivamente satisfactorio. Hay situaciones donde habrá que ser cuidadosos con la senda de los animales, ya que pueden sufrir daño, y en última instancia incluso morir, aunque hay que ser bastante descuidados para que esto ocurra. Podemos curar a los animales heridos con unos frutos que recogemos en los escenarios. También hay situaciones donde nos separamos del rebaño, no mucho, para explorar y activar algún mecanismo. El problema es que casi no hay variedad de situaciones ni ninguna mecánica especialmente satisfactoria, y pese a que el juego dura 3 horas escasas, se hace repetitivo y cargante por momentos.
En determinados tramos del viaje encontramos unos campamentos, donde habrá que recoger leña para hacer una fogata y donde podemos interactuar con los calicornios, acariciándolos, limpiándolos o lanzándoles una pelota, sin mayor complejidad. El protagonista ni siquiera cuenta con botón de salto, realizando dicha acción de forma automática cuando es necesario. Todo ello conforma una experiencia excesivamente simple y sin chispa, con una cámara que en situaciones molesta un poco y con una sensación general de tosquedad y falta de pulido que impide disfrutar plenamente de la experiencia.
Falta de chispa visual
Dado que ni la narrativa ni la jugabilidad tienen la fuerza necesaria para soportar el peso de la aventura, ya solo queda la baza del apartado audiovisual como posible bastión del juego, especialmente si tenemos en cuenta lo contemplativo de la experiencia de Herdling. Y por desgracia aquí tenemos que volver a emplear nuevamente un adjetivo que tristemente se está repitiendo mucho en este texto. Y es que el apartado gráfico del juego es tosco, ni la dirección artística ni la triste paleta de colores tienen la chispa y personalidad necesaria para levantar la experiencia. El título emplea unos tonos demasiado desangelados, no hay demasiado detalle ni en personajes ni en escenarios, y salvo por la escala de los parajes a visitar, y un par de ramalazos de personalidad en un par de dichas localizaciones, tampoco encontramos aquí una razón para que destaque el juego. Es más, hemos sufrido algún pequeño bug visual, y ciertas animaciones nos parecen demasiado ortopédicas y fuera de lugar.
La banda sonora sí que nos ha gustado mucho, quizá le falte algo de presencia, pero cuando aparece lo hace con fuerza y con excelentes composiciones. Para acompañar tenemos un correcto apartado de efectos de sonido, aunque como ya se ha comentado no hay ningún tipo de voces en el juego. Los textos de menús y tutoriales cuenta con una correcta localización al castellano. Es una lástima, porque nos encantan la propuestas que se salen de la norma, pero en un mercado con tantísima variedad y calidad de ofertas, nos resulta muy difícil recomendar Herdling más allá de curiosidad para los más pequeños de la casa o para quien busque algo muy sencillo para desconectar sin mayor complicación.
Conclusión
Herdling, la nueva propuesta de los creadores de los dos destacados títulos de la saga FAR, es una sencilla aventura en tercera persona de carácter bucólico y contemplativo que nos propone la tarea de guiar a un simpático rebaño en un extraño mundo en ruinas. Por desgracia, la experiencia general se siente tosca y falta de pulido, y el juego no consigue enganchar ni por mecánicas, ni por narrativa ni por diseño visual. La jugabilidad es muy simple y falta de chispa, no se siente excesivamente satisfactoria y pese a que el juego dura 3 horas escasas se vuelve anodina y repetitiva. No hay diálogos ni casi narrativa que nos sumerjan en el universo del juego, y el apartado visual, igual de tosco que el resto de elementos del juego, no consigue sostener la experiencia contemplativa que propone el título.
Lo mejor
- Aunque no termina de funcionar, se agradecen las apuestas arriesgadas como las que ofrece este título
- La banda sonora
Lo peor
- El juego transmite una sensación general tosquedad y falta de pulido, tanto en su jugabilidad como en su puesta en escena
- Apenas cuenta con mecánicas jugables, y estas no se sienten plenamente satisfactorias y se vuelven anodinas y repetitivas pese a que el título dura 3 horas escasas
- Narrativa muy pobre y poco presente
- Visualmente muy falto de chispa, su dirección artística y apagados tonos no consiguen sostener la experiencia contemplativa que propone.
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