Análisis de Detective Pikachu: El regreso, un nuevo incidente Pokémon en Ryme City

Desde 1996, fecha en la que se estrenaron Pokémon Red y Pokémon Green en Japón, ha llovido mucho. Tanto, que en el momento de escribir estas líneas podemos decir que existen 1.021 Pokémon, si contamos a los últimos que han sido descubiertos en El disco índigo, la segunda expansión de Escarlata y Púrpura que llegará próximamente.

Si nunca ha sido fácil elegir entre Pokémon iniciales al comienzo de cada generación, imaginad si tuviésemos que hacerlo escogiendo solo uno de entre los más de mil que se conocen, cada uno con sus características, fortalezas y debilidades. Pero hay algo que no admite debate alguno: Pikachu, el Pokémon ratón de tipo eléctrico, es el más popular y querido de todos.

Hemos visto a Pikachu hacer de todo: acompañar a Ash Ketchum —y a los jugadores— fuera de su Poké Ball, ver la televisión junto a nosotros (Pokémon Channel), volar gracias a un puñado de globos (Pokémon Trading Card Game), aprender ataques de tipo agua como Surf (Pokémon Amarillo)… Pero si tuviésemos que elegir su versión más especial, sin lugar a dudas nos decantaríamos por su faceta detectivesca, esa que es adicta al café y no es capaz de aguantar cinco minutos sin contar un chiste.

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Detective Pikachu: El regreso

La vuelta de Tim Goodman y su fiel compañero Pikachu es exactamente eso, un regreso, pues estamos ante lo que podríamos definir perfectamente como Detective Pikachu 2, la secuela directa del título que llegó a Nintendo 3DS en febrero de 2016. Porque más de siete años después nos toca volver a Ryme City, una ciudad de ensueño en la que las personas y los Pokémon conviven en armonía, a pesar de que su relación se vio en peligro por culpa del Incidente de la Sustancia R. Ese que, en un alarde de modestia, queremos recordar que fue resuelto por, esto… sí, nosotros (lo sentimos, Pikachu insistía en que os contásemos este detalle sin importancia).

En fin, vamos a lo que vamos, porque ni el joven detective ni su ayudante estarían aquí de no haber otro caso por resolver. Detective Pikachu: El regreso es un juego que se sustenta principalmente de su historia, así que no podemos entrar en demasiados detalles, a pesar de que haremos lo posible por poneros en situación evitando cualquier tipo de spoiler. El punto de partida tiene lugar en mitad de la ceremonia organizada para condecorar a la extraña pareja por la resolución del citado incidente, momento en el que los asistentes se ven sorprendidos por el ataque de un Corviknight con cara de pocos amigos.

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Debido a lo sucedido en el pasado, los habitantes de Ryme City muestran su preocupación en cuanto ven a un Pokémon comportarse con hostilidad, aunque en un principio no hay motivos para ello, ya que podría ser una conducta puntual ocasionada por a saber qué. El problema llega cuando, en el día que debería servir para disfrutar de la fiesta, recibimos la noticia de que se ha producido un robo en la mansión de la persona más rica de la ciudad y en cuanto llegamos a las inmediaciones, nos comentan que podría haber Pokémon involucrados en tal delito.

Como decíamos, no podemos entrar en demasiados detalles sobre la historia, así que vamos a limitarnos a contaros dos cosas. Una es que resolver el caso de robo forma parte del primer capítulo de Detective Pikachu: El regreso y os llevará algo más de un par de horas, en las que conoceréis a varios personajes y Pokémon. La otra es que una vez reveléis la identidad del culpable, os daréis cuenta de que algo no va bien en la ciudad, las cosas se pondrán realmente interesantes y dará comienzo una historia que siempre se guarda un as en la manga para sorprender gracias a sus giros de guion.

Investigando la ciudad

Detective Pikachu: El regreso propone una experiencia similar a la que vimos en la primera entrega. Es decir, una especie de aventura gráfica muy ligera, en la que recorremos una serie de escenarios, tanto dentro de Ryme City como fuera de ella, mientras charlamos con numerosos de personajes y Pokémon, algo que solo es posible gracias a las dotes traductoras del detective más perspikachu. La historia es lineal, por lo que siempre tenemos un objetivo activo perteneciente al caso principal que nos ocupa, aunque a menudo podemos tomarnos un descanso para participar en los llamados incidentes locales, que vienen a ser misiones secundarias de toda la vida.

Estos casos opcionales presentan un diseño muy sencillo, ya que los objetivos se pueden completar fácilmente y aunque muchos nos invitan a explorar, rara vez nos ponen en un aprieto. Lo interesante de ellos es el contexto que aportan tanto a la trama principal como a lo que sucede en el día a día de la ciudad, ya que al igual que sucedía con un profesor al que conocimos hace mucho tiempo en la región de Kanto, a nosotros también nos interesa, y mucho, la manera en la que los Pokémon conviven con las personas. Si hay un motivo para aceptar y tratar de completar estos encargos, no es otro sino profundizar en dicha relación y disfrutar de algún que otro guiño a otros productos de la franquicia de Game Freak.

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Volviendo a la trama principal, hablamos de lo que es sin duda la piedra angular del título, porque más allá de lo interesante que resulta, es durante el desarrollo de la misma cuando recorremos los escenarios más inspirados, conocemos a los personajes más relevantes y vemos cómo se aprovechan todas las mecánicas del juego. Y es que si la base de cada caso es interrogar a alguien y buscar pistas, también hay tiempo para secciones en las que podemos pedir a Pikachu que coopere con otros Pokémon y haga uso de sus talentos, como es el caso de Growlithe y su capacidad para seguir cualquier rastro de olor, la fuerza bruta de Darmanitan (forma de Alola) que nos permite romper muros o el de Luxray, quién puede ver a través de las paredes.

Pero lo más interesante de todo son, por supuesto, las deducciones. Es decir, la hora de la verdad, esa en la que tratamos de desenmascarar a un malechor, probar la inocencia de una persona o determinar qué sucedió exactamente en el lugar de los hechos. Para ello contamos con un cuaderno en el que todas las pistas que descubrimos se anotan automáticamente, hasta que llega el momento de consultar las pesquisas, documentarnos a la perfección y llegar a una conclusión que nos permita resolver cada caso de una vez por todas. Como decíamos anteriormente, la historia es bastante interesante y en algunos momentos, os aseguramos que entraréis en la recta final de un caso sin ser capaces de imaginar lo que está a punto de suceder.